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Rechazada la sexta moción de censura parlamentaria contra el Gobierno francés

La iniciativa de La Francia Insumisa (LFI) no recibió el respaldo mayoritario de los diputados de la Asamblea Nacional.

Parlamento de Francia. Imagen de Archivo.
Parlamento de Francia. Imagen de Archivo. Julien De Rosa / AFP / dpa / Europa Press

La última moción de censura presentada contra el Gobierno francés -la sexta, en total, en el plazo de apenas dos semanas- fracasó este viernes al no recibir el respaldo mayoritario de los diputados de la Asamblea Nacional, a pesar de que el bloque gubernamental carece de la mayoría absoluta en la cámara.

La iniciativa de La Francia Insumisa (LFI), principal fuerza progresista y tercera más numerosa en el Parlamento, conquistó 188 votos, como se esperaba, lejos de los 289 que requeriría su aprobación. Al igual que ya habían hecho con las mociones de censura anteriores de LFI, los miembros del bloque ultraderechista de Marine Le Pen, Agrupación Nacional (RN, siglas en francés), votaron a favor en una maniobra para generar disensiones entre las fuerzas de izquierda.

LFI interpuso esta moción en respuesta a la decisión de la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, de activar de nuevo el artículo 49.3 de la Constitución, que permite al Ejecutivo forzar la aprobación de proyectos de ley sin someterlos al voto de la Asamblea Nacional, donde el bloque gubernamental no tiene mayoría absoluta. En esta ocasión, Borne recurrió a este mecanismo para asentar la segunda parte del proyecto de ley de los Presupuestos de 2023.

"Es la cuarta vez que elige la aprobación forzosa. Si el derecho constitucional se lo autoriza, nosotros tenemos el deber de peleárselo (...) Hoy no tiene ni la legitimidad popular ni la parlamentaria", dijo este viernes el diputado de LFI Jean-Hugues Ratenon al abrir el debate parlamentario.

El oficialismo, por su parte, culpó a la oposición de no actuar de manera constructiva. "Las proposiciones del Gobierno ustedes las encuentran malas por principio", se defendió Borne, antes de acusar a los partidarios de la moción de censura de hacer "demagogia" y echar en cara a LFI que sus iniciativas se apoyen en los votos de la extrema derecha.

Asimismo, Borne animó a los 62 diputados del grupo conservador moderado Los Republicanos (LR), cuya negativa a apoyar las mociones de censura está siendo clave, a trabajar junto al Gobierno con un debate "constructivo".

Tras el fracaso de la moción, el proyecto de ley de los presupuestos quedó adoptado y se envió al Senado. La aprobación forzosa de la primera parte de los presupuestos ya había sido el desencadenante de las dos primeras mociones de censura contra Borne hace unas dos semanas.

En aquella ocasión, LFI presentó la suya con sus socios de la coalición NUPES (que agrupa también a socialistas, comunistas y ecologistas) y, por separado, el bloque de Le Pen interpuso otra. Las mociones posteriores, que vinieron también de la izquierda y de la ultraderecha, respondieron igualmente al uso del artículo 49.3 para aprobar los presupuestos de la Seguridad Social francesa.

Las medidas, sin embargo, no tenían opciones de triunfar, ya que para derrocar al Gobierno necesitarían sumar el apoyo de al menos 289 diputados, algo que ambos grupos no consiguen ni siquiera uniendo fuerzas.

Antes de la moción, la Asamblea había votado sancionar al diputado ultraderechista Grégoire de Fournas por un comentario racista emitido en plena sesión, algo que obligó a paralizar el debate y provocó un gran revuelo político en el país. 

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