Este artículo se publicó hace 3 años.
La gran banca gana 2.600 millones en España mientras se volatilizan 125.000 millones del PIB con la pandemia
Las entidades financieras del Íbex35 vuelven a presentar ganancias multimillonarias tras haber aprovechado el primer año pandémico para efectuar ajustes contables y aprovisionarse ante futuros riesgos mientras comenzaban a subir los intereses y las comisiones y seguían achicando sus plantillas
Zaragoza-
El primer año pandémico ha sido, con alguna matizable excepción, un buen año para el negocio de la gran banca española. Las cinco grandes entidades financieras han cerrado el primer ejercicio natural de la pandemia del coronavirus con unas ganancias netas de 2.629 millones de euros en el mercado español, el del mismo país cuyos sistemas productivo y comercial han visto volatilizarse 125.000 millones de euros de su PIB como consecuencia de la crisis económica asociada al coronavirus.
La presentación, este jueves, de los resultados del primer trimestre de 2021 de CaixaBank, que ya era líder estatal por delante de los gigantes multinacionales Santander y BBVA antes de absorber a Bankia, cierra con unos magros ‘números negros’ el balance conjunto de un año natural que los grandes bancos han aprovechado para efectuar ajustes contables y aprovisionarse ante futuros riesgos mientras, sin abandonar los recortes de plantilla, comenzaban a subir los intereses por prestar dinero a sus clientes y las comisiones por gestionar el que ya tenían.
Entre abril de 2020 y marzo de 2021, el primer periodo de doce meses que la economía española vive bajo los efectos de la pandemia, solo uno de los cinco grandes bancos sigue dando resultados negativos. Se trata de Sabadell, que acumula unas pérdidas de 18 millones de euros en el año natural, aunque tras cerrar con una ganancia neta de 73 el último trimestre.
Lidera el ránquing de ganancias en el mercado local BBVA, con 1.128, seguido de Santander con 670 y CaixaBank con 514, aunque este último dato corresponde a un resultado contable derivado de la absorción de Bankia.
Al margen de esas operaciones, el negocio le generó a esta última entidad unas ganancias 4.786 que sitúan los resultados netos del año natural en 6.213 millones de euros, más del triple que sus cuatro principales competidores juntos.
Las comisiones suponen la tercera parte del negocio
A esos beneficios netos de 2.629 o de 6.901 millones de euros, según el método de cálculo que se elija, se les suman 5.347 en provisiones para hacer frente a eventualidades como el impago de créditos, cuya probabilidad crece conforme avanza la crisis pandémica y sin que acabe de llegar la recuperación.
El primer año de la pandemia no ha modificado, por el contrario, otra de las tendencias que ya pueden considerarse cronificadas en el negocio bancario español: la dependencia de las comisiones, cuyos 6.802 millones de euros suponen más de la tercera parte del núcleo del negocio frente a los 13.184 que generan los intereses por prestar dinero.
Esos ingresos se han convertido en vitales para un sector cada vez más dependiente del Estado y que ha optado por el recorte de plantillas (CaixaBankk y BBVA tienen en marcha sendos ERE que suman más de 12.000 despidos) y el cierre de sucursales para tratar de mantener unas tasas de rentabilidad que cada vez tiene más complicado alcanzar
En el conjunto del negocio, incluyendo las operaciones en el resto del mundo, donde Santander y BBVA han movido más del 80% de su negocio y han obtenido un porcentaje similar de sus beneficios netos, los beneficios netos acumulados por la gran banca española alcanzan los 12.565 millones de euros, 16.837 sin el ajuste contable de CaixaBank.
El sector financiero gana en la mayor crisis en 85 años
Las cinco mayores entidades financieras del país, a las que se suman otras de menor volumen como Unicaja y Liberbank, en proceso de fusión tras cerrar el primer trimestre del año con 66 millones de beneficios tras aprovisionar 63 para imprevistos, y como Abanca (137) e Ibercaja (54 y 34), han obtenido esos resultados en el mismo país que ha visto como con el desplome de la actividad por la crisis y las restricciones asociadas a la pandemia se volatilizaba algo más de la décima parte de su PIB (Producto Interior Bruto).
Los datos de la Contabilidad Nacional cifran el PIB a precios de mercado entre el 1 de abril del año pasado y el 31 de marzo de este en 1,111 billones de euros, lo que supone 125.000 millones menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior, el que finalizó con la llegada de la pandemia, y de 133.000 frente al 2019.
Esas cifras, que concentran la mitad de esa caída en el beneficio bruto del tejido productivo, que sufrió un desplome de 63.000 millones de euros (-11,8%) frente a los doce meses precedentes y de 72.000 (-13,2%) en relación con el de 2019, vienen a indicar que el sistema económico español ha retrocedido en solo un año más que en todo el periodo 2008-2013, en el que la merma del PIB alcanzó los 89 millones.
Suben los intereses de los créditos a las empresas
¿Y cómo ha hecho la banca española para obtener tamaño volumen de registros en color negro mientras, como consecuencia de la crisis más profunda desde la sublevación militar de 1936, los de la mayoría de las empresas y de las familias tienen tonos rojizos cada vez de mayor intensidad?
El Banco de España da algunas pistas, al margen de los efectos que han tenido las moratorias sobre los créditos, la mejora del negocio que han supuesto medidas gubernamentales como los avales del ICO o las facilidades para acceder a la financiación que han dado instituciones como el BCE (Banco Central Europeo).
Así, los datos del emisor revelan cómo el interés de los nuevos créditos concedidos a las empresas fue creciendo a lo largo del año pasado en la mayoría de los segmentos del negocio, tanto en términos nominales como en la práctica (TAE), mientras los concedidos a las familias tendían a la baja.
Paralelamente, el sector financiero español, que grava con hasta cuarenta comisiones distintas las operaciones de sus clientes, mantiene su cronificada tendencia a cobrar más que sus competidores europeos por el dinero que presta y a remunerar mucho menos los depósitos, con diferencias de veinte y de 5,5 a uno en el caso de las imposiciones a plazo.
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