Este artículo se publicó hace 16 años.
Hizbolá pierde a uno de sus líderes
Una bomba mata en Siria a Imad Mugniyeh, uno de los mayores enemigos de EEUU e Israel
Imad Mugniyeh eludió a los servicios secretos de Israel y Estados Unidos durante más de veinte años. Hasta que ayer alguien terminó por cazarle. Es improbable que nadie admita la autoría del atentado que acabó con su vida. Pero el responsable del atentado estará con casi total seguridad entre los que ayer se alegraron por su muerte.
La explosión de una bomba lapa adosada a los bajos de su vehículo causó la muerte en la noche del martes a uno de los líderes militares más destacados de Hizbolá en un barrio residencial de la capital de Siria, Damasco.Nacido en 1962 en el sur de Líbano, Mugniyeh figuraba en el lugar más prominente de la lista de terroristas buscados por Israel y Estados Unidos. El FBI ofrecía por su cabeza 25 millones de dólares, la misma recompensa que por Osama Bin Laden.
El chií Mugniyeh fue particularmente activo en los años ochenta, durante la cruenta guerra civil de Líbano, y se le han atribuido, entre otras cosas, el atentado contra la embajada y el cuartel general de las tropas estadounidenses en Beirut que en 1983 costó la vida a más de 260 personas, casi todas marines.A Mugniyeh, que entonces era jefe de los servicios de inteligencia de Hizbolá, se le atribuyeron también los atentados contra el cuartel general de las tropas francesas en Beirut, con 58 muertos, y contra la embajada israelí y el centro cultural judío AMIA de Buenos Aires, en los que murieron 124 personas en 1992.
Los ochenta fueron unos años atroces en Líbano, con la mitad del país ocupado por Israel y con la presencia de miles de soldados occidentales terminaron tomando partido en la guerra civil libanesa en favor de los maronitas cristianos y en contra de los grupos chiíes, entre los que estaba Hizbolá. Sin embargo, la organización chií respondió a Estados Unidos e Israel con violencia tanto en el extranjero como en Líbano.
En esa misma época, Mugniyeh pudo haber estado implicado en el asesinato del jefe de la delegación de la CIA en Beirut, en el secuestro de varios ciudadanos occidentales, algunos de los cuales fueron eliminados, y en el secuestro de varios aviones.
Acusan a Israel
Aunque nadie se atribuyó el atentado de Damasco, Hizbola acusó inmediatamente a Israel. "Con gran orgullo anunciamos que el gran yihadista y líder de la resistencia islámica en Líbano se ha unido a los mártires. El hermano, jefe y peregrino Imad Mugniyeh se ha convertido en mártir a manos de los sionistas israelíes", proclamó el comunicado de Hizbolá.
En Israel, en un primer momento se declinó comentar la noticia. Más tarde, la oficina del primer ministro, Ehud Olmert, "rechazó" su presunta "implicación en ese incidente", y dijo que no tenía nada más que decir.
El ex jefe del Mossad Danny Yatom mostró su satisfacción por la muerte de Mugniyeh y la calificó de un "gran logro del mundo libre".
Washington recibió alborozado el atentado terrorista de Damasco. El portavoz del Departamento de Estado lo llegó a denominar un acto de justicia. "El mundo es un lugar mejor sin él. Era un asesino despiadado y un terrorista responsable de la muerte de un incontable número de civiles. De una forma u otra se ha hecho justicia", dijo Sean McCormack.
El Ejército israelí ha puesto en estado de alerta a sus unidades en la frontera con Líbano, y el Ministerio de Asuntos Exteriores ha ordenado a sus embajadas y a los centros culturales judíos en todo el mundo que extremen las medidas de seguridad.
La gran cuestión ahora es adivinar cuál será el comportamiento de Hizbolá. La organización chií tiene por costumbre responder a los ataques de Israel y deberá decidir si la venganza se dirige directamente contra el territorio de Israel o contra intereses de Israel en Occidente.
El diputado de Hizbolá Ismail Sukeyir confirmó que la dirección del partido se reunirá en Beirut para estudiar la respuesta. "Hizbola tiene derecho a responder en cualquier parte del mundo y de la manera que considere apropiada", advirtió.
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