Este artículo se publicó hace 2 años.
El conflicto entre Argelia y Marruecos se agrava entre acusaciones y ataques sobre la integridad territorial
La ocupación del Sáhara Occidental está en el corazón del vidrioso conflicto entre Marruecos y Argelia. Envalentonado con el apoyo de EEUU e Israel, Rabat ha puesto en marcha otra ofensiva verbal a la que Argel ha respondido.
Eugenio García Gascón
Actualizado a
Las relaciones entre Argelia y Marruecos se tensan periódicamente en un conflicto que hasta ahora es en su mayor parte verbal, aunque Rabat ha realizado en los últimos meses algunas operaciones militares contra intereses del país vecino que no han logrado arrastrar a los argelinos a un choque armado, una posibilidad que no puede descartarse en el futuro.
El punto central de la tensión es la ocupación del Sáhara Occidental que se inició en 1975 en contra de las resoluciones de la ONU, una cuestión en la que Argel mantiene una posición firme de rechazo incluso después de que Estados Unidos e Israel hayan decidido apoyar de manera explícita la posición de Rabat, con Alemania y España pasando por el aro.
Con el apoyo de EEUU otorgado por el presidente Donald Trump en los últimos días de su mandato, y que la administración de Joe Biden no solo no ha revertido sino que lo ha reforzado, las cosas han empezado a moverse rápidamente. Para complicarlo más, la entrada en escena de Israel reafirma la mala fisonomía del problema así como unos presentimientos no demasiado prometedores.
No se descarta, que el permanente cruce de acusaciones lleve a una confrontación militar
En este contexto, hemos asistido a un cruce de acusaciones de oscuro tinte nacionalista. El enviado especial argelino para el Sáhara Occidental, Ammar Blani, en nombre del ministerio de Exteriores, ha replicado al representante permanente de Marruecos ante la ONU, quien recientemente pidió la autodeterminación para la Cabilia, la región montañosa del nordeste de Argelia habitada por población beréber.
A su vez, el embajador marroquí respondía a su colega argelino, quien el pasado sábado reiteró la posición de su país de exigir el referéndum de autodeterminación para el Sáhara Occidental prometido por la ONU, pero que hasta la fecha no se ha celebrado, para poner fin a la "ocupación de Marruecos".
Argelia muestra una gran contención ante las repetidas provocaciones de Marruecos, tanto sobre el terreno físico como en el área diplomática. En consecuencia parece difícil, aunque no se pueda descartar, que el permanente cruce de acusaciones conduzca a algún tipo de confrontación militar, especialmente si se tiene en cuenta que Marruecos está envalentonado con el respaldo de EEUU e Israel.
El conflicto por el pueblo de la Cabilia
Citado por la agencia oficial marroquí, el diplomático de Rabat declaró que "el pueblo de la Cabilia ha estado sometido en el pasado al colonialismo otomano y francés, y ahora está sometido al colonialismo argelino (…) relacionado con la más larga ocupación en la historia de África". "¿Por qué Argelia no permite que la Cabilia decida su destino, que se expresen ellos mismos y elijan libremente su destino de la misma manera que Argel lo pide para los residentes (saharauis) de los campos de Tinduf?"
El embajador argelino replicó que Marruecos "está tratando de manera miserable de crear un estado de confusión y engaño en la escena nacional e internacional, y entre la opinión pública, y lo hace falsificando un paralelismo con el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, reconocido y legitimado a nivel internacional y por las decisiones de la ONU".
El embajador argelino reprochó a Marruecos que intenten atacar la unidad de la república
El embajador argelino agregó que toda la sociedad argelina apoya las posiciones de su gobierno respecto al Sáhara Occidental, y recordó que "entre los líderes de la guerra de liberación nacional (contra Francia) hay figuras históricas que pertenecen a la región de Cabilia". "Argelia es una república única e indivisible", sentenció el diplomático.
La cosa no quedó aquí. Ammar Blani calificó las declaraciones marroquíes de "irresponsables" y "ridículas", considerando que están dirigidas contra la línea de flotación de la unidad de la república de Argelia. A continuación ironizó sobre la independencia de Marruecos, que a diferencia de la argelina, no se consiguió luchando contra el colonialismo.
Para rematarlo dijo que no podía evitar "pensar sobre el destino de los millares de ciudadanos de la región marroquí del Rif que (son bereberes y) están oprimidos y cuyos líderes inocentes están pudriéndose en cárceles semejantes a las que había en la Edad Media, sufriendo las formas más severas de tortura y humillación".
Y continuó Blani refiriéndose a "los hijos del orgulloso pueblo del Rif que viven bajo la opresión de un estado paria y sueñan con una vida decente, esperando que algún día podrán vivir en la República del Rif, que fue proclamada por su líder Abdel Karim al Jattabi el 18 de septiembre de 1921, cuya memoria reverenciamos al haber sido símbolo de la libertad y la justicia".
Todo este intercambio de acusaciones es capaz de seguir deteriorando la situación en el Magreb, y muestra un creciente recurso al nacionalismo, una amenazadora fuerza bruta capaz de agitar a las masas en pleno siglo XXI, y que en este caso se deriva de la ocupación del Sáhara Occidental y del apoyo que Rabat recibe de EEUU e Israel.
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