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25-M, la batalla final

El resultado electoral andaluz pondrá a prueba la fortaleza del tsunami conservador

ANTONIO AVENDAÑO

Duró sólo cuatro días, pero fue toda una semana trágica para los socialistas andaluces. La tormenta se desató el domingo 12 de febrero, con la dimisión del secretario general de la poderosa agrupación provincial de Sevilla, José Antonio Viera, y no amainó hasta el miércoles 15, cuando el Comité Director del partido en Andalucía dio el visto bueno definitivo a unas listas electorales que habían sido algo más que un quebradero de cabeza.

La siempre problemática confección de las candidaturas ha sido en esta ocasión singularmente conflictiva, y lo ha sido por dos motivos. El primero, que el congreso regional del partido de marzo de 2010 en el que José Antonio Griñán tomó el relevo de Manuel Chaves al frente de la Secretaría General había dejado heridas orgánicas muy dolorosas entre seguidores del antiguo presidente que se sintieron relegados y que nunca vieron con buenos ojos un cónclave que no estaba en la hoja de ruta pactada inicialmente por Chaves y Griñán. El segundo, la polarización vivida en el aparato y la militancia del partido con motivo del 38º Congreso Federal, celebrado hace dos semanas en Sevilla, donde las pugnas internas por sumar apoyos de delegados a favor de Carme Chacón o Alfredo Pérez Rubalcaba reabrieron las heridas de 2010.

La dimisión de Viera ha hecho un daño tal vez irreparable a los socialistas

A todo ello hay que sumar el hecho de que en el congreso venciera Rubalcaba por muy escaso margen, dejando en una posición de cierta debilidad al secretario andaluz, que había apostado por Carme Chacón, cuya victoria era considerada por Griñán un valioso activo electoral ante las andaluzas del 25 de marzo.

Tras la espantada de Viera, al que muchos militantes no le perdonan una dimisión que ha regalado al PP una valiosísima carta a apenas 40 días de la gran partida del 25-M, las direcciones regional y federal han conseguido recomponer la maltrecha unidad, al menos formalmente, si bien el acuerdo tiene mucho más de tregua que de armisticio propiamente dicho.

Sevilla, Huelva y Jaén son los núcleos donde el PSOE está más fuerte

Es seguro que las espadas volverán a cruzarse en el congreso regional y en los provinciales que se celebrarán tras el 25-M, pero hasta entonces todos parecen dispuestos a remar para acortar distancias con la briosa nave conservadora que capitanea un Javier Arenas más seguro de su victoria de lo que lo ha estado nunca. Cuando más cerca de cumplirse estuvo su sueño de presidir la Junta de Andalucía fue en 1996: las encuestas le daban entonces una holgada ventaja, pero la movilización del electorado socialista en el último tramo de la campaña recortó distancias: en España no fueron suficientes para que Felipe González siguiera en la Moncloa, pero en Andalucía truncaron las esperanzas de Arenas de desalojar a Chaves.

La pregunta que se formula el PSOE andaluz ahora es esta: ¿será capaz de recortar significativamente los nueve puntos de ventaja que, según las encuestas más solventes, le lleva el PP? Juan Montabes, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada y reputado experto en sociología electoral, cree que, 'en estos momentos, el PP tiene una estimación de voto del 47%, y con ese porcentaje obtendría la mayoría absoluta. Ahora bien, si el PSOE consigue recortarle dos o tres puntos, no tanto porque el PP los pierda como porque los socialistas movilicen a su electorado y aumente la participación, entonces podrían dejar en relativa la mayoría del PP y alcanzar un pacto con IU'. ¿Y dónde estaría la clave para conseguirlo? 'Dependerá de dos cosas: del tono de la campaña y de la participación'. En opinión de Montabes, donde más daño le hará el PP al PSOE puede ser en Málaga, que además ha ganado un diputado en detrimento de Jaén, que es, junto con Sevilla y Huelva, el lugar donde los socialistas están más fuertes.

La durísima reforma laboral abre una fuerte brecha en las expectativas del PP

Un dirigente sevillano admite que 'la crisis ha quedado mal resuelta', pero cree que 'el partido reaccionará'. 'Nuestra organización es lenta, pero si se pone en marcha como muy tarde el 28 de febrero [Día de Andalucía], actuando como si quedara una semana para las elecciones, entonces todo es posible'. Esta fuente estima un acto como el del sábado en Málaga, donde Griñán hizo frente común con los líderes de UGT y CCOO en la foto final de la convención del partido, 'es muy importante, manda un mensaje muy importante' a su electorado.

Otras fuentes creen que la dura reforma laboral es la primera gran brecha que se le ha abierto a Javier Arenas, si bien su alcance dependerá mucho del apoyo a las movilizaciones que planean los sindicatos. No es un naipe tan valioso como el escándalo de los ERE para el PP, pero puede acabar siendo determinante dada la ajustada mayoría absoluta que auguran los sondeos. En medios sindicales se piensa que esta reforma no es la que hubiera preferido Arenas.

La otra gran brecha habrían sido los Presupuestos del Estado, que conllevarán severísimos recortes, pero el PSOE no podrá contar con esa carta porque Rajoy está logrando eludir la presión de la oposición y de Bruselas y no los aprobará antes del 25-M. Sea como fuere, Arenas seguirá teniendo mejores cartas que Griñán para jugar esa tercera y última partida electoral entre PP y PSOE en apenas diez meses.

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