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La mejora del empleo dispara en 38.000 millones la masa salarial del país y apuntala la economía

El aumento y la estabilización del empleo, con la ocupación y la contratación indefinida en máximos históricos simultáneos, disparan los ingresos salariales de los hogares hasta cotas desconocidas y apuntalan la economía.

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Los ingresos de los hogares españoles han aumentado de manera considerable en los últimos años, especialmente con la mejora del empleo.

"La fortaleza del mercado laboral y el aumento del peso de la contratación indefinida han favorecido la disminución de la probabilidad de perder el empleo percibida por los trabajadores, lo que reduce el ahorro por motivo de precaución y eleva los niveles de gasto de los hogares", concluye un reciente informe del Banco de España sobre El dinamismo reciente del mercado laboral y su impacto sobre el consumo de los trabajadores.

Las conclusiones del estudio vienen a confirmar algo de lo que algunos economistas, instituciones y centros de estudio, entre ellas la Agencia Tributaria, venían apuntando desde mediados del año pasado: el aumento de la ocupación, y con él el de la masa salarial del país, y la estabilización del empleo por el despliegue de las nuevas normas de contratación de la reforma laboral en una fase de bonanza han apuntalado el consumo de los hogares.

Este es el principal foco de demanda (cubre en torno al 60%) de una economía española que se ve apuntalada como consecuencia de ese bucle que se retroalimenta.

Los datos de la Agencia Tributaria sobre las bases imponibles del IRPF y los de la Encuesta de Población Activa (EPA) sobre ocupación ayudan a entender ese proceso: el número de ocupados aumentó el año pasado en 279.000 mientras el de asalariados lo hacía en 397.000 (118.000 más) y, dentro de estos, el de indefinidos crecía en 1,591 millones para alcanzar los 14,25 de un total de 17,37.

Ese proceso de estabilización, que se ha mantenido hasta establecer en el segundo trimestre de este año una marca de temporalidad del 14,7% de los ocupados y 17,3% de los asalariados, la más baja desde el arranque de la EPA en 1987, ha discurrido en paralelo a otro de mejoras salariales por dos factores.

Uno es la subida del SMI (Salario Mínimo Interprofesional) hasta los 1.080 euros brutos mensuales (1.260 en doce pagas) y otro el hecho de que los trabajadores que pasan a ser fijos comienzan a beneficiarse de las mejoras que incluyen los convenios, como subidas anuales, primas y complementos.

Los registros de la Agencia Tributaria sitúan las rentas salariales de los trabajadores españoles en 441,194 millones de euros al cierre de 2022, lo que supone un aumento de 38.065 en un año (+9,4%) y otro de 51.116 en relación con las vísperas de la pandemia.

A esa cifra se le suman otras como el incremento de casi 12.000 millones más en pensiones y de otros 12.000 por vías como el mejor rendimiento de las inversiones bursátiles, el cobro de dividendos o el ingreso de rentas por alquiler (27.000 en un año, 6.400 de ellos sujetos a retención).

Todas ellas, salarios, rentas profesionales, prestaciones y rentas de capital, han situado los ingresos brutos de los hogares españoles en un volumen de récord de 779.373 millones de euros anuales que duplica los registros de hace veinte años y que resulta clave para explicar el aumento del consumo privado, el de las familias, que está apuntalando la actividad económica y estabilizando el PIB por encima de los registros previos a la pandemia.

"La disminución reciente de las tasas de paro y de temporalidad del empleo ha contribuido a reducir la incertidumbre de los trabajadores acerca de sus perspectivas laborales", señala el estudio del Banco de España, que recuerda cómo "estos desarrollos del mercado laboral afectan a las decisiones de gasto de los hogares".

Esa menor "probabilidad media de perder el empleo percibida por los trabajadores habría contribuido a contener el ahorro por motivos de precaución, y a elevar la ratio media de consumo sobre renta de sus hogares", añade.

Y eso "implica, si se asume estabilidad en la renta y ausencia de otros cambios en el resto de los determinantes del gasto, un aumento del consumo", concluye.

Ese proceso, aunque algunas señales apuntan a que el ritmo va a ralentizarse, se sigue manteniendo en el comienzo de este año con subidas de salarios del 3% tras haber suscrito en mayo patronales y sindicatos un ANC (Acuerdo de Negociación Colectiva).

El último Informe de Recaudación de la Agencia Tributaria, referente al mes de junio, señala en esa dirección cuando en su balance de la primera mitad del año destaca el ·elevado crecimiento de las retenciones del trabajo y actividades económicas (11,5%) consecuencia del aumento sostenido del empleo" y de "la subida de las retribuciones medias (salarios y pensiones)".

A eso se le añade el mantenimiento del "elevado crecimiento en las retenciones por rentas de capital mobiliario (26% en el mes, 24,2% en el primer semestre) gracias a la evolución positiva de los dividendos" y la "creciente contribución de las retenciones por intereses de cuentas bancarias".

El descenso del 2,4% en los ingresos tributarios por IVA del primer semestre tienen matices, con dos factores estadísticos como su comparación con un periodo de fuerte inflación que ahora amaina y la aplicación de potentes descuentos en el gas, los alimentos básicos y los productos de higiene.

El pinchazo del consumo, más aparente que material por ahora, aunque también se está congelando la demanda de los productos sujetos a Impuestos Especiales (energía, alcohol y tabaco), llega, en todo caso, seis meses después de haber cerrado 2022 con la base imponible del IVA en un récord de 2,88 billones de euros (+23%) y con marcas históricas en las ventas interiores (2,35, +21%).

Todo eso está ocurriendo en una etapa en la que, al mismo tiempo y básicamente como consecuencia de ese proceso de retroalimentación entre consumo y actividad, las ganancias de las empresas también se encuentran en niveles históricos, con un resultado contable positivo de 326.667 millones de euros en 2022 que duplica con creces el de hace una década y que supone sendos incrementos de 46.879 y del 16,7% en un ejercicio.

Los riesgos de la inflación y las medidas del BCE

En el primer trimestre de este año, "han crecido los ingresos ligados a los beneficios, tanto en las empresas personales (8,6%) como en las sociedades (24,9%)", reseña la Agencia Tributaria, que ya refería aumentos del 17% para el ejercicio anterior, ya en plena escalada inflacionista.

No obstante, las consecuencias inflacionistas de los márgenes en los que se sustentan esos beneficios y las disparatadas recetas recesivas del BCE para embridar un alza de precios desvinculada de la demanda son ahora mismo el principal factor de riesgo que amenaza con cortocircuitar el escenario de bonanza en la cuarta economía de la eurozona.

En este sentido, otro trabajo del Banco de España, en este caso su Informe de la situación financiera de los hogares y las empresas, advierte de que la combinación del aumento de los costes y gastos por la inflación con las mayores dificultades de acceso a la financiación por la subida de los tipos de interés está afectando de manera negativa "especialmente a las familias de menor renta y, en el caso de las empresas, a las de menor tamaño".

El estudio llama la atención sobre "la mayor vulnerabilidad de los hogares con menores ingresos ante el escenario inflacionista y de mayores tipos de interés, lo que podría recomendar la introducción de medidas de política económica focalizadas en apoyar a este colectivo".

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