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Brown dio prioridad a BP frente a las víctimas del IRA

El premier vetó las presiones a Libia para que pagara por apoyar al terrorismo

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Gordon Brown tuvo una intervención personal en las negociaciones con Libia que seguramente va a lamentar. El primer ministro británico impidió que se presionara al país norteafricano para que pagara una indemnización a las víctimas de atentados del IRA en los que se utilizaron explosivos facilitados por Gadafi.

En una carta dirigida a un abogado de las víctimas en octubre de 2008, Brown explicó que sería contraproducente poner sobre la mesa el asunto porque perjudicaría a las relaciones entre los dos países, muy mejoradas desde que su predecesor,Tony Blair, y Muammar Gadafi pactaron el fin del aislamiento del régimen de Trípoli.

Las razones del Gobierno han quedado en evidencia por la difusión por The Sunday Times de esta carta y de otras mucho más explícitas en relación al interés británico por conseguir contratos de extracción de petróleo en territorio libio.

En otras dos misivas, el viceministro Bill Rammell detalla a un abogado por qué las negociaciones eran tan importantes: 'Libia es ahora un socio vital para el Reino Unido en cuanto a la necesidad de garantizar un futuro energético seguro y es también un socio clave en la lucha contra el terrorismo. Aunque sé que esto no le agradará mucho, sepa que es vital para la seguridad actual y futura del Reino Unido que (las negociaciones) continúen'.

Por 'futuro energético seguro' hay que entender el contrato que firmaron Libia y la empresa británica BP para explotar yacimientos de petróleo y gas, y que los libios no permitían que se pusiera en práctica por la situación de Al Megrahi, encarcelado en Escocia como autor del atentado de Lockerbie. Plantear otra negociación sobre las víctimas del IRA habría dificultado aún más el proyecto.

Libia envió al IRA cargamentos de armas y explosivo Semtex durante varios años desde 1985. El Semtex se utilizó en varios atentados especialmente sangrientos en Londres y Manchester.

En esas explosiones se produjeron víctimas norteamericanas, en cierto modo más afortunadas que las británicas. Al menos, tuvieron el apoyo de su Gobierno en la búsqueda de una compensación económica. Gracias a la presión de EEUU, Libia aceptó pagar cuantiosas indemnizaciones a esas víctimas, en algunos casos de hasta diez millones de dólares por persona.

La revelación confirma los peores temores de la opinión pública sobre la actitud del Gobierno en relación a la liberación de Al Megrahi, enfermo terminal de cáncer, por razones humanitarias. Fue el Gobierno escocés el que tomó la decisión, al tener todas las competencias de justicia, pero fueron numerosos los contactos con el Gobierno británico, muy interesado en cerrar el caso. Londres tenía muchas ganas de que al menos se enviara a Al Megrahi a Libia a que cumpliera allí el resto de su condena y poder así impulsar las relaciones económicas con el régimen de Gadafi.

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