Público
Público

Préval desaira a Bill Clinton e ignora el fraude

El presidente haitiano se marcha en medio del homenaje a las víctimas de la ONU

DANIEL LOZANO

Henri Christophe se auto-proclamó primer y único rey de la historia de Haití en el siglo XIX. Atacado por la fiebre del poder y en un arrebato de locura caribeña, se recluyó en la fortaleza de Laferrière, desde donde gobernó de forma despótica. René Préval, el actual presidente, es uno de sus discípulos más aventajados.

El pasado miércoles, durante el homenaje a los trabajadores de la ONU que fallecieron en el terremoto hace un año, el presidente desairó y provocó a la comunidad internacional con un solo gesto: cuando la megafonía anunció a Bill Clinton, enviado especial de la ONU a Haití y codirector de la Comisión Interina de Reconstrucción, Préval se levantó de forma ostensible y abandonó el acto. Nadie del Gobierno empleó ni una palabra en secundar el recuerdo de las 102 víctimas que la misión de la ONU dejó en tierra haitiana.

Préval, enrocado en el poder, se niega desde el domingo pasado a conceder audiencia a Colin Ganderson, jefe de la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), que pretende entregarle el informe de sus técnicos. Este confirma el escandaloso fraude electoral promovido por Préval y sus partidarios para aupar a su yerno, Jude Celestin, a la segunda vuelta de las presidenciales. La comunidad internacional ha pactado un plazo de 48 horas para obtener respuesta del jefe de Estado. Si no la obtiene, obligará a la OEA a hacer público el informe. Un documento demoledor, que aconseja que sean Mirlande Manigat y Michel Martelly quienes se enfrenten en la segunda ronda. Entre las irregularidades halladas destacan urnas repletas de votos, casi al 90%. Y la mayoría para Celestin. En cambio, en los colegios que no han sufrido pucherazo la participación fue de sólo el 22%, la media nacional, y se inclina en su mayoría por Martelly, cantante antisistema apoyado masivamente por las clases más desfavorecidas.

Fuentes de la OEA expresaron a Público su temor a que Préval se haya decantado por jugar la baza de la anulación de las elecciones. Tal y como ya ha avisado, piensa eludir el mandato constitucional que le obliga a dejar el poder el 7 de febrero, aferrándose a un tecnicismo para seguir hasta mediados de mayo. De esta forma impondría un Gabinete de concentración, que gobernaría durante al menos un año hasta la nueva convocatoria de elecciones.

¿Consecuencias? La actual parálisis que sufre la reconstrucción de Haití desde hace cuatro meses se prolongaría un año más. Qué más da. A Préval hace mucho tiempo que dejó de dolerle su país.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional