Este artículo se publicó hace 13 años.
Clinton advierte a Siria por su movilización fronteriza
Las tropas de Al Asad se acercan a sólo 500 metros de Turquía. La dura represión de las protestas populares causa otras 15 víctimas mortales
Eugenio García Gascón
La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, expresó su preocupación por la situación en la frontera entre Siria y Turquía, donde hay más de 10.000 refugiados, y donde las tropas de Damasco han intensificado las operaciones en las últimas horas para controlar la región.
Activistas sirios y extranjeros destacados en la zona han señalado que el jueves las tropas sirias se acercaron a una distancia de 500 metros de la frontera con Turquía, una movilización fronteriza "muypreocupante" para Clinton porque podría incrementar el peligro de un choque armado entre los dos países y empeorar la situación de los refugiados. Según Ankara, el jueves cruzaron la frontera otros 1.300 refugiados, con lo que su número total ya supera los 11.000.
Decenas de miles de personas exigen en Damasco la caída del régimen
"A menos que las fuerzas sirias pongan fin inmediatamente a sus ataques y provocaciones, que ahora no sólo están afectando a sus propios ciudadanos sino que están suscitando posibles choques fronterizos, vamos a ver una escalada del conflicto en la zona", advirtió Clinton.
Disparos fuera de la mezquitaLa secretaria de Estado de EEUU hizo estas declaraciones horas antes de la oración del mediodía. Como todos los viernes desde mediados de marzo, numerosas protestas se desarrollaron en Damasco y en otras localidades del país para pedir el final del régimen del presidente Bashar al Asad. Las concentraciones contaron con la participación de decenas de miles de personas y se saldaron con un balance de al menos 15 muertos.
Según la oposición, los heridos son llevados a la sede de los servicios secretos
En la capital hubo una fuerte represión, especialmente en los barrios de Barzeh y Al Qusweh, donde al término de la plegaria del mediodía, los fieles salieron de la mezquita gritando consignas contra el régimen, y las fuerzas de seguridad abrieron fuego a discreción, causando siete muertos y una veintena de heridos.
Mohamed Suliman, activista de derechos humanos, declaró a Al Yazira que las ambulancias no estaban trasladando a los heridos a hospitales de la capital sino al cuartel general de los servicios secretos sirios.
En casi todos los lugares donde se concentraron manifestantes se constató la presencia de fuerzas de seguridad, que reprimieron las protestas sin contemplaciones. La carretera entre Damasco y Alepo, la segunda ciudad del país, fue cortada por miles de personas, aunque la mayoría de las concentraciones tuvieron lugar a la salida de las mezquitas, lo que sugiere una relación entre las protestas y el islamismo suní.
"Gérmenes y ratas del mundo, uníos", decía una pancarta que se exhibió en Damasco y que aludía con ironía al último discurso de Asad, en el que el presidente sirio dijo que las protestas las están provocando agitadores a los que comparó con "gérmenes" y "ratas".
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