El volcán Kilauea, uno de los más jóvenes y activos de Hawái (EEUU), volvió a entrar en erupción el pasado fin de semana y ha registrado fuentes de lava de hasta 15 metros de altura.

El último informe publicado por el Observatorio de Volcanes de Hawái ha mostrado que el lunes 11 de septiembre la erupción continuaba con "múltiples fuentes menores", que permanecen activas en una línea de respiraderos –el lugar en la superficie de la Tierra donde fluye lava– y que se extiende aproximadamente 1,4 kilómetros. Las predicciones apuntan a que hasta este momento, la erupción no supone un peligro para la población.

La altura de las fuentes de lava ha disminuido desde el inicio de la erupción, pero el lunes se ha mantenido entre los 10 y 15 metros. Las emisiones de gases volcánicos en la zona de la erupción, ha señalado el observatorio, "son elevadas" con tasas preliminares de emisión de dióxido de azufre (SO2) de hasta 100.000 toneladas por día o más, según las mediciones.

El volcán entró en erupción el pasado domingo 10 de septiembre a las 15.18 hora de Hawái, según las imágenes captadas por la cámara web de la cumbre de Kilauea.

La erupción comenzó dentro del cráter Halemaʻumaʻu. El volcán Kilauea se ubica dentro de un área cerrada del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái.

El Kilauea tuvo en 2018 su fase más destructiva al arrasar en un periodo de cuatro meses unas 700 viviendas y forzar el desplazamiento de miles de personas.