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Obama arremete contra los críticos de la operación

Los que censuran el asesinato de Bin Laden 'deberían hacérselo mirar'

ISABEL PIQUER

Barack Obama defendió con firmeza su decisión de liquidar a Osama bin Laden en una entrevista en la cadena CBS difundida el pasado domingo por la noche donde también explicó y contextualizó el proceso que le llevó finalmente a ordenar la operación Gerónimo. 'Por muy nervioso que estuviera', dijo Obama, 'no perdí el sueño pensando en la posibilidad de eliminar a Bin Laden. Se hizo justicia. Y pienso que cualquier persona que ponga en duda que el autor de una matanza en masa en suelo estadounidense no se mereciera lo que tuvo, debería ir a hacérselo mirar'.

Obama tampoco lamentó no haber informado a Pakistán. La operación era tan secreta que sólo unos pocos miembros de su propio Gobierno estaban al corriente. 'Si no lo digo a mis asesores más próximos desde luego que no se lo voy a decir a gente que no conozco', abogó.

Los 40 minutos de la operación fueron 'los más largos de mi vida'

Los 40 minutos de la operación fueron 'los más largos de mi vida', dijo Obama exceptuando el mal momento que pasó cuando a Sasha, su hija pequeña, le diagnosticaron una meningitis cuando tenía tres meses y estuvo esperando 'a que el médico me dijera que todo iba a ir bien. Fue una situación muy tensa'.

El presidente de EEUU reconoció que algunas voces dentro de su equipo no estaban de acuerdo con la idea de lanzar una misión tan arriesgada. 'El hecho de que algunas personas expresaran sus dudas fue muy bueno porque mejoró el plan', dijo Obama, a quien le gusta rodearse de una equipo 'que puede dar sus mejores estimaciones', aunque le lleven la contraria. Cuando la Casa Blanca decidió finalmente actuar, 'habíamos repasado todas las opciones'. Todos tenían en mente el precedente de operaciones desastrosas, como la de Somalia en 1993 y el fallido intento de rescate de los rehenes de Teherán en 1980.

'Por muy nervioso que estuviera, no perdí el sueño. Se hizo justicia'

'Creo que una de las ironías de esto es pensar en la imagen que Bin Laden intentó dar, la de un asceta, viviendo en una cueva. El hombre estaba viviendo en un recinto de un millón de dólares en un barrio residencial', dijo Obama.

El presidente sopesó los riesgos pero al final decidió actuar . 'Los servicios de inteligencia hicieron un gran trabajo, pero al final sólo estábamos seguros en un 55%' de que aquel recinto de Abbottabad era realmente el paradero de Bin Laden. Estados Unidos violaba la soberanía de otro país y cualquier error supondría un quebradero de cabeza diplomático. 'Si nos hubiéramos encontrado a un rico príncipe de Dubai', en vez del líder de Al Qaeda, 'hubiéramos tenido serios problemas. Pero estos son los riesgos geopolíticos de este tipo de decisiones'.

El presidente afirmó que la seguridad de los comandos de los Navy Seals era su primera preocupación: 'En la oscuridad de la noche, no sabían lo que podían encontrarse, no saben si hay explosivos en las puertas o algún tipo de trampa. Tomaron enormes riegos y lo que me importaba, ante todo, al mandarles era saber cómo les iba a sacar de ahí'.

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