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Libia Una coordinadora de MSF presente en el naufragio en Libia: "No hay palabras para describir el sufrimiento de esas personas"

Anne-Cecilia Kjaer, coordinadora de enfermería de Médicos Sin Fronteras, atendió a los migrantes supervivientes del bote que naufragó este jueves cerca de la ciudad costera libia de Al Khoms: "La mayoría de las personas a las que asistí experimentaron viajes sumamente espantosos".

Imagen de archivo de migrantes a bordo de una patera. Foto: Aris Messinis / AFP

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El drama humanitario en la ruta marítima del Mediterráneo central no cesa. Esta semana, el naufragio de un bote neumático ante la costa libia se ha saldado con la muerte de 150 personas que trataban de llegar a Europa, según ha informado la Agencia para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR). 

Recomponer el desarrollo de los hechos es una ardua tarea. Según recoge Efe, la embarcación había salido de la ciudad libia de Khoms, a 120 kilómetros al este de Tripoli, aunque es complicado especificar cuándo sucedió el naufragio y qué barcos participaron en el rescate. 

La coordinadora de enfermería de Médicos Sin FronterasAnne-Cecilia Kjaer, que atendió a los supervivientes del naufragio, explica que están tratando de reconstruir la cadena de eventos, pero hay poca información oficial y fiable: "Las personas rescatadas están en estado de shock, muy traumatizadas, y son básicamente nuestra principal fuente de información. Las personas a quienes asistimos en el desembarco ya han abandonado el puerto, pero no sabemos su paradero", relata. Aunque según Acnur, 150 personas habrían sido rescatadas y llevadas de vuelta al país magrebí

El equipo de Médicos Sin Fronteras, formado por un doctor, dos enfermeros y un conductor atendió a un grupo de cerca de 80 personas procedentes en su mayoría de Eritrea, Sudán, Egipto y Bangladesh y a otro formado por 53 supervivientes, rescatados por pescadores y devueltos a Joms. "Las personas estaban sentadas contra una pared para encontrar algo de sombra. Apenas estaban vestidas, algunas solo traían una toalla o ropa interior. Estaban sentadas en la sombra, en estado de shock", relata Kjaer. 

El estado de salud de las personas que habían logrado salvar la vida era muy preocupante. Algunos habían tragado y respirado mucha agua de mar, y tenían problemas respiratorios. Otros estaban en una situación crítica, recostados sobre el suelo, con la piel azulada y gris debido a la falta de oxígeno. "Estaban en muy mal estado", reconoce, por lo que siete personas fueron remitidas a hospitales locales.  

"Antes de sobrevivir al naufragio, cruzaron el desierto, estuvieron cautivos y se enfrentaron a violencia y torturas"

Al pisar tierra, las víctimas del naufragio estaban sedientos y con hambre: "Habían pasado varias horas desde que el barco comenzó a hundirse y la temperatura era de alrededor de 40 grados". Además, habían estado en manos de los traficantes durante mucho tiempo y, en general, estaban en mal estado: parecían estar desnutridas y anémicas.

Kajer denuncia que los migrantes rescatados están traumatizados tras la travesía y que de nuevo, serán puestos en una posición donde corren un riesgo mortal: "Antes de sobrevivir al naufragio, cruzaron el desierto, estuvieron cautivos por los traficantes, se enfrentaron a violencia y torturas. Después vieron cómo se ahogaban sus familiares, y ahora es probable que sean llevados a una prisión, en condiciones horribles". 

"No podemos ni imaginar cómo están sufriendo estas personas. Una vez que estás en medio, cuando tratas de ponerle palabras, te das cuenta de que no hay tales capaces de describir su sufrimiento. Esto tiene que parar", concluye Kjaer.

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