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Las empresas disparan sus beneficios hasta un 25% con una subida de precios que zarandea las economías familiares

El ritmo de recaudación del Impuesto de Sociedades constata los desmesurados efectos de la subida de precios para mantener los márgenes, mientras ese alza golpea las economías familiares y fuerza las subidas de tipos de interés.

Una persona paga con una tarjeta bancaria, en una imagen de archivo
Una persona paga con una tarjeta bancaria, en una imagen de archivo. PxHere

"El negocio va bien, eso es lo que se ve: que las ventas están yendo muy bien y los resultados tributarios son muy buenos", apunta Carlos Cruzado, el presidente de Gestha, el sindicato de los técnicos de Hacienda, a la vista de los datos que recoge el último Informe Mensual de Recaudación, referente al mes de octubre, que ha publicado la Agencia Tributaria.

El documento indica cómo la suma de los dos primeros "pagos fraccionados" del Impuesto de Sociedades, que es el tributo que grava los beneficios empresariales, refleja un crecimiento del 18,7% en relación con los diez primeros meses del año pasado. Este aumento, en realidad, sería del 25%, ya que "el primer pago de 2021 fue excepcionalmente elevado por la existencia de un ingreso extraordinario".

Esto implica que los beneficios de las empresas están creciendo a un ritmo del 25% pese al encarecimiento de las materias primas y de la energía. Dicha cifra confirma lo que los economistas llevan más de medio año advirtiendo: la principal causa de la inflación que está zarandeando la estabilidad de las economías familiares viene por el lado de la oferta y se encuentra en la tendencia generalizada entre las empresas a subir los precios, aunque no ya para mantener sus márgenes comerciales sino para incrementarlos.

"El paralelismo entre inflación y beneficios existe. Lo que no podemos saber por los datos de recaudación es la magnitud de cada uno de esos factores, pero está claro que la inflación está jugando su papel y está influyendo", explica Cruzado, que remarca que "el impuesto refleja lo que está pasando; y lo que está pasando, en cuanto a beneficios, es que las cosas van bien, al menos de momento".

En este sentido, y mientras varios indicadores macroeconómicos apuntan a un enfriamiento de la actividad y del crecimiento (como ocurre con el consumo o la creación de empleo), Cruzado señala que "los datos van muy bien, aunque un poco ralentizados. Hay incertidumbre y nadie se atreve a hacer pronósticos sobre qué puede pasar".

La renta de las empresas crece el doble que la inflación

El informe concluye que "las rentas de la empresa crecieron un 13,2% en el tercer trimestre, frente al 23,3% del primer semestre", unos niveles que se encuentran muy por encima de los que está alcanzando la propia inflación (provocada por el alza de precios y de la que se retroalimenta en bucle), que cerró noviembre en el 6,8% interanual.

La aparente bajada de la inflación responde, en realidad, a un efecto aritmético originado por el hecho de que la subida de los precios se calcule sobre la ya acumulada el año pasado, lo que reduce su avance proporcional. Si se abre el foco, la pérdida de poder adquisitivo de los salarios alcanza el 13% desde octubre de 2020, cuando ese indicador ya había ascendido hasta el 5,4%.

Eso equivale en términos de salarios reales, y en un país con una tendencia a la congelación cada vez más acusada como España, a la pérdida de casi dos de las catorce pagas de los asalariados, un descuento al que se suman los efectos de una subida del precio del dinero, que encarece ámbitos como el acceso a la vivienda y que sigue sin computar en el cálculo del IPC.

También el Banco de España certifica esa tendencia en un reciente artículo, en el que indica que de enero a septiembre los beneficios empresariales "siguieron creciendo a un ritmo elevado", aunque de una manera "muy heterogénea por sectores". Esa mejora, advierte, "habría sido compatible con una ligera contracción del margen sobre ventas".

La tendencia al achique del tejido productivo micro

El Informe de Recaudación, que incluye varias referencias a ese "fuerte incremento de los beneficios de las sociedades", llama la atención al mismo tiempo sobre "el menor ritmo de crecimiento" de las rentas de "las empresas personales, muy concentradas en actividades como la hostelería y los servicios personales y de ocio". No obstante, ese dato es matizable al hacer "la comparación con periodos que ya no estaban tan afectados por las restricciones a la movilidad como en la primera parte de 2021".

Los datos sobre el ritmo de las ganancias en función del tamaño de las empresas no deja de venir a constatar la consolidación de una tendencia a la destrucción del tejido productivo micro en beneficio de las sociedades de mayor envergadura, que ahora suman a la absorción del grueso del empleo creado en los últimos meses el acaparamiento de mayores cuotas de ganancias.

"El mayor crecimiento se produce en los grupos consolidados, calculado además sobre un nivel de 2021 ya muy elevado", indica el documento de la Agencia Tributaria, que cifra en el 18,8% y el 18,7%, respectivamente, el crecimiento de los beneficios entre abril y septiembre para los grupos consolidados y las grandes empresas, un ritmo que "fue especialmente intenso" y alcanzó el 24,4% "en los grandes grupos energéticos y bancarios".

Dos de estos últimos, además, recibieron un ingreso extraordinario de Hacienda en forma de devoluciones de DTA, los polémicos Activos Fiscales Diferidos, por un valor conjunto de 430 millones de euros.

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