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Elecciones autonómicas y municipales 2023

La izquierda se renueva para oxigenar Zaragoza tras cuatro años de humo a bombo y platillo

La capital aragonesa encara unas elecciones municipales tan abiertas como siempre y tras las que todo apunta a que una mujer, Lola Ranera del PSOE o Natalia Chueca del PP, recibirá el bastón de mando que deja Azcón, el primer alcalde en democracia que no se presenta a la reelección.

La candidata del PSOE, Lola Ranera, charla con un grupo de vecinos durante un acto de la precampaña.
La candidata del PSOE, Lola Ranera, charla con un grupo de vecinos durante un acto de la precampaña. PSOE

"Aquí se han vendido muchas cosas que no se han ejecutado, o que están ejecutadas a medias, y se han inaugurado otras que venían de la legislatura anterior como la reforma del Mercado Central", denuncia Manuel Arnal, presidente de la FAVBZ, la Federación de Asociaciones de Vecinos y Barrios de Zaragoza, en el cierre del primer cuatrienio municipal en el que la capital aragonesa ha estado gobernada por una coalición de centroderecha (PP-Cs) con anclaje en la ultraderecha de Vox.

En la lista de las no ejecutadas destacan la no remodelación del estadio municipal de La Romareda, un proyecto que el equipo de Jorge Azcón blandió desde el minuto uno como el emblema de su gestión pero en el que los avances no han logrado superar la fase de papel, la reordenación del transporte urbano, la peregrina ocurrencia de un híbrido de aparcamientos y huertos solares, el corredor de drones en torno al Ebro o el centro virtual sobre Goya que iba a convertirse en el gran atractivo de la ciudad para el turismo cultural.

El bombardeo de proyectos anunciados a bombo y platillo que al final se han quedado en humo, en "cosa o hecho sin entidad o relevancia", ha sido constante durante los últimos cuatro años en Zaragoza.

"La ciudad ha perdido cuatro años, y no vale poner al covid como excusa, y el ayuntamiento ha sido un photocall en el que el alcalde ha estado muy expuesto a los focos", anota Arnal.

El tercer alcalde, probablemente alcaldesa, en ocho años

También ha estado expuesto a algunos escrutinios que han permitido conocer las aristas y zonas de sombra que han jalonado el paso por la alcaldía de Jorge Azcón, el mismo político que hace unos años se desgañitaba en apelaciones a la ética mientras llamaba gomina al champú fijador: un voto favorable a desencallar negocios en los que intervenían familiares directos suyos, la vertiginosa tramitación de una licencia para la empresa de un amigo constructor, el uso del despacho oficial para recibir clases particulares de inglés parciamente subvencionadas por un organismo europeo, el cargo de gastos del PP al presupuesto de Alcaldía o el exponencial aumento del gasto en asesores.

"Bendito desconocimiento el del alcalde sobre los negocios y las actividades profesionales de su familia", dice Arnal

"Bendito desconocimiento el del alcalde sobre los negocios y las actividades profesionales de su familia", dice el presidente de la FAVBZ, que atribuye a Azcón, el primer alcalde zaragozano en democracia que no va a defender el título, "la virtud de ser muy amigo de sus amigos" mientras recuerda cómo "en estos años ha habido operaciones claras de 'urbanismo a la carta', como las de La Romareda, el hospital privado o la residencia de Pontoneros".

Esos han sido los principales hitos del Ayuntamiento de Zaragoza en los últimos cuatro años. De su próximo cuatrienio se saben ya algunas cosas, como que la capital aragonesa tendrá un nuevo alcalde, probablemente una alcaldesa, en lo que será el tercer relevo consecutivo desde que el socialista Juan Alberto Belloch cediera la vara de mando a Pedro Santisteve, de ZeC (Zaragoza en Común), en junio de 2015.

Chueca anuncia quién ejecutará una contrata antes de licitarla

Las candidatas mejor situadas para acceder a ese puesto tras la designación de Azcón como rival de Javier Lambán desde Génova 13 son la socialista Lola Ranera, un valor al alza en el PSOE aragonés que lleva meses desarrollando un intenso trabajo en barrios y sectores de la ciudad, y Natalia Chueca, la alcaldable del PP, cuya gestión de estos cuatro años incluye, además de varias tareas pendientes en Movilidad, un desacierto patente a la hora de enfrentar una huelga del bus urbano que se acabó convirtiendo en la más larga de la historia.

Eso, antes de conocerse que su currículum oculta al menos un fiasco empresarial y que la calidad de la información que aparece en sus declaraciones de bienes resulta manifiestamente mejorable. Está pendiente un informe del secretario municipal sobre esos extremos.

La concejala y alcaldable del PP, Natalia Chueca, con su compañera de bancada Carmen Herrarte.
La concejala y alcaldable del PP, Natalia Chueca, con su compañera de bancada Carmen Herrarte. Ayuntamiento de Zaragoza

Su propuesta incluye una curiosa visión de futuro cuando da a entender que una de las principales contratas de la historia de la ciudad, la remodelación del estadio de La Romareda para generar un negocio de 144 millones, parece tener destinatario cuando todavía no ha sido licitada: "Con el Real Zaragoza SAD construiremos una Nueva Romareda multiusos", asegura la página 16 del programa electoral que publicita en su web promocional.

Las posibilidades de pactar y los riesgos de concentrar el voto

Chueca llega al 28M como cabeza de una lista en la que el PP ha hecho sitio a varios de los seis concejales exCs, que salieron en bloque del partido naranja poco antes de que se cerraran las listas y que han finalizado la legislatura como ediles no adscritos, mientras que Ranera releva a la ministra Pilar Alegría como cabeza de la lista más votada en 2019 y en seis de las diez convocatorias anteriores.

Hace ya 12 años que ser el más votado dejó de ser una garantía de alcanzar la alcaldía de Zaragoza

No obstante, hace ya 12 años que ser el más votado dejó de ser una garantía de alcanzar la alcaldía de Zaragoza. Y nada indica que eso vaya a cambiar en una ciudad en la que solo una lista, la del PSOE que encabezó Ramón Sainz de Varanda en 1983, ha obtenido una mayoría absoluta desde la recuperación de los ayuntamientos democráticos en 1979.

La cosa ha ido, históricamente, de sumas y de pactos. Y ahí la voladura de puentes con algunos de sus socios naturales como Ciudadanos o el Par que ha impulsado Azcón en los últimos meses reduce algo las opciones: todo apunta a que el PP podrá gobernar solo si suma 16 concejales con la ultraderecha de Vox, mientras que el PSOE tendría, a priori, un abanico de opciones más amplio al poder pactar tanto por su izquierda como por su derecha.

A priori, ya que restan por despejar varias incógnitas que se resumen en tres: ¿qué parte del voto que en 2019 recibió Cs irá al PP y cuál al PSOE o a otras formaciones? ¿corre alguno de esos dos partidos el riesgo de concentrar tanto voto de su flanco que acabe beneficiando al rival al dejar fuera del consistorio a alguno de sus aliados naturales? ¿qué magnitud tendrá la mella que pueden causar en sus resultados los sufragios que recojan los partidos que no lleguen al 5% de las papeletas que entren en las urnas?

Unos sondeos que no despejan dudas

Los escasos sondeos que han trascendido, como este recogido por Electomanía, dejan las cosas abiertas al situar a PSOE y PP por encima del 30%, dar por hecho que ZeC mantendrá un apoyo de en torno al 10% del censo, ubicar a Vox y a Podemos sobre el alambre de las inmediaciones del 5%, abrir la puerta al regreso de Chunta Aragonesista, que hace cuatro años salió del pleno por apenas 600 votos, y dejar fuera a Cs, al Par y a Aragón Existe.

El CIS da la victoria a la derecha anclada en la ultraderecha con una suma de 13 concejales del PP y tres de Vox

El CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), por su parte, da en su sondeo preelectoral la victoria a la derecha anclada en la ultraderecha al plantear una suma de 13 concejales del PP y tres de Vox frente a los nueve del PSOE, los tres de ZeC, los dos de Podemos y el único que asigna a Cha.

Sin embargo, cuando plantea las horquillas abre un abanico de combinaciones en cuyas hipótesis de máximos tanto la izquierda como la derecha podrían sumar 17 actas y dejar con 14 al otro bloque, un escenario que dependería, básicamente, de estas variables: si Podemos se mantiene o no y si Chunta regresa o no, por un lado, y, por otro, la magnitud de la mella que Cs y Par pueden causar en el bloque de la derecha y el eventual reparto de los entre 9.500 y 21.500 votos que estas dos formaciones todavía retienen, y que en algún caso mantiene a los naranjas con opciones de sacar un edil.

No obstante, el margen de error que admiten los propios sondeos, lo escueto de las muestras y los cambios que se han ido produciendo en los últimos años sobre el momento en el que los ciudadanos deciden su voto sitúan esas prospecciones como meros ejercicios indicativos en el mejor de los casos.

En ese escenario, las listas de la izquierda han experimentado una intensa renovación, con el relevo de Alegría por Ranera en el PSOE, el de Carmelo Asensio por Chuaquín Bernal en Cha y el de Sara Caballero por Amparo Bella en la candidatura de Podemos que vuelve a encabezar Fernando Rivarés.

El exalcalde Santisteve se jubila y ZeC se renueva

El principal proceso de renovación se ha dado en ZeC, cuyos tres concejales dejan el ayuntamiento tras una legislatura como miembros del equipo de gobierno y otra como ediles de la oposición: el exalcalde Santisteve se jubila, la exvicealcaldesa Luisa Broto regresa a su puesto de trabajadora social y Alberto Cubero vuelve a la lavandería en la que trabajaba una vez finalice su excedencia el 17 de junio.

"En ZeC se ha cumplido el código ético que limita a ocho años la permanencia en las instituciones", señalan fuentes de la formación, que destacan cómo "esa renovación de la candidatura se ha equilibrado con gente que ha tenido experiencia de Gobierno".

Así, tras Elena Tomás se sitúan en la lista Suso Domínguez y Ana Sanromán, coordinadores de las áreas de Servicios Sociales y de Economía en la legislatura 2019-2023, mientras que también forma parte de la lista Saúl Esclarín, que ocupó ese puesto en Cultura.

La candidatura incluye representantes de colectivos juveniles, LGTBI y animalistas y personas procedentes del tejido social como Flor Miguel (6), miembro histórico de Fapar (Federación de Asociaciones de Padres y madres de Alumnos de Aragón).

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