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Elecciones 2-D Casado estudia hacer campaña por separado en Andalucía para no quemarse si Moreno se hunde

El líder del PP se plantea reeditar la estrategia seguida por Mariano Rajoy y Alberto Núñez-Feijóo en las elecciones gallegas de 2009 y 2016, cuando el presidente del Gobierno en funciones y el presidente y candidato a la Xunta hicieron campaña por separado. Los conservadores insisten en que habrá un "desembarco masivo" de primeros y segundos espadas en Andalucía antes de las elecciones del 2-D. La supervivencia política de su candidato depende de que logren gobernar con Cs

Pablo Casado, presidente del PP, en un acto en Canarias. (ÁNGEL MEDINA. G | EFE)

El PP promete exprimir a todos sus pesos pesados en la campaña a las elecciones andaluzas del 2 de diciembre, pero también sabe que no puede quemar a su líder nacional, Pablo Casado, en una batalla en la que ganar se antoja "improbable" -como poco-.

Dirigentes del Partido Popular reconocen a Público la importancia de esta cita con las urnas, predecesora de las elecciones municipales, autonómicas y europeas de mayo de 2019 -apenas seis meses después- pero subrayan que proteger la figura de Casado sigue siendo un objetivo de primer orden.

Rajoy y Feijóo también hicieron campaña por separado en Galicia

Por ello, estudian que el líder conservador y el candidato en Andalucía, Juan Manuel Moreno, repliquen el esquema desarrollado por Mariano Rajoy y Alberto Núñez-Feijóo en las elecciones gallegas de 2009 y 2016. Esto es; organizar dos caravanas separadas, aunque coincidan en algunos puntos, para que un varapalo como el que cosecharon en las catalanas del 21 de diciembre de 2017 -pasaron de 11 a 4 escaños en el Parlament- no hunda la imagen de Casado. Un mal resultado no puede imputársele al flamante líder del PP, es su máxima.

En el caso más reciente, en 2016, el entonces presidente del Gobierno en funciones y el presidente gallego y aspirante a la reelección hicieron campaña por separado, en un momento en el que Feijóo rechazaba públicamente "defender las siglas de un partido" para, en su lugar, "defender a Galicia". La versión oficial fue que así lograban llegar a más municipios, pero la tensión existente era más que evidente.

El escenario ideal para el PP es obtener suficientes votos como para sumar mayoría absoluta con Ciudadanos

En este caso, el razonamiento es inverso: el tan cacareado efecto Casado no se ha dejado notar en las encuestas, pero los conservadores no quieren correr riesgos, e insisten en escudarlo, aunque se antoje díficil; el presidente del PP se ha demostrado un líder hiperactivo, con una agenda cargada de eventos, y a menudo eclipsa al resto de dirigentes de su formación con sus habituales comparecencias ante los medios. De hecho, este domingo dará el pistoletazo de salida a la precampaña con un acto en Málaga, y a partir de ahí hará frecuentes incursiones en territorio andaluz.

Como él, los primeros y segundos espadas conservadores también desfilarán por Andalucía en el mes y medio que falta para las elecciones. Dirigentes conservadores hablan de un "desembarco masivo" de "figuras reconocibles", y según el secretario general del PP, Teodoro García Egea, todos los dirigentes de su formación ya están modificando sus agendas para sumar fuerzas.

Para ellos, el escenario ideal es que obtener suficientes votos como para sumar mayoría absoluta con Ciudadanos, acabando con casi cuarenta años de ejecutivos socialistas, y catapultando al Gobierno regional a un candidato del PP que, en distintas circunstancias, ni siquiera habría tenido opción de mantener este papel.

El pacto con Cs, la tabla de salvación de Moreno

Moreno apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias por la Presidencia del PP, pero Casado decidió sostenerle, consciente de la ausencia de tiempo para construir un nuevo liderazgo en Andalucía. Las fuentes consultadas aseguran que la supervivencia de Moreno como presidente del Partido Popular regional pasa necesariamente porque logre formar gobierno; de lograrlo, y aunque empeore el resultado logrado en 2015, salvará los muebles.

Dirigentes del PP sostienen que Casado no quiere inmiscuirse demasiado en las decisiones sobre listas y candidatos para 2019, dejándolas para los territorios

Entonces, Moreno logró 33 escaños y Ciudadanos 9, lejos de la mayoría absoluta de 55 asientos, y el PSOE de Díaz se impuso con 47 diputados. Moreno se estrelló con la entrada de Cs y Podemos en el Parlamento andaluz, mientras los socialistas se mantenían en sus puestos; los conservadores se dejaron 17 escaños con respecto a 2012, cuando, con Javier Arenas como candidato, sacaron más votos que el PSOE en Andalucía por primera vez en 30 años. 

El actual candidato no resistirá un segundo golpe de esta magnitud, advierten dirigentes conservadores. También sostienen que Casado no quiere inmiscuirse demasiado en las decisiones sobre listas y candidatos para 2019. Defienden que ha optado por dejar el grueso de estas cuestiones a las direcciones territoriales, y que "en principio" no intervendrá. "En principio"


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