La Policía de Bolivia detuvo este miércoles a Luis Fernando Camacho, gobernador de Santa Cruz, la mayor región y motor económico del país. El líder opositor estaba siendo investigado por su posible participación en la crisis política que asoló el país en 2019, cuando el entonces presidente Evo Morales se vio obligado a renunciar a la presidencia por las presiones de parte de las Fuerzas Armadas.

La renuncia de Morales, quien además tuvo que salir del país, fue seguida por el el ascenso de Jeanine Áñez como jefa de Estado. A día de hoy Áñez está en prisión por este caso, conocido como 'golpe de Estado I' y 'golpe de Estado II'.  Asimismo, parte del sector oficialista ha acusado a Camacho en las últimas semanas de "terrorismo" por haber alentado el paro de más de un mes en el departamento de Santa Cruz, escenario de nuevas protestas y bloqueos, en esta ocasión para oponerse a la ley del censo del Gobierno de Luis Arce.

La Fiscalía de Bolivia ha pedido seis meses de prisión preventiva contra Camacho por riesgo de fuga. La Fiscalía ha argumentado que el gobernador no tiene un "domicilio habitual" y suele viajar con frecuencia a países como Brasil, Perú, Panamá, Estados Unidos, Argentina o España, por lo que tiene "facilidad" para abandonar el país, según el diario El Deber.

El opositor boliviano, líder de la plataforma Creemos ha tildado este mismo jueves su arresto de "secuestro" y ha asegurado que la denuncia en su contra "carece de coherencia, credibilidad y verdad". Asimismo, ha precisado que siempre ha estado a disposición de las autoridades.

Después de su detención, se han registrado protestas en Santa Cruz, llegando incluso a bloqueos en carreteras y aeropuertos. Asimismo, otros representantes de la oposición han exigido su liberación, advirtiendo al mismo tiempo al Gobierno de que no van a "claudicar" y que seguirán luchando "hasta las últimas consecuencias".