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Una Colombia muy tensionada acude a las urnas para elegir qué cambio quiere

La presidencia se definirá este domingo en segunda vuelta entre Gustavo Petro y Rodolfo Hernández. Según los sondeos,  ambos candidatos mantienen un empate técnico tras una agitada y esperpéntica campaña.

Folleto electoral en Bogotá
Una persona enseña un folleto electoral en Bogotá, Colombia, este jueves 16 de junio de 2022. Luisa González / REUTERS

Igualados en las encuestas, cuando se cierren las urnas este domingo se sabrá si existe una mayoría de colombianos que ha decidido que un líder de izquierdas como Gustavo Petro gobierne por primera vez Colombia en su historia, o por el contrario se abraza al populismo mas descarnado que representa Rodolfo Hernández, un peculiar empresario de 77 años que fue alcalde de la ciudad de Bucaramanga y con el que nadie contaba.

La polarización, el sectarismo y el odio, tan recurrentes en la historia de Colombia, volvieron a marcar una campaña electoral donde teóricamente la derecha de siempre ya no estaba. Fueron 21 días tan turbios como trepidantes, regados por altas dosis de escarnio público y de manipulación mediática.

Pasaron infinidad de cosas, pero muy pocas que tuvieran que ver con la confrontación de ideas y el debate político que fue muy escaso, por no decir inexistente. Y donde, más para mal que para bien, las excentricidades del candidato populista Rodolfo Hernández se llevaron buena parte del protagonismo.

En ese contexto de polarización, es posible que la del próximo domingo sea una de las elecciones más reñidas en la historia reciente de Colombia. Petro ganó la primera vuelta con 8,5 millones de votos, un 40% de los sufragios. En esta segunda vuelta necesitará 12 puntos y un millón y medio de votos más para ganar.

"Nos faltan unos pocos votos y vendrán de todas partes. Lo difícil es saber en que proporciones. Estoy seguro de que incluso mucha gente que votó por la derecha de Federico Gutiérrez nos votará a nosotros porque no quisiera ver a un personaje como Hernández de presidente. Y confiamos que mucha gente que se abstuvo en la primera vuelta salga a votar por nosotros, especialmente los jóvenes", manifestó a Público una fuente muy cercana de la campaña de Petro.

Los indecisos y un aumento de la participación pueden ser claves para decantar la balanza. El pasado 29 de mayo en primera vuelta salieron a votar 21 millones de personas y se espera que el domingo lo hagan 24 millones.

Rumores y noticias falsas

La realidad es que tras una agitada y convulsa campaña electoral, un país muy tensionado acudirá a las urnas el domingo. El ambiente electoral está enrarecido. Alentados por rumores y falsas noticias, muchas centros comerciales, bancos y tiendas están tapiando ya sus negocios por precaución y temor a posibles disturbios en caso de que no gane la izquierda.

En estos días, más de una veintena de jóvenes fueron detenidos por la policía en varias ciudades del país acusados de diversos delitos relacionados con su participación en las llamadas primeras líneas durante las movilizaciones del Paro Nacional del año pasado. Las detenciones son interpretadas por la izquierda como una estrategia para seguir criminalizando la protesta social y desmovilizar a los jóvenes a que vayan a las urnas.

El propio candidato Gustavo Petro se refirió a esta cuestión a través de Twitter, donde pidió a los jóvenes no caer en la trampa de la violencia que, según dijo, quieren tenderles para generar la atmósfera de miedo que necesitan para perpetuarse en el poder. "Mucha tranquilidad y decisión de cambiar en las urnas el poder", afirmó.

El Pacto Histórico (PH) que lidera Petro está preocupado con la atmósfera que se ha ido generando alrededor de su posible victoria y ha manifestado abiertamente su temor al fraude, máxime cuando el resultado parece que estará muy ajustado.

El líder del PH mostró la desconfianza que le genera Alexander Vega, el máximo responsable de la Registraduría, organismo encargado del escrutinio electoral, por su afinidad, asegura, con Rodolfo Hernández. El registrador Alexander Vega le respondió que deberá respetar y acatar los resultados electorales, al tiempo que añadió que sus dudas no tienen fundamento dado que en la primera vuelta quedaron demostradas las garantías de los resultados.

Con todo, desde el PH insisten en la necesidad de realizar una auditoria técnica del software que hará el escrutinio de los resultados. Ante los rumores de manipulación de algoritmos y virus maliciosos y la desconfianza generada, la Fiscalía autorizó finalmente la realización de una auditoría forense para que las partes puedan tener acceso al código fuente de dicha aplicación informática.

Sin embargo, para uno de los observadores internacionales del proceso electoral presente en esta segunda vuelta y que prefiere mantener el anonimato, si bien la auditoria ordenada por la Fiscalía es un paso adelante, no lo es suficientemente.

"Ninguna de las dos campañas de los candidatos tiene pleno acceso al código fuente. Sólo tienen acceso a un 30% de ese código. El resto no se muestra por temas de propiedad intelectual, según dice la propia empresa. Esto incluso en Venezuela sería impensable. El sistema electoral venezolano reparte la totalidad del código fuente entre todas las fuerzas que se presentan a las elecciones", explica a Público

A raíz de esta polémica, la presión de toda la derecha y de su opositor Rodolfo Hernández recayó sobre Gustavo Petro, a quien insistieron reiteradamente que contestase si va a aceptar los resultados en caso de perder. El candidato de la izquierda contestó que lo único que está exigiendo es transparencia.

Dos formas de estar y ver la política

A pesar de la inexistencia de debates y de confrontación de ideas, sí se ha podido vislumbrar aún más cuánto de antagónicos son Gustavo Petro y Rodolfo Hernández.

En estas tres semanas el Ingeniero Rodolfo, como le gusta que le llamen, ha sacado a relucir todas sus debilidades intelectuales y el gran desconocimiento que tiene del país y de su sistema político. Él mismo ha sido su peor enemigo.

Hernández ha seguido funcionando a base de tik tok y dando entrevistas puntuales, una de ellas interrumpida abruptamente por sus asesores de campaña cuando el periodista le preguntó sobre el caso de corrupción en el que está imputado, vinculado a su etapa de alcalde de su ciudad.

En caso de ganar las elecciones, Hernández podría durar apenas unos meses como presidente si fuese condenado. En ese caso, sería su vicepresidenta Marelen Castillo la que ocuparía su puesto.

En estos días también vimos cómo Hernández e Ingrid Betancourt, recordada por su largo cautiverio cuando estuvo secuestrada por las FARC, le pedían perdón a la Virgen por las blasfemias que el Ingeniero había soltado contra la Santísima en un programa de radio. "Hoy pedimos perdón a la Virgen María por mencionar su nombre de forma indebida durante esta campaña", twitteaba la política franco-colombiana que hoy apoya de forma incondicional a Hernández. Días después, el candidato populista suspendió temporalmente sus escasos actos públicos de campaña alegando que lo querían asesinar.

Por su parte, Gustavo Petro siguió recorriendo el país y se le pudo ver compartiendo con personas campesinas y trabajadoras sus quehaceres diarios. El líder progresista tuvo también su momentos delicados en campaña, especialmente a raíz de los llamados 'Petrovideos', cientos de horas de conversaciones confidenciales en video y audio que fueron grabadas para ser luego filtradas a la prensa y que sacaron a relucir detalles de la estrategia sobre cómo iban a confrontar a sus adversarios políticos, no siempre de la manera más limpia como es habitual en política.

La revista Semana, abiertamente antipetrista, le supo sacar jugo al tema y los fue publicando minuciosamente en la recta final de la campaña con el claro objetivo de golpear al candidato de izquierdas. Otro momento delicado para Petro fue cuando su hija Sofía se vio inmersa en un escarnio público en la redes sociales después que se malinterpretasen unas declaraciones suyas sacadas de contexto en una entrevista que concedió a El País.

Igualmente triste fue todo lo que aconteció alrededor de la misteriosa desaparición de la hija de Rodolfo Hernández, ocurrida ya hace unos cuantos años y que fue supuestamente secuestrada por un grupo guerrillero. Su historia volvió a salir a relucir en estos días de campaña con demasiadas especulaciones que hurgaban en un tema tan doloroso.

Lo que no se vio en esta campaña ha sido ningún debate porque el Ingeniero nunca quiso debatir con Petro, incluso obligado por una sentencia judicial que desacató. Su acción de desobediencia podría costarle hasta seis meses de arresto y una dura sanción económica.

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