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El proceso de diálogo no arranca en Honduras

Diferencias internas en el Gobierno de facto y la resistencia impiden que avance la negociación

DANIEL LOZANO

'Honduras ya no es la misma'. Johnny Lagos ha dormido en la redacción de El Libertador, el periódico que dirige. Junto a Radio Globo y al Canal 36 de televisión, son los medios que se han opuesto firmemente al golpe de Estado de Roberto Micheletti. Las noticias corren tan deprisa en Tegucigalpa que no da tiempo a dormir en casa.

Noticias que ayer volvieron a generarse dentro y fuera de la Embajada de Brasil. Manuel Zelaya se recuperaba de unas dolencias que le provocó el ataque con gases del viernes. El Comité Internacional de la Cruz Roja pudo por fin acceder al interior de la legación y tratar a las 60 personas que resultaron afectadas.

Mientras, la resistencia reunía a sus fieles en las inmediaciones de la Embajada brasileña para una nueva jornada de movilización. Al cierre de esta edición, no se habían producido incidentes.

Pero el diálogo está estancado. Los 'enlaces informales' para iniciar conversaciones que Zelaya admitió el viernes haber recibido no se han concretado hasta ahora en nada.

La Embajada no fue la única gaseada durante las últimas horas. El diálogo también ha sufrido la acción de la Policía, a la que se han sumado las diferencias internas en ambos bandos. Cuando todos los canales parecían abiertos para la restitución de Zelaya, otra vía se ha abierto dentro de la propia resistencia. Voces del sector más radical se han levantado contra la reunión que el presidente Zelaya mantuvo con los candidatos electorales. 'Esos abrazos fueron demasiado fraternales', confesó uno de los dirigentes populares a Público. La facción más dura de la resistencia se opone a negociar algo que creen inamovible: la restitución del presidente. Y van más allá: exigen una Asamblea Constituyente.

Zelaya se vio obligado a emitir un comunicado en el que matizaba sus propias palabras y donde hacía un llamado a la resistencia a volver a las calles y mantener 'la batalla'. Un llamado repetido hasta la extenuación por Radio Globo. Su director, Eduardo Maldonado, es otra de las estrellas mediáticas de la oposición. 'Lo que va a pasar es: primero, la restitución del verdadero presidente, Mel Zelaya; segundo, la legitimación de las elecciones y tercero, un acuerdo entre los seis candidatos para que el candidato que gane convoque la Constituyente'.

En el otro bando, el Gobierno, también se mantienen diferentes posiciones tras el regreso de Zelaya. Pero el estancamiento del diálogo le ha proporcionado a Micheletti un respiro momentáneo. El Gobierno de facto insistía ayer en que sigue dispuesto a la negociación.

Denuncias judiciales, falsas acusaciones de narcotráfico, presión policial En El Libertador conviven la ebullición informativa y otro tipo de represión. 'Incluso he sentido que gente me persigue cuando salgo a la calle. No duermo en un solo sitio, porque una fuente del Ejército me comentó que estaba en una lista negra del sicariato', denuncia Lagos. 'Nosotros aportamos las primeras pruebas del golpe, con nombres propios', añadió.

Las maniobras del Gobierno contra estos medios de oposición han continuado durante la semana que Zelaya volvió al país. Las emisiones del Canal 36 desaparecen en momentos insospechados.

'En Honduras, el 98% de los medios están en manos de conglomerados de empresas que no quieren que haya cambios. Contra nosotros han actuado duramente, incluso nos sacaron del aire durante días', explica Maldonado.

La polarización ha separado a Honduras en dos países que más parecen islas de difícil reconciliación. Todos los medios han tomado partido. Y de qué modo. Los llamados de Radio Globo y Canal 36 a la movilización son constantes.

-Maldonado, ¿es usted el portavoz de Zelaya?

-No. Yo le acompaño en la propuesta de la Constituyente y no niego que soy su amigo. Y también que le ayudé a que fuera presidente. Él no tiene portavoz, no le hace falta. Habla mucho...

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