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Irán ahorca a un científico que en 2009 pasó "información vital" a EEUU

Después de varios años de vivir rodeado de misteriosas circunstancias, el científico nuclear Sharham Amiri ha sido ejecutado. Un tribunal lo halló culpable de traición y de haber transferido a Estados Unidos información vital sobre el programa nuclear iraní.

El científico iraní Shahram Amiri, junto a su padre, en una foto del archivo de julio de 2010 en el Aeropuerto de Teherán, tras reaparecer después de, según dijo, haber sido secuestrado por los serivcios secretos de EEUU. AFP / Atta Kenare

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

JERUSALÉN – El Ministerio de Justicia de Irán ha confirmado que el científico nuclear Sharham Amiri ha sido ejecutado en la horca después de haber sido hallado culpable de “traición” y después de que el Tribunal Supremo hubiera confirmado la sentencia. Con esta ejecución se pone fin a un largo e inconexo proceso que se inició en 2009, cuando Amiri desapareció misteriosamente durante un viaje a Arabia Saudí.

El cadáver del científico nuclear fue entregado a su familia el pasado sábado y la madre confirmó entonces que su hijo había sido ejecutado añadiendo que el cuerpo presentaba señales de haber sido ahorcado. El domingo, un funcionario del Ministerio de Justicia ratificó la ejecución sin especificar dónde ni cuándo se produjo.

Nacido en 1977, Amiri era especialista en isótopos radioactivos y profesor en la Universidad Malek Ashtar de Teherán, que realiza proyectos nucleares para el ministerio de Defensa. En junio de 2009 el científico efectuó un viaje de peregrinación religiosa Arabia Saudí durante el que desapareció sin dejar rastro cuando se hallaba en la ciudad de Medina.

Un año después, en junio de 2010, circularon varios videos en Estados Unidos en los que aparecía el científico manifestando que había sido secuestrado por la CIA y que había sido interrogado por la central de inteligencia americana “bajo una intensa presión psicológica para revelar información sensible”. En otro video, contradictorio con los anteriores, decía que quería continuar sus estudios en Estados Unidos.

La versión que dieron los americanos es completamente distinta puesto que indicaron que Sharham Amiri había desertado voluntariamente y había revelado, por iniciativa propia, “información útil” a los investigadores de Estados Unidos. La entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, manifestó que de la misma manera que Amiri había entrado en Estados Unidos por su libre voluntad, podía marcharse cuando quisiera.

En 2009, Amiri desapareció. Aseguró que le había secuestrado la CIA, pero EEUU aseguró que había desertado voluntariamente y revelado “información útil”

Un mes después, el 13 de julio de 2010, Amiri se presentó en la oficina de representación de los intereses iraníes en Estados Unidos, sita en la Embajada de Paquistán en Washington, donde solicitó regresar a Irán tan pronto como fuera posible.

Dos días más tarde, el 15 de julio, el científico reapareció en Teherán, donde fue recibido por su familia y por representantes de las autoridades iraníes. El recibimiento fue clamoroso, propio de un auténtico héroe, sin que nada indicara que era el preludio de un final trágico.

Lo siguiente que se sabe de Amiri es que casi un año más tarde fue arrestado y acusado de traición y de haber transferido al enemigo información clasificada sobre el programa nuclear. El arresto se produjo en mayo de 2011. Posteriormente Amiri fue juzgado y condenado. Desde entonces no ha habido más noticias del científico hasta este fin de semana.

El ciéntifico nuclear iraní Shahram Amiri, en una foto de archivo de julio de 2010, recibido por sus familiares en en aeropuerto de Teherán. AFP / Atta Kenare

El ciéntifico nuclear iraní Shahram Amiri, en una foto de archivo de julio de 2010, recibido por sus familiares en en aeropuerto de Teherán. AFP / Atta Kenare

En la época de la desaparición de Amiri, Irán mantenía un fuerte pulso con Estados Unidos acerca de su programa nuclear. Amiri trabajaba entonces para el ministerio de Defensa de su país y esto sugiere que estaba al tanto de por lo menos algunos secretos de ese programa.

Desde entonces las cosas han cambiado puesto que en enero último, Teherán alcanzó un acuerdo con varias potencias mundiales para limitar su programa nuclear. Este acuerdo, que sigue en vigor, cuenta con el apoyo de Occidente pero no de Israel, que mantiene en pie una campaña de críticas hacia la administración americana.

Este fin de semana, el ministerio de Defensa de Israel ha publicado una nota muy áspera con la Casa Blanca en la que además se condena el acuerdo de enero y se compara a Irán con la Alemania nazi. Hace algunos años Israel fue acusado de haber asesinado a varios científicos nucleares iraníes.

Un portavoz del ministerio de Justicia iraní, Gholam-Hossein Mohseni-Ejeim, citado por varios medios locales, manifestó el domingo que Amiri había traicionado los intereses del país. “Por medio de sus conexiones con Estados Unidos, Amiri transfirió información vital sobre el país al enemigo”, declaró el portavoz. El mismo portavoz manifestó que “esta persona ha obtenido información muy secreta y ha establecido contactos con nuestro enemigo número uno, Estados Unidos, y ha pasado al enemigo la inteligencia más crucial del país”.

La ejecución de Amiri no aclara algunos de los puntos más misteriosos que rodean este caso, especialmente su desaparición de Arabia Saudí. Hace algunos años, el entonces ministro de Exteriores iraní, Manouchehr Mottaki, acusó a Estados Unidos de haber secuestrado a Amiri, una circunstancia que Washington negó.

Poco después, un informe de la cadena de televisión americana ABC, citando a fuentes de los servicio de inteligencia de Estados Unidos, manifestó que Amiri había huido voluntariamente a Estados Unidos dentro de un plan para menoscabar el programa nuclear iraní, y había colaborado con la CIA de buen grado.

Sin embargo, esta situación no aclara por qué poco después Amiri decidió volver a Irán, ya que si realmente había colaborado con la CIA era muy arriesgado regresar a su país. Por otra parte, la información de ABC tampoco aclara por qué la CIA tenía interés en revelar que Amiri había colaborado con la CIA voluntariamente, una circunstancia que pondría en grave peligro a su colaborador.

Según el Washington Post, Amiri fue retribuido con cinco millones de dólares por haber colaborado voluntariamente con la CIA. Otras informaciones posteriores señalan que Teherán amenazó a varios familiares del científico para forzarlo a regresar de Estados Unidos.

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