El Gobierno argentino ha advertido este lunes que valora descontar un día de salario a quienes acudan a la huelga general del 24 de enero. Esta ha sido convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), el principal sindicato argentino, el pasado 28 de diciembre.

El cometido de la huelga es protestar contra el conjunto de reformas sociales, laborales y económicas que el presidente ultraderechista, Javier Milei, anunció en los primeros días de su mandato.

"Lo estamos analizando como una posibilidad cierta", ha afirmado el portavoz presidencial, Manuel Adorni, al ser preguntado por la prensa sobre si el Gobierno descontará la retribución correspondiente a las doce horas de paro que durará la huelga.

De hecho, una de las reformas que Milei pretende aprobar en el Congreso, dentro de la ley ómnibus, está relacionada con este tipo de parones laborales: el artículo 24 recoge la imposibilidad de huelga cuando esta impida el 75% del normal funcionamiento de la actividades que se consideran esenciales.

Marcha hasta el Congreso

La CGT anunció en diciembre que el parón comenzaría a las 12 horas del 24 de enero y se alargará hasta la medianoche. Además, se realizará una marcha hasta el Congreso, donde está previsto que se apruebe la ley ómnibus un día más tarde.

Este mismo lunes, ha tenido lugar la primera protesta contra Milei frente a la quinta de Los Olivos, la residencia presidencial. Unos 600 manifestantes, convocados por la organización Somos Barrios de Pie, se han concentrado para pedir alimentos para los comedores sociales.

Ante un fuerte contingente policial, los protestantes alzaron la voz contra el presidente ultraderechista: "¡Milei, compadre, la olla está que arde! ¡Bajá los alimentos porque nos morimos de hambre!".