Este artículo se publicó hace 2 años.
La coalición encabezada por Arabia Saudí ha matado a más de 1.400 niños en siete años de bombardeos contra Yemen
Este viernes se cumplen siete años del inicio de la campaña militar lanzada por el régimen de Salman bin Abdulaziz con la colaboración de varios países países árabes. Los ataques se han incrementado en los últimos meses.
Bilbao-Actualizado a
El horror se cronifica en Yemen. Siete años después del inicio de los ataques de la coalición liderada por Arabia Saudí en este empobrecido país, las víctimas se acumulan en las estadísticas y en las fosas comunes. En esos listados inconclusos surgen vidas interrumpidas demasiado pronto: para más de 1.400 niños yemeníes, los misiles lanzados desde el cielo han sido su pena de muerte.
La tragedia de Yemen se escribe en distintos capítulos, todos ellos sin cerrar. El 25 de marzo de 2015, cuando Arabia Saudí abrió fuego sobre este territorio, solo consiguió agravar aún más la situación que se vivía desde tiempo atrás al calor de los rebeldes hutíes, un grupo chií respaldado por Irán.
"Entre agosto y septiembre de 2014 sus agresivas milicias se apoderaron sin apenas esfuerzo de Sanaa, génesis de un auténtico golpe de Estado por etapas que culminó en febrero de 2015 con la defenestración del ya dimitido presidente Hadi, la disolución del Parlamento y la asunción formal del poder por un Comité Revolucionario", explica un documento del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB).
Por su parte, el International Crisis Group señala en un informe de 2019 que el grupo está compuesto por entre 180.000 y 200.000 milicianos. "Dios es grande, muerte a América, muerte a Israel, maldición sobre los judíos y victoria del islam", reza su lema.
Hace exactamente siete años, la coalición encabezada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos lanzó una no menos agresiva campaña militar que buscaba restituir en el poder a Hadi. Siete años después, el saldo se mide en miles de personas muertas bajo los misiles y una catástrofe humanitaria de consecuencias aún imprevisibles.
Según datos de la ONG Yemen Data Project, la coalición militar lanzó desde entonces más de 24.000 ataques aéreos de distinta magnitud. Los bombardeos han provocado la muerte de casi 9.000 civiles, entre quienes figuran 838 mujeres y 1.419 niños.
En un informe dado a conocer ante el séptimo aniversario del inicio de los ataques, esta organización indica además que "el 10% de todos los ataques aéreos afectaron a zonas residenciales, lo que provocó el 40% de todas las víctimas civiles".
Los mercados fueron bombardeados 228 veces
Los misiles también han caído sobre hospitales. En esa línea, Yemen Data Project señala que "las instalaciones médicas fueron bombardeadas 90 veces, matando e hiriendo a 222 civiles". Del mismo modo, al menos 541 civiles murieron y resultaron heridos en 394 ataques aéreos contra instalaciones educativas, incluidas escuelas y universidades.
"Las instalaciones de agua y electricidad fueron bombardeadas 153 veces, matando a 107 civiles. Los mercados fueron bombardeados 228 veces, las granjas 772 veces. 67 ataques aéreos afectaron a instalaciones de almacenamiento de alimentos", describe la ONG yemení.
En octubre de 2021 se produjo la disolución del Grupo de Expertos Eminentes (GEE) de la ONU sobre Yemen, lo cual provocó un efecto alarmante para la población civil: a partir de entonces se han registrado al menos 200 ataques aéreos cada mes, con un máximo de 400 en enero pasado.
Ferran Puig, director de Oxfam Intermón en Yemen, advierte sobre la grave situación que atraviesa el país. "Estamos al límite", dice a Público en una videoconferencia desde su oficina en ese país.
Curtido en otras guerras olvidadas –anteriormente estuvo en República Centroafricana y Sudán del Sur–, Puig advierte sobre las inmensas dificultades que atraviesa la población, afectada también por las bombas que ahora caen sobre Ucrania.
Según datos publicados por esta organización humanitaria, la invasión rusa de ese país europeo "ha exacerbado la situación, aumentando la preocupación por el suministro de cereales y aceite comestible". Yemen importa el 42 por ciento de su grano de Ucrania, y los precios ya han comenzado a subir. "En Saná el pan subió un 35 por ciento durante la semana en que estallaron los combates", afirma Puig.
15 céntimos por día
En ese contexto, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha advertido que "el 66% de sus habitantes depende de la ayuda humanitaria para sobrevivir", mientras que "la escalada del conflicto, la inseguridad, los embargos y el colapso de la economía han llevado a un 80 % de la población a vivir bajo el umbral de la pobreza".
Actualmente hay 17,3 millones de personas hambrientas
"A veces mis hijos duermen con hambre. Si almorzamos, nos saltamos la cena", explica Ali Hassan Hadi, padre de un hijo y una hija que sufren desnutrición, en un testimonio difundido por Oxfam. Se estima que actualmente hay 17,3 millones de personas hambrientas, mientras que las predicciones indican que previsiblemente se elevarán a 19 millones a finales de año.
Según datos de Naciones Unidas, a día de hoy unas 24 millones de personas necesitan ayuda, "entre ellas 13 millones de niños". En ese contexto, el pasado 16 de marzo tuvo lugar una nueva conferencia internacional de donantes, patrocinada por la ONU y los Gobiernos de Suecia y Suiza.
La conferencia se saldó con un compromiso de donaciones por un valor de 1.300 millones de dólares, bastante por debajo de los 4.000 millones solicitados por Naciones Unidas. Según los cálculos realizados por Oxfam Intermón, esos 1.300 millones significan "15 céntimos por día para cada persona" necesitada.
El papel de España
Fuentes del Ministerio de Exteriores señalaron a Público que la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) "participó en dicha conferencia de donantes con la asistencia en línea de la Jefa de la unidad de prevención y evaluación de la Oficina de Ayuda Humanitaria". Según ha podido confirmar este periódico, durante el turno de intervenciones no hubo ningún anuncio de su parte.
En esa línea, desde Exteriores aseguran que la AECID ha trasladado a la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) su intención de "contribuir a uno de los organismos de ayuda humanitaria con el objetivo de paliar la hambruna que padece este país". "La contribución se dará a conocer una vez se apruebe el expediente correspondiente", indicó el ministerio.
En Exteriores señalan que "la ayuda humanitaria española acumulada desde 2008 hasta 2019 asciende a cerca de 10 millones de euros". "Desde el inicio de las primeras revueltas en 2011, y en los últimos años de conflicto, el apoyo español se ha canalizado fundamentalmente a través de la Oficina de Acción Humanitaria (OAH) de la AECID, que ha realizado intervenciones humanitarias en Yemen por un total de 6,06 millones de euros, destinadas a ayuda alimentaria y nutrición, refugio, salud y apoyo multisectorial de emergencias a la población desplazada a través de agencias de Naciones Unidas especializadas", explicaron.
Venta de armas
En ese mismo periodo, la Junta Interministerial que analiza las solicitudes de exportación de armamento dio su visto bueno a un amplio número de ventas de armamento a Arabia Saudí. De acuerdo a los datos oficiales de la Secretaría de Estado de Comercio, las exportaciones de material militar a Riad alcanzaron los 1.858 millones de euros, a los que se suman otros 603 millones provenientes de operaciones con Emiratos Árabes Unidos, aliado de Salmán bin Abdulaziz en los ataques contra Yemen.
A lo largo de estos años, la industria armamentística española ha logrado posicionarse como uno de los principales suministradores del régimen saudí. Varios organismos de derechos humanos, entre los que se encuentra Amnistía Internacional, han advertido en reiteradas ocasiones que estas operaciones comerciales contradicen lo estipulado en el Tratado de Comercio de Armas (TCA) rubricado por España.
Sin agua potable
En ese contexto, el responsable de Oxfam Intermón en Yemen destaca que "la violencia y el hambre están de nuevo en aumento y millones de personas no pueden conseguir lo básico para sus familias".
"La gente no puede permitirse el lujo de bombear agua para regar sus cultivos y en áreas remotas donde la población depende del agua potable en camiones, no se pueden permitir pagar el aumento de precios, lo que significa que tienen que beber agua que no es potable", subraya. Siete años después, Yemen pelea contra el hambre y el olvido.
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