La desesperación de una gazatí que pide asilo a España: "He experimentado el horror desde el primer minuto de este genocidio"
Lara Eljamala, una joven gazatí de 29 años, cuenta a 'Público' el horror de vivir un genocidio en primera persona: "La respuesta de Israel significa destrucción masiva y matanza indiscriminada".
La joven busca asilo humanitario en España, donde vive su tío. Sin embargo, el Consulado de España en Jerusalén le ha negado la solicitud. Ahora, lucha para que Exteriores reconsidere su caso.
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Cada madrugada en Gaza comienza con el estruendo de las bombas que sacuden el enclave palestino y rompen el silencio de la noche. Para Lara Eljamala, una joven gazatí de 29 años, vivir allí significa hacerlo bajo un miedo constante y con la incertidumbre de no saber si mañana podrá seguir contando su historia. "La situación empeora cada vez más, los bombardeos no cesan, el miedo crece mientras vemos cómo se derrumban los edificios a nuestro alrededor. Israel abre docenas de puertas infernales en la ciudad de Gaza", relata a Público.
A pesar del horror diario, Lara se aferra a una pequeña luz de esperanza: lograr asilo humanitario en España, donde vive su tío. Sin embargo, el Consulado de España en Jerusalén le ha negado la solicitud, alegando que solo puede evacuar a familiares de primer grado, como hijos o pareja. Ahora, lucha para que el Ministerio de Asuntos Exteriores reconsidere su caso, después de conocer otros casos de familiares de segundo grado que sí han logrado salir de Palestina hacia suelo español. Este medio se ha puesto en contacto con Exteriores y no ha recibido respuesta al momento de la publicación de este artículo.
La joven, que es farmacéutica y traductora médica, hasta hace unos días vivía en el oeste de la ciudad de Gaza junto a su padre, Abdalsalam; su madre, Ola; sus hermanas, Eslam y Mariam; y sus hermanos, Osama y Mohamed. Todo cambió el pasado martes, cuando las fuerzas armadas israelíes ordenaron la evacuación total de la ciudad.
Desde entonces, Gaza capital ha sido declarada "zona de combate peligrosa", un lugar en el que ningún civil estaría a salvo del fuego israelí. "La mañana del martes recibimos muchas llamadas de las Fuerzas de Defensa de Israel, amenazándonos con que si no abandonábamos la zona seríamos considerados combatientes de Hamás y nos matarían", cuenta Lara.
Nos amenazan con que si no abandonamos la zona seríamos considerados combatientes de Hamás y nos matarían
Tras meses de devastación de amplias zonas de Gaza, hace un par de semanas el Ejército israelí anunció su intención de derribar también los edificios altos en el oeste de la ciudad, donde Lara y su familia vivían. "Cuando escuchamos la noticia, el miedo nos invadió", recuerda.
La primera reacción de su familia fue intentar huir hacia el sur de la Franja, a Deir al-Balah, donde alquilaron una vivienda por 3.000 dólares al mes y trasladaron sus pertenencias. Sin embargo, en ese momento decidieron no marcharse. "Sentimos que algo nos detenía, que no podíamos hacerlo", reconoce, consciente de que podía sonar "irracional". Para ella y los suyos, abandonar su casa no significaba sólo dejar atrás paredes, sino cortar con una vida de generaciones, con recuerdos y raíces. Por eso, optaron por resistir hasta el último instante y no huyeron de su hogar hasta hace unos días. "Hemos decidido esperar hasta el último momento, cuando este martes se ha anunciado la orden de evacuación", apunta durante su conversación con este periódico.
El mapa publicado por las Fuerzas de Defensa de Israel clasifica toda la capital gazatí como zona roja, es decir, de combate, sin protección posible para los civiles. El resto del territorio de Gaza aparece igualmente en rojo, con la excepción de Deir al-Balah -donde ahora se encuentra Lara con su familia-, marcada en blanco, supuestamente libre de ataques; y otra en Jan Yunis, coloreada de amarillo y definida como "zona humanitaria".
Seis veces desplazada
"Me desplazaron seis veces y luego, cuando entró en vigor la tregua, regresamos a nuestra casa en la ciudad de Gaza", recuerda Lara. La experiencia de haber tenido que abandonar el hogar una y otra vez explica por qué ahora su familia decidió resistir. "Sabemos lo que se siente al dejar tu hogar. Ya lo hemos vivido. Por eso nos negábamos a dejar nuestro hogar esta vez porque no habrá retorno".
Lara recuerda que el conflicto existe desde hace décadas, por ello no le sorprendió la respuesta desmedida de Israel a los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023: "Todos sabíamos que Gaza pagaría el precio, la locura de Israel no es una advertencia. Desde el primer minuto de este genocidio en Gaza, experimenté el horror en primera persona. Aquí sabemos cómo responde Israel porque lo he vivido antes en 2012, 2014, 2018, 2021 y 2023. Sabemos lo que significa la 'respuesta' de Israel: destrucción masiva, matanza indiscriminada y la devastación de todo a su paso".
Aquí sabemos cómo responde Israel porque lo he vivido antes en 2012, 2014, 2018, 2021 y 2023
El 83% de los fallecidos en Gaza son civiles
Más de 64.400 palestinos han muerto desde que comenzó el genocio israelí en Gaza. De ellos, al menos el 83% de los fallecidos hasta mayo eran civiles, según una investigación publicada por The Guardian y la revista israelí +972, tras lograr acceso a una base de datos de inteligencia clasificada del Ejército israelí.
A la violencia se suma el hambre. Al menos 109 personas han muerto, incluidos 23 menores, por causas relacionadas con la desnutrición, según el recuento de la Sanidad gazatí. De hecho, el pasado 22 de agosto Naciones Unidas declararon oficialmente la hambruna en la Franja.
El genocidio continúa mientras Israel sigue restringiendo deliberadamente la entrada de suministros básicos para la población civil. "No hemos recibido ningún paquete de ayuda humanitaria en casi siete meses", denuncia Lara, que se muestra especialmente preocupada por la falta de medicamentos. "Mi padre sufre complicaciones de diabetes e hipertensión, y apenas podemos conseguir los fármacos necesarios. Hay una gran escasez de medicamentos aquí en Gaza; incluso los analgésicos son escasos", denuncia.
Además, la situación sanitaria es cada día más crítica. Gran parte del sistema hospitalario está destruido o fuera de servicio. Según datos del Ministerio de Sanidad de Gaza, bajo control de Hamás, 22 hospitales han dejado de funcionar por completo y otros 16 apenas operan de forma parcial. La ocupación hospitalaria supera ya el 200%, lo que convierte en un reto casi imposible atender a la población herida y enferma.
Un proyecto para ayudar a huérfanos
Lara ha sufrido la pérdida de sus dos tíos a causa del genocidio en Gaza. Tras esta tragedia, decidió transformar su dolor en acción y empezó un proyecto para apoyar a sus primos, que quedaron huérfanos después de la muerte de sus padres. Ese esfuerzo personal terminó convirtiéndose en la ONG Light for Gaza Orphans.
"Lo que en un principio pretendía ayudar a 10 niños -sus primos- se ha convertido en un proyecto con el que hemos ayudado a más de 75 huérfanos y hemos recaudado más de 40.000 dólares para ellos", explica la joven, que está al mando de la iniciativa junto a un amigo de Países Bajos que le ayuda sobre todo a difundir en redes sociales.
El propósito principal es brindar a los menores lo esencial para vivir con dignidad: artículos de higiene, ropa, alimentos, tiendas de campaña y una ayuda económica mensual destinada a cubrir las necesidades básicas de las familias.
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