Este artículo se publicó hace 2 años.
Ultras ucranianos transmitían propaganda cocinada por la CIA desde Radio Nacional en el franquismo para debilitar a Moscú
Comenzaron a emitir desde Madrid gracias a un acuerdo suscrito en 1950 por Franco y un enviado del fascista ucraniano Stepan Bandera. Luego la CIA se hizo cargo y financió los programas con el fin de ofrecer una alternativa "ultranacionalista" a la URSS en Ucrania. Los guiones eran hechos por refugiados educados en los jesuitas.
Madrid-
El papel de la España franquista en la Guerra Fría fue más bien modesto, aunque no tanto como se presumía. A finales del pasado año se conocieron los detalles de un plan elaborado por la CIA para servirse de los niños republicanos españoles entre 1956 y 1960 y ahora ha sido un antiguo responsable de Radio Free Europe, Richard H. Cummings, quien ha dado a conocer detalles acerca de la participación de Radio Nacional de España y el Gobierno de Franco en un plan que implicaba a los ultranacionalistas del Consejo Supremo de Liberación de Ucrania y a la agencia norteamericana de inteligencia. Su objetivo era debilitar al régimen comunista de Moscú mediante transmisiones de radio emitidas desde España y redactadas por un grupo de refugiados ucranianos en Madrid, educados en su mayoría por los jesuitas.
Cummings fue director de seguridad entre 1980 y 1995 de Radio Free Europe y Radio Liberty, dos emisoras financiadas por Estados Unidos y con base en Munich que divulgaban propaganda antisoviética a países situados al otro lado del telón de acero. Su investigación ha sido publicada en un libro de McFarland recientemente aparecido con el título de Cold War Frequencies: CIA Clandestine Radio Broadcasting to the Soviet Union.
El mentado consejo era una entidad paraguas creada en julio de 1944 por miembros de la OUN y la UPA
¿Cómo acabó la radio pública de Franco colaborando con los americanos en su lucha contra el comunismo? En 1948, la CIA decidió comenzar a trabajar con "el más veterano y organizado" de los grupos anticomunistas ucranianos. Este no era otro que la Representación Externa del Consejo Supremo de Liberación de Ucrania (ZP/UHVR), un movimiento de orientación fascista que inspira en la actualidad a partidos minoritarios ucranianos de Extrema Derecha como Svoboda.
El mentado consejo era una entidad paraguas creada en julio de 1944 por miembros de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) y el Ejército Insurgente Ucraniano (UPA), brazo militar de la anterior, dirigido entre 1943 y 1950 por Stepan Bandera, un antiguo colaborador nazi a quien se responsabiliza, entre otros crímenes, de la ejecución en junio de1941 en la ciudad de Lvov de miles de rusos, judíos, ucranianos comunistas y polacos así como de pogromos de judíos y polacos organizados en el verano de ese mismo año.
La CIA elige a ex colaboradores de los nazis
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, el Consejo Supremo de Liberación aglutinó y coordinó el grueso de los esfuerzos de resistencia en la Ucrania soviética, razón por la cual terminó convirtiéndose en el 'niño de sus ojos' de la CIA. A partir de 1948 y durante los siguientes cinco años, esa organización clandestina llevó a cabo con los norteamericanos varias operaciones conjuntas de espionaje utilizando los criptónimos AEACRE y CARTEL. A las acciones de guerra política y psicológica dentro de las cuales se encuadrarían las actividades españolas las denominaban AERODYNAMIC.
Según cuenta Cummings en su libro, hubo un acuerdo posterior entre la inteligencia americana y la disidencia ucraniana acerca de que el ultranacionalismo ucraniano que defendía la organización de Stepan Bandera debía ser apoyado como una alternativa "a la marca soviética del comunismo totalitario". En vista de ello, la CIA solicitó en 1950 la creación de instalaciones para las transmisiones "negras" de radio clandestinas a la URSS en los idiomas nativos de los países receptores, aduciendo que el nacionalismo antisoviético era una fuerza poderosa que podía ser explotada.
Las investigaciones de Radio Liberty confirman que el exiliado ucraniano en Nueva York de la operación Prolog era Lebed
Entre los objetivos que Cummings atribuye a este proyecto se enumeran el mantenimiento de la conciencia nacional y del orgullo por la individualidad e incitar al descontento hacia las autoridades soviéticas. "Los guiones y las cintas debían ser preparados por una operación encubierta de la CIA organizada en la ciudad de Nueva York y a la que se denominó Prolog Research and Publishing Association, Inc", asegura el ex director de Seguridad de Radio Free Europe. Y ahí es donde interviene la España del "caudillo" a partir de marzo de 1956.
Los registros investigados por el antiguo director de seguridad de Radio Liberty corroboran que es en esa fecha cuando el exiliado ucraniano en Nueva York que estaba a cargo de la operación Prolog, Mykola Lebed, contactó con Madrid para que se le enviaran los guiones de los programas que ya venían emitiendo desde España un grupo de refugiados protegidos por la dictadura. Lebed pudo comprobar por sí mismo que las transmisiones defendían la liberación nacional de Ucrania, "evitando los ataques chovinistas contra los ciudadanos rusos", en la línea de lo que ellos defendían.
Bandera conoce a Franco
¿Cómo es posible que la radio franquista ya estuviera retransmitiendo a iniciativa propia contenidos antisoviéticos incluso antes de que la CIA reclamase su colaboración? En palabras del escritor e historiador germano-polaco Grzegorz Rossolinski, con ningún país del mundo mantenía mejores relaciones la Organización de Nacionalistas Ucranianos de Stepan Bandera que con la España de Franco. En 1950, un obispo ucraniano llamado Buchko viajó a Madrid en nombre de Bandera y logró persuadir al dictador "para que admitiera a los partidarios del Ejército Insurgente de Ucrania (UPA) y de las Waffen-SS Galizien en sus academias militares". Entre los huidos nazis de la 14ª División de Granaderos a los que el dictador recibió con los brazos abiertos y protegió se hallaba el vienés Otto Skorzeny, antiguo coronel.
Tras aquella primera visita de Buchko, el mismo Providnyk o líder de los ultranacionalistas de Kiev — Stepan Bandera— viajó a la capital de España junto a su segundo, Yaroslav Stetsko, para entrevistarse con el "generalísimo".
Tal y como cuenta Rossolinski en el libro The Life and Afterlife of a Ukrainian Nationalist, como consecuencia del acuerdo de cooperación que suscribieron durante esa reunión, se convino que Radio Nacional de España emitiera contenidos en ucraniano desde Madrid tres veces por semana. Fueron justamente los guiones de esos programas los que Mykola Lebed se hizo enviar a los Estados Unidos.
En agosto de 1956, Prolog comienza a hacerse cargo de las transmisiones ucranianas de Radio Nacional de España
El responsable de Prolog le explicó a su contacto de la CIA tras escucharlos que los contenidos emitidos por Radio Nacional de España eran interesantes, aunque la crítica de los defectos del sistema soviético resultaba "algo floja debido a que se requiere de un flujo continuo de información del que carece Radio Nacional". La buena noticia para Washington era que el grupo de escritores y editores ucranianos en Madrid estaba, según Cummings, "ansioso por establecer contacto con el Consejo de la Resistencia y deseaba aprovechar sus recursos para mejorar sus transmisiones". En otras palabras, se morían por dar un paso al frente y echarse en brazos de los enemigos de Moscú. Y eso fue justamente lo que hicieron.
En agosto de 1956, Prolog comienza a hacerse cargo progresivamente de las transmisiones ucranianas de Radio Nacional de España, que también transmitió contenidos antisoviéticos a los países bálticos. El responsable del grupo de ucranianos que producían los guiones de la estación franquista de radio, Bohdan Tsymbalist, estableció contacto con Prolog Associates y no puso inconveniente en acatar las directrices de la CIA. A finales de ese mismo año, la redacción ucraniana de RNE producía transmisiones diarias "en vivo" para Ucrania por las que Prolog abonaba a Tsybmalist cincuenta dólares mensuales. Según Cummings, la CIA también proporcionaba material de guión y discos de música ucraniana.
"La orientación ideológica y el apoyo técnico a Radio Madrid" formaban parte de las actividades que Prolog catalogaba como "dirigidas a la población de la URSS". El representante en Madrid de esa operación patrocinada por Washington consiguió que se emitieran también boletines elaborados por la agencia americana de inteligencia dentro de programas en árabe y en chino. Con el tiempo, las transmisiones llevadas a cabo desde Madrid en ucraniano le fueron descritas a Lebed por los polacos como "las mejores de Occidente".
Lebed visita Madrid
El responsable de Prolog pasó seis días en Madrid en julio de 1958, pero al decir de Cummings, el director de Radio Nacional fue reemplazado dos días después de su llegada por un proalemán y antiamericano llamado Gómez, lo que, de acuerdo a un informe interno de la CIA, le planteaba dudas a Tsymbalist acerca de la continuidad de esos espacios radiofónicos por los que Washington pagaba 600 dólares anuales. Deseaban mantener las transmisiones a toda costa.
"Dos programas en ucraniano de 15 minutos se han emitido diariamente desde Radio Nacional de España", menciona Cummings
En marzo de 1960, se renovó el proyecto Aerodynamic y se consignaron varios comentarios en relación a los contenidos producidos por Radio MADRID que Cummings menciona en su libro: "Dos programas en ucraniano de 15 minutos se han emitido diariamente desde Radio Nacional de España. La información recibida en la correspondencia y los comentarios de los turistas que viajan a Polonia han sido favorables".
Las simpatías entre Franco y Bandera eran recíprocas. Tan dulces eran sus relaciones que, según el historiador Rossolinski, el dictador español invitó al Providnyk a trasladar su residencia a España y este llegó a considerarlo. "Al final, sin embargo, no aceptó la oferta, probablemente debido a que su organización estaba profundamente arraigada en Munich", afirma en su libro. La buena sintonía entre Franco y el segundo de Stepan Bandera, Yaroslav Stetsko, creó incluso un conflicto entre los dos líderes ucranianos. "Bandera estaba celoso de la excelente relación de su camarada con el caudillo. En combinación con su ilimitado apetito de poder, ello le condujo a un conflicto con su aliado más cercano a pesar de que Stetsko siempre le obedeció", añade Rossolinski en su libro.
¿Cómo reaccionó la Unión Soviética ante estas emisiones de 'radio negra', que es el modo en que se conocían en el argot? La hostilidad de Moscú hacia las ondas radiofónicas es anterior a la Guerra Fría. Ya desde mediados de la década de 1920, su uso estuvo estrictamente regulado. Los receptores debían registrarse y se cobraba una tarifa de suscripción por su uso. Estas normas siguieron vigentes hasta 1962.
RFE transmitía desde el Ampurdán
La actividad propagandística de Voice of America, Radio Liberty o Radio Nacional de España, entre otras emisoras internacionales, alentó a los apparatchik de moscú a crear estaciones de interferencia para bloquear las frecuencias en que transmitían las voces enemigas. A principios de los sesenta, había alrededor de 1.400 bloqueadores.
Sin embargo, estos funcionaban peor durante la noche, de manera que no eran pocos los ciudadanos soviéticos que se sentaban junto al receptor cuando caía el sol con la esperanza de escuchar los contenidos que llegaban desde el otro lado del muro. Cuanto más alejado estaba el aparato de las grandes ciudades, más probabilidades había de burlar los bloqueadores. La lucha contra la radio negra no cesó por completo hasta 1986. Las restricciones se eliminaron en virtud de una resolución especial del Partido Comunista aprobada durante el mandato de Mijail Gorbachov.
Radio Free Europe transmitía desde Alemania, Portugal y, a partir de marzo de 1959, también desde el Baix Empordà
Radio Free Europe transmitía desde Alemania, Portugal y, a partir de marzo de 1959, también desde el Baix Empordà, en las costas catalanas. Radio Nacional de España, de la que Radio Exterior de España es hoy parte integrante, fue fundada en Salamanca el 19 de enero de 1937, en plena guerra civil, bajo los auspicios del departamento de prensa y propaganda franquista.
Durante la dictadura, Radio Exterior de España emitía no solo en ruso, sino también, por ejemplo, en polaco, pero a partir de 1975, tras la muerte de Franco, se interrumpieron todas las emisiones de radio dirigidas a la Europa del Este, incluidas las de ruso. Estas últimas se reanudaron en 1990 y continúan hasta el día de hoy, tanto en onda corta como en podcast.
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