La arremetida del Supremo contra Otegi no hará cambiar la estrategia de EH Bildu

Ni cambio de guion, ni desvíos o sobresaltos en el camino. EH Bildu se ha conjurado contra cualquier modificación en su línea estratégica tras la inesperada decisión del Tribunal Supremo de volver a juzgar a Arnaldo Otegi y otros cuatro miembros de la izquierda independentista vasca por el caso Bateragune. Pase lo que pase en los tribunales, la decisión de la coalición abertzale es firme y sin vuelta atrás.

El propio Otegi lo repitió en varias ocasiones durante la rueda de prensa que ofreció este martes por la mañana en Donostia: no habrá nada que les haga separarse de la estrategia actual que lleva a cabo EH Bildu tanto en Euskadi, donde ejerce como principal fuerza de la oposición, como en Madrid, donde ha anunciado que apoyará los Presupuestos Generales del Estado e incluso tendió la mano a las fuerzas progresistas para frenar el avance de la derecha.

En ese contexto, la decisión del Tribunal Supremo de repetir el juicio por el caso Bateragune –en el que se acusó a un grupo de dirigentes abertzales, con Otegi al frente, de querer reconstruir Batasuna– ha sido interpretada en la izquierda soberanista como un intento de poner freno a ese papel creciente en la política vasca y estatal.

"Se quiere condicionar la política", señalaron a Público fuentes de EH Bildu cuando Otegi ya había concluido su intervención ante los medios. Se quiere, remarcaron, pero no se conseguirá. La decisión de la coalición abertzale –y el consiguiente llamamiento a su militancia– pasa por mantener la estrategia establecida en Vitoria, Pamplona (donde han apoyado los Presupuestos del Gobierno de Navarra que encabeza el PSN) y el Congreso de los Diputados. 

Tras un otoño en el que adquirió una relevancia política hasta ahora inédita, EH Bildu insiste en transmitir el mensaje de que la decisión adoptada por el TS confirma precisamente el éxito de esa estrategia, al tiempo que recalca que seguirá recorriendo ese camino. A efectos prácticos, Otegi dijo, por ejemplo, que no habrá ninguna revisión del apoyo a los Presupuestos Generales del Estado por parte de los cinco diputados abertzales, algo que fue ratificado por la militancia de EH Bildu en una consulta interna celebrada hace unas semanas. 

Jule Goikoetxea, profesora del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad del País Vasco (UPV) e investigadora de la Universidad de Oxford, sostiene que la resolución dictada por el Supremo busca "ensuciar y enmarañar" el escenario político, así como "desestabilizar" al Gobierno de coalición que conforman PSOE y Unidas Podemos.

El director del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la UPV, Asier Blas, comparte esa lectura. "Si miramos a Madrid, esto sirve para dar alas a aquellos que acusaban al PSOE y al Gobierno de blanquear a EH Bildu. Da más gasolina para esa crítica", señaló a Público.

Reacciones externas

Del mismo modo, Blas cree que la actuación del Supremo no favorece a la coalición abertzale, ya que entiende que a corto plazo "le hará replegarse un poco en la estrategia antirrepresiva". No obstante, también aprecia que "entre los sectores más progresistas y demócratas vuelve a quedar claro que Otegi y los demás acusados son víctimas de una decisión realmente impresionante", en alusión al anuncio de repetición del juicio por el caso Bateragune.

Es precisamente ahí donde también podrían entrar en juego otros factores. Tras la condena a España por parte del TEDH en 2018 por no haber garantizado un juicio contra los acusados en este proceso –lo que llevó al Supremo a anular las condenas–, Blas ve factible que los tribunales europeos acaben pronunciándose nuevamente sobre esta historia, lo cual "perjudicaría la imagen del Estado".

De hecho, aún falta conocer cuáles serán los pasos que darán los nuevamente acusados una vez que se conozca y notifique el auto del Supremo. Otegi no quiso revelar este martes qué recorrido tendrá este asunto a nivel judicial, aunque sí confirmó que se tomarán las acciones que los abogados consideren oportunas para hacer frente a una resolución judicial que nadie esperaba.