El Congreso albergará esta semana las comparecencias de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y de la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, en plena tormenta por el caso Pegasus, un escándalo de espionaje a través del software israelí que no solo afecta a más de 60 dirigentes y activistas catalanes, sino que ha salpicado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la propia titular Defensa.

En principio, Robles acude al Congreso para informar en la comisión del ramo de "la aprobación de la Brújula Estratégica de la Unión Europea y sus efectos sobre la proyección de las Fuerzas Armadas en las misiones internacionales". No obstante, al coincidir esta cita parlamentaria con el caso de espionaje, que ha copado la agenda política de las últimas dos semanas, la comparecencia estará previsiblemente centrada en esta cuestión.

Así lo han trasladado los diferentes grupos, especialmente los independentistas con dirigentes y diputados afectados por el espionaje entre sus filas (ERC, Junts, la CUP y EH Bildu), pero también Unidas Podemos, que esperan que Robles arroje luz sobre este asunto más allá de escudarse en la ley franquista de secretos oficiales, pendiente de reformarse.

De igual forma, el PSOE ha resaltado este martes la comparecencia de la ministra de Defensa como otra de las vías ofrecidas por el Gobierno para atender las demandas de un amplio espectro de la Cámara Baja una vez rechazada la petición de comisión de investigación sobre el caso Pegasus con sus votos unidos a los de PP, Vox y Cs. "Es un paso importante su presencia aquí y me remito a esa celebración de la comparecencia para dar la información que corresponda y las respuestas a los grupos que eleven los grupos", ha sostenido el portavoz del grupo socialista en el Congreso, Héctor Gómez.

Desde que la revista estadounidense The New Yorker revelara el espionaje a los dirigentes independentistas catalanes y vascos a raíz del estudio de CityLab, el nombre de la ministra de Defensa ha centrado los reproches de los socios del Gobierno. Días después, ERC elevó el tono y pidió directamente su dimisión para depurar responsabilidades.

Esta petición llegó después de las palabras de Robles en la sesión de control al Gobierno del pasado miércoles en el Congreso, quien insinuó que las actividades del CNI tenían su justificación: "¿Qué tiene que hacer un Estado, un Gobierno, cuando alguien vulnera la Constitución, cuando alguien declara la independencia, corta las vías públicas, cuando realiza desórdenes públicos, cuando alguien está teniendo relaciones con dirigentes políticos de un país que está invadiendo Ucrania?", respondió a la diputada de la CUP, Mireia Vehí.

Por ende, y después de que el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, informara este lunes de que los móviles de Sánchez y Robles también habían sido espiados por el programa Pegasus, tanto ERC como Unidas Podemos han pedido la dimisión de la directora del CNI. En su caso, Paz Esteban intervendrá a puerta cerrada el próximo jueves en la primera sesión de la Comisión de Control de los Créditos destinados a Gastos Reservados.

Este órgano parlamentario, encargado de vigilar las actividades del Centro Nacional de Inteligencia y el uso de los fondos reservados, se constituyó el pasado jueves más de dos años después desde el inicio de la legislatura. Y es que, hasta esa fecha, la incapacidad para llegar a grandes acuerdos dificultó su creación.

Sin embargo, tras el estallido del Catalangate, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, propuso a los grupos una rebaja de mayorías para poder elegir a los miembros de la comisión, que estará representada, entre otros, por cuatro parlamentarios independentistas: Gabriel Rufián (ERC), Miriam Nogueras (Junts), Jon Iñarritu (EH Bildu), y Albert Botran (CUP). Los tres últimos figuran precisamente en la lista de políticos espiados publicada por The New Yorker.

Así, Paz Esteban inaugurará en esta legislatura el turno de comparecencias en la conocida como comisión de secretos entre fuertes reproches por parte de los grupos afectados por el espionaje y otros aliados parlamentarios del Ejecutivo, unas críticas que se han recrudecido tras conocerse el espionaje a Sánchez y a Robles. "El teléfono que debería ser el más seguro y sensible de este país, el del presidente, ha sido pinchado", ha afeado este martes el portavoz republicano al mismo tiempo que ha pedido responsabilidades a los jefes de los servicios de inteligencia: "Que los servicios secretos no se hayan enterado, interpela y afecta a todos", ha remachado.

Asimismo, el portavoz de Unidas Podemos en la Cámara Baja, Pablo Echenique, se ha pronunciado en esta dirección, aunque sin citar nombres propios "por responsabilidad". "¿Quién va a confiar en una investigación llevada a cabo por responsables políticos que han estado al mando cuando este escándalo se ha producido?", ha cuestionado el diputado morado acerca del control interno previsto en el seno del centro de inteligencia.

"Para restablecer la confianza, no solo de los socios de legislatura, sino muy especialmente de la ciudadanía española, pasa porque esas investigaciones y esa depuración en los servicios secretos se lleve a cabo bajo un liderazgo muy diferente", ha lanzado Echenique en rueda de prensa en el Congreso.

De esta manera, Esteban dará cuentas en sede parlamentaria de esa investigación interna cercada por las quejas de la mayoría de los grupos sobre su gestión al frente del CNI. Aunque los diputados están obligados a guardar silencio de las informaciones que facilite la presidenta del centro de inteligencia estatal, la sombra de la duda se posa sobre Esteban toda vez que desde el propio Gobierno no se descarta su dimisión.