Opinión
Prensa libre, pase por caja

Por David Bollero
Periodista
Recientemente han tenido lugar los XL Premios Andalucía de Periodismo, entregados por el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla (PP). Durante el acto, el popular no ha podido estar más acertado al afirmar que la sociedad necesita más que nunca a los y las periodistas, reivindicando un periodismo "ético, riguroso y fiable" que ayude a diferenciar entre la realidad y la mentira o la manipulación. La pena es que, una vez más, sus hechos no acompañan a sus palabras, con Canal Sur en el peor momento de su historia sometido a la manipulación del PP.
Uno puede equivocarse y hacer el mal sin tener conciencia de ello, llevar a efecto actos bienintencionados que, sin embargo, tienen nefastas consecuencias. No es el caso de Moreno Bonilla que, como evidenció durante la gala de estos premios, sabe distinguir muy bien lo que debiera ser el periodismo. Al presidente andaluz se le llenó la boca de "compromiso ético" que él, lejos de degustar, mastica como quien rumia tabaco de mascar que después escupe.
"A veces resulta difícil distinguir entre verdad y mentira, entre bulo y noticia. Es tal la avalancha de mensajes, que los ciudadanos a veces no saben con lo que quedarse", apuntó durante su intervención. Bien lo sabe él, que ha hecho del ente público andaluz, la Radio y Televisión de Andalucía (RTVA), un NODO a su medida. Absolutamente colonizado por Moreno Bonilla y eludiendo informar de temas esenciales para la ciudadanía andaluza, como las listas de espera en Sanidad y Dependencia o los casos de corrupción que acechan al PP, Canal Sur ha visto cómo dimitía su Consejo Profesional, que precisamente velaba por todo cuanto defendió el presidente andaluz. La gota que colmó el vaso fue la manipulación a la hora de informar sobre el escándalo de los cribados de cáncer de mama.
Escuchar a Moreno Bonilla ensalzar y defender el buen periodismo es como oír a Santiago Abascal reivindicar la solidaridad: pura ficción, actitud impostada, porque del mismo modo que el líder de extrema derecha asistió sin despeinarse a la apropiación indebida en su entorno de las ayudas para la DANA, el malagueño impulsa, promueve y patrocina la desinformación. No hace tanto que en Andalucía asistimos con rubor a los publirreportajes pagados por la Junta de Andalucía en diversos medios elogiando su gestión de la pandemia de coronavirus y, adivinen qué, sin que figurara que se trataba de contenido patrocinado. Quizás es a esto a lo que se refiere Moreno Bonilla cuando advierte cuán difícil puede resultar distinguir entre bulo y noticia.
Promociones Moreno Bonilla no ha escatimado en disparar un 140% el gasto en publicidad institucional y patrocinios, con especial predilección por ciertos medios afines, lo que supone un 2,5 el gasto medio anual en la etapa socialista… y ahí no está todo el dinero que gasta, pues a bien que se afana el gobierno andaluz en no sacar a la luz la lista de contratos menores que pasan desapercibidos al radar del escrutinio público, a pesar de que una sentencia del Juzgado de la Contencioso Administrativo número 12 de Sevilla en 2022 le obliga a detallar el gasto en publicidad institucional con el importe por cada medio. Y es que alrededor de todo cuanto tiene que ver con Moreno Bonilla y los medios de comunicación siempre flota en el ambiente una atmósfera pegajosa, viciada. Sin ir más lejos, este mismo año adjudicó la Planificación de Medios, por más de 25 millones de euros, a la empresa Carat, una de las cinco empresas sancionadas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por el intercambio de información comercial sensible, con el objetivo de repartirse los concursos. Dicho de otro modo, por haber constituido un cartel para repartirse el pastel de dinero público.
Ningún político debería poner sus zarpas en los medios de comunicación. Ya hay periodistas y generadores de contenido que se valen por ellos mismos para deshonrar a la profesión, haciendo la vida imposible a quienes mantienen la dignidad del oficio, como ha sucedido con muchos compañeros y compañeras de Canal Sur. Sin embargo, con demasiada frecuencia somos testigos del uso de dinero público para maquillar gestiones cuestionables o para dopar precampañas electorales, como ya parece haber comenzado a hacer Moreno Bonilla, que siente en el cogote el aliento de Vox habiéndose cobrado la pieza de Sevilla e imponiendo restricciones al deber municipal de facilitar el empadronamiento, sin ir más lejos.
Tiene mucha razón el presidente de la Junta al afirmar que tanto Andalucía como España necesitan un periodismo "fiable y riguroso" que proporcione "cifras correctas" y escriba "palabras exactas". Tanta falta hace eso como sobran dirigentes que, como él, mientan a la cara a la ciudadanía con temas tan sensibles como el número de mujeres víctimas de su incompetencia sanitaria o que, en lugar de retractarse de una machistada sobre la erótica del poder, disfrute de que el medio cambie el titular (el mismo que ya utiliza en sus informaciones montajes fotográficos de políticos generados con inteligencia artificial). Esa es su prensa libre.
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