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Los laboristas israelíes cuestionan al propio Rabin

El Partido Laborista ha iniciado una agria discusión acerca del hombre que firmó los acuerdos de Oslo en 1993

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

Coincidiendo con el 15º aniversario del asesinato del primer ministro de Israel Yitzhak Rabin, el Partido Laborista ha iniciado una agria discusión acerca del hombre que firmó los acuerdos de Oslo en 1993 y sobre su legado político, que para una parte de la población representa la paz con los árabes, y para otra parte, una aventura destinada al fracaso.

La discusión la abrió el martes la diputada laborista Einat Wilf, de 39 años, cuando, para sorpresa de todo el mundo, manifestó que la gran fotografía de Rabin que preside la sala de reuniones de su partido en la Kneset debería reemplazarse con otra de David Ben Gurion, como era antes de 1995, y que las ceremonias oficiales que se celebran anualmente en memoria del primer ministro deberían suprimirse.

En opinión de Einat Wilf, el Partido Laborista piensa demasiado en el pasado. Rabin representa ese tiempo para los israelíes, en general, y lo que debería hacer el partido , según Wilf, es pensar en el futuro y no incidir tan a menudo en la figura de Rabin.

'No es ninguna sorpresa. El Partido Laborista sólo tiene de laborista el nombre', comenta Ofer Cassif, profesor de Ciencias Políticas. 'El líder laborista, Ehud Barak, es muy derechista en las negociaciones con los árabes, con respecto a la ocupación y en cuestiones económicas. Está en contra del Estado del bienestar. El Partido Laborista ha entrado en un Gobierno con la extrema derecha y se ha diluido. Rabin es un símbolo de centro-izquierda y es natural que los laboristas de ahora no quieran saber nada de eso'.

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