Público
Público

Los aragoneses imponen otro rompecabezas de pactos en unas Cortes donde nunca hubo mayorías absolutas

Una de las sociedades de mayor pluralidad política del país cuece otro puzle con nuevos actores y fuertes sacudidas en algunos de los tradicionales que obligará al socialista Lambán o el conservador Azcón a tejer pactos.

El socialista Javier Lambán y el popular Jorge Azcón, los principales candidatos a presidir el Gobierno de Aragón, en una imagen de archivo
El socialista Javier Lambán y el popular Jorge Azcón, los principales candidatos a presidir el Gobierno de Aragón, en una imagen de archivo. Ayuntamiento de Zaragoza

De lo poco que se intuye sobre las próximas elecciones autonómicas del 28 de mayo en Aragón es que, como ha ocurrido las diez veces que se han convocado desde 1983, nadie va a ganarlas con mayoría absoluta. O al menos eso es lo que, salvo sorpresa de última hora, indican que va a pasar todos los sondeos publicados hasta la fecha.

La mayoría de esas encuestas coinciden en pronosticar que los partidos de los dos principales candidatos a ocupar la presidencia, el PSOE de Javier Lambán y el PP de Jorge Azcón, deberían pactar con, al menos, otras dos formaciones para alcanzar su objetivo y que parece probable que la coalición Teruel Existe-Aragón Existe pueda situarse como árbitro.

Otra cosa es la fiabilidad de esos sondeos que, en la mayoría de los casos, se basan en unos cientos de entrevistas y en el del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) (que es el único que ofrece datos desagregados), y asignan los catorce escaños de Teruel y los dieciocho de Huesca (medio parlamento) a partir, respectivamente, de 78 y de 137 entrevistas y con márgenes de error del 8,5% y el 11,3%.

A eso se le suma la detección de un 21,4% de indecisos que un mes antes de votar no sabían qué papeleta van a elegir, y otro 5,2% que no revela cuál es su opción, lo que deja las cosas bastante en el aire.

"La gente que vota al bloque de la izquierda parece menos movilizada que hace cuatro años, aunque hay que tener en cuenta que entonces veníamos de votar en las generales un mes antes", señala el sociólogo David Pac, miembro del Grupo de Investigación Sociedad, Creatividad e Incertidumbre, quien anota que "el grado de movilización de los votantes en el tramo final de la campaña también va a resultar clave".

Lambán aspira a un tercer mandato presidencial

Por la izquierda, Aragón es una de las pocas comunidades donde Podemos e IU concurren por separado, con una ligera tendencia a la baja los primeros y otra al alza los segundos, mientras el Cha se mantiene como el referente aragonesista de ese flanco con un José Luis Soro que hace unos días protagonizó uno de los momentos centrales en el debate de los candidatos autonómicos: fue cuando le explicó a Azcón que "cuando acaba Zaragoza, Aragón sigue".

Por su parte, Lambán aspira a un tercer mandato que le situaría al nivel de su antecesor al frente del PSOE aragonés, Marcelino Iglesias (investido tras las elecciones de 1999, 2003 y 2007). El candidato socialista lanza iniciativas como un impuesto a los parques de renovables que generaría unos ingresos de 30 millones para las arcas autonómicas (que se reinvertirían en las zonas afectadas por su presencia) al tiempo que trata de neutralizar la tan peregrina como agresiva campaña del PP de Azcón.

"Pocas veces han salido mayorías claras de las urnas en Aragón, y parece que ninguno de los dos bloques va a alcanzar la mayoría absoluta salvo que ocurra algo extraordinario en los últimos días de la campaña", señala Pac, quien anota que "todo apunta a que Aragón Existe puede ser decisivo".

En ese escenario, añade, "la clave será si es el cuatripartito o son PP y Vox quienes sacan más escaños" y, a partir de ahí, en qué posición sitúa la aritmética política a los turolenses.

El PP recoge a los que fracasaron en la toma de control del Par y Cs

En cualquier caso, esa previsión de unas Cortes fragmentadas coincide con los barruntos de los responsables de los distintos partidos de una de las comunidades con mayor pluralidad política del país, cuya cifra de ocho grupos parlamentarios solo se ve superada por la de diez de Balears e iguala la de Catalunya, ante unas elecciones con nuevos actores y a las que algunos de los tradicionales llegan baqueteados por fuertes convulsiones intensas.

Esos movimientos han sido intensos del centro a la derecha, cuyo candidato, Jorge Azcón, es el primer alcalde de Zaragoza que no se presenta a la reelección en democracia (tras cuatro años en los que ha dejado un reguero de anuncios sin cumplir).

El PP ha absorbido en las vísperas electorales a los grupos que fracasaron en el intento de controlar el Par y Cs: la facción aragonesista de Elena Allué y la naranja de Sara Fernández y Víctor Serrano. El cálculo del partido apunta a que uno más dos mitades pueda dar dos o dos y pico, aunque la experiencia confluyente de la izquierda apunta a que en política uno y uno no suele llegar a dos.

La 'mala salud de hierro' del Par

La evolución de los damnificados, cuya relación con el PP de Azcón se plantea más lejana que cercana, ha sido divergente, con un Cs que languidece arrollado por la corriente nacional pese a haber sumado con Tú Aragón a parte de los afines a Allué, con su segundo, Alejandro Poy, a la cabeza.

Mientras, el Par subsiste con su histórica mala salud de hierro, que le ha llevado a presentar listas en la mitad de los municipios de Aragón y en dos tercios de los de Teruel tras reforzarse con la inyección de ruralina que supone haber integrado al sector de Ciudadanos que lidera Ramiro Domínguez.

A los naranjas les da el CIS un 4,8% del voto en las municipales de Zaragoza en el escenario más favorable, un dato que apunta que tienen posibilidades de seguir en las Cortes; mientras, varios sondeos apuntan a la continuidad en la cámara del Par, que ha formado parte de ocho de los diez Gobiernos autonómicos que se han formado hasta la fecha.

"Hay que estar atento a las opciones locales", apunta Pac, que recuerda cómo históricamente las empresas de demoscopia de ámbito estatal han infravalorado a las dos opciones aragonesistas (Par y Cha) y llama la atención sobre el efecto de arrastre que el voto municipal suele tener sobre el autonómico (y no al revés) en el Aragón rural.

Teruel Existe deja claras sus condiciones para cualquier pacto

A esas opciones locales se les une en esta convocatoria la coalición Aragón Existe-Teruel Existe (AE-TE), que se ha traído del Congreso a su diputado Tomás Guitarte como cabeza de lista y a la que se sitúa como eventual árbitro en la formación del futuro Gobierno autonómico.

El partido turolense, el más votado en las últimas generales en Teruel, con un resultado que le daría al menos cuatro escaños de repetirse ahora, se mantiene en una posición central en la que pone sobre la mesa las líneas maestras de cualquier pacto con ellos.

Estas se resumen en un acuerdo fiscal para toda la legislatura, una ordenación del despliegue de las renovables (que está siendo especialmente conflictivo en la demarcación sureña), ayudas para las empresas de Teruel y un tratamiento específico para las comarcas con una densidad de población inferior a los doce habitantes por kilómetro cuadrado.

"Para nosotros es muy importante el asunto de las ambulancias: los pueblos deben tener disponible ese servicio las 24 horas del día y los siete días de la semana, no puede ser que una urgencia de las nueve de la noche no sea atendida hasta la mañana siguiente", explica Guitarte.

Sin acuerdos con Vox, ni directos ni indirectos

AE-TE no ha dejado claro si se inclina por alguno de los dos bloques que previsiblemente saldrán de las urnas, el de centro izquierda liderado por el PSOE (con Par, Cha, Podemos e IU en su órbita) o el de la derecha del PP y quizás Ciudadanos.

No obstante, sí ha matizado que no quiere saber nada de acuerdos directos ni indirectos con Vox por la oposición de la ultraderecha al Estado de las autonomías y el apoyo a un eventual trasvase del Ebro al arco mediterráneo.

Tras unos planteamientos de salida algo ambiguos sobre los eventuales pactos postelectorales, un titular de prensa más bien forzado que sacudió la campaña el jueves obligó a los turolenses a dejar claro que no padecen tendencias de entreguismo suicida como las que han llevado a Cs a donde se encuentra tras la experiencia de los llamados trifachitos.

"Teruel Existe no estará en un Gobierno con Vox, no llegará a ningún acuerdo con ellos y tampoco apoyará los acuerdos que otros realicen con ellos", declaraba Guitarte en un comunicado con el que, en la práctica, reduce las opciones de gobernar del PP a una improbable mayoría absoluta en solitario (con ellos o con la ultraderecha) o a una más que incierta reconciliación política y aritmética con sus antiguos aliados naturales del Par y Cs.

No obstante, nadie incluye en las ecuaciones, o al menos nadie lo hace en voz alta, los equilibrios que puedan darse en los ayuntamientos, las comarcas y la Diputación de Teruel, lo que sigue dejando las cosas en el aire.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias