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El Congreso recorta a la mitad el impuesto extraordinario a las energéticas 

Aprueba dos enmiendas de PNV y PDeCAT que dejan fuera de la aplicación del gravamen, por un lado, las actividades reguladas y, por otro, la facturación en el exterior de las compañías. Con los cambios, la previsión de recaudación quedaría en los 2.000 millones, la mitad de lo previsto.

Vista de una subestación de distribución de electricidad de Red Eléctrica en la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes. AFP/Óscar del Pozo
Vista de una subestación de distribución de electricidad de Red Eléctrica en la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes. Óscar del Pozo / AFP

El impuesto que el Gobierno planea aplicar sobre las energéticas se recortará a la mitad, hasta los 2.000 millones de euros en dos años, tras suavizarse en su tramite parlamentario con la aprobación de dos enmiendas del PNV y PDeCAT para que se excluya del importe neto de la cifra de negocio el correspondiente a las actividades reguladas y que el impuesto se aplique solo a la actividad que las empresas desarrollen en España.

Con su propuesta inicial, el objetivo del Gobierno era obtener 4.000 millones de euros en dos años (2.000 millones/año) con esta nueva figura fiscal, que iba dirigida especialmente a las grandes del sector (Repsol, Iberdrola, Endesa, Naturgy y Cepsa).

El impuesto temporal y extraordinario grava con un 1,2% las ventas de las energéticas con unos ingresos superiores a los 1.000 millones anuales. El gravamen estará en vigor durante 2023 y 2024 y se aplicará a las cuentas de las empresas en 2022 y 2023. Varias empresas energéticas habían amenazado con llevar al Gobierno a los tribunales si se aprobaba el tributo en su forma original.

Este jueves, la Comisión de Asuntos Económicos del Congreso aprobó dos enmiendas transaccionales del PNV y PDeCAT que suavizan el impuesto. En el nuevo texto, las actividades reguladas, que incluyen la electricidad, el gas y el gas licuado de petróleo (GLP), no estarán sujetas al impuesto y tampoco lo estarán los importes netos de negocio de las redes de transporte y distribución de electricidad y gas natural. Las enmiendas también prevén que la facturación de los negocios de las energéticas en el extranjero quede excluida del ámbito de la ley.

La comisión también ha sacado adelante una enmienda del PNV para que se excluya de la facturación los ingresos correspondientes al impuesto sobre hidrocarburos, el impuesto especial de la Comunidad Autónoma de Canarias sobre combustibles derivados del petróleo y los gravámenes complementarios a carburantes y combustibles petrolíferos de Ceuta y Melilla, que se hayan pagado o soportado vía repercusión.

Está previsto que el nuevo impuesto, que se tramita junto con otro gravamen extraordinario para la banca, se debata en el Pleno de la Cámara el jueves 24 de noviembre, para que el gravamen entre en vigor el 1 de enero de 2023.

Mejor para las eléctricas

Los analistas de Bankinter consideran que, con las enmiendas introducidas al impuesto a las energéticas, el sector eléctrico se ve más beneficiado que las petroleras y gasistas. Y dentro de las eléctricas, estiman que la más beneficiada sería Endesa que, de un impacto inicial de cerca de 800 millones en los dos ejercicios por el impuesto, podría verse reducido a algo menos de la mitad. En el caso de Iberdrola, Bankinter señala que la reducción podría ser similar.

Por su parte, los analistas de Banco Sabadell calculan que las nuevas excepciones suavizarán los impactos a la mitad en Iberdrola y Endesa y en menor medida en Naturgy: el importe del gravamen sería de unos 200 millones euros al año para Iberdrola y Endesa, de unos 170 millones para Naturgy, y de 50 millones para Acciona Energía.

El sector energético subía este viernes con fuerza en bolsa impulsado por las modificaciones al gravamen.

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