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El centro ideológico se diluye: uno de cada cinco españoles se define como extrema derecha o extrema izquierda

Las personas que se posicionan a sí mismas en los extremos ideológicos no han parado de aumentar en los últimos años, tanto en la derecha como en la izquierda. Mientras, desciende el supuesto centro político y los expertos hablan de polarización.

23/04/2024 Manifestación del Frente Obrero ante la sede del PSOE en Ferraz en noviembre de 2023.
Manifestación del Frente Obrero ante la sede del PSOE en Ferraz en noviembre de 2023. Matias Chiofalo / EUROPA PRESS

La sociedad española está hoy más dividida a nivel político que nunca. Cada vez más personas se posicionan en los extremos ideológicos. El 6,51% de la ciudadanía se define a sí misma como de extrema derecha: nunca antes habían representado un porcentaje tan alto.

Lo mismo sucede con la extrema izquierda. En lo que va de 2024 el 12,13% de los españoles se ha ubicado en esa posición. En total, hoy el 18,64% de la ciudadanía se sitúa a sí misma en en una de las dos esquinas del tablero político; prácticamente uno de cada cinco españoles.

En diez años se ha casi triplicado el porcentaje de población que se identifica como extrema derecha o extrema izquierda

Público ha analizado los microdatos de los barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) desde 1987 —el primer año para el que están disponibles— y la conclusión es clara: la ciudadanía nunca había estado tan dividida a nivel idelógico como lo está hoy. Hace una década solo el 6,97% de la población se ubicaba en esos dos extremos. El porcentaje se ha casi triplicado en solo diez años.

Esta tendencia, además, ha alcanzado tanto a hombres como mujeres. En el caso de ellas el aumento de personas en los extremos ha sido mayor, especialmente en la izquierda. El patrón, eso sí, converge con otro que se ha producido en los últimos tiempos: la derechización de los hombres, especialmente de los más jóvenes. Pero tanto entre ellos como entre ellas están aumentando quienes se posicionan en ambos extremos.

Alberto López, investigador en la Universidad Libre de Ámsterdam y doctor en Ciencia Política, explica a Público que "hay mucha polarización interna en todos los grupos de la sociedad". "Incluso entre los hombres jóvenes, que votan mucho más a partidos de extrema derecha, pero también a partidos verdes y de nueva izquierda".

El CIS pregunta a la ciudadanía en sus barómetros mensuales cómo se ubica a sí misma en una escala ideológica que va del 1 al 10. La propia institución define el 1 como "lo más a la izquierda posible" y el 10 como "lo más a la derecha posible". Antes era aún más clara y denominaba estos valores como "extrema izquierda" y "extrema derecha".

Hace unos años apenas nadie se atrevía a ubicarse en la extrema derecha

Público ha analizado cómo han respondido los españoles a esa pregunta a lo largo del tiempo. El aumento es mayor en el valor 1 —la extrema derecha— en términos relativos: eran un 1,35% de la población hace diez años y ahora son un 6,51%. Hace unos años apenas nadie se atrevía a identificarse a sí mismo en esa posición política.

López explica que esto responde a un aumento de la polarización, pero también a la normalización de la ultraderecha. "A nivel europeo las fuerzas de extrema derecha están ganando peso y, con ello, se normalizan sus posiciones. Si esa gente ya las tenía en secreto, ahora las tiene en abierto. Hay todo un proceso por el cual se normalizan las ideas de extrema derecha y España ha sido uno de los países en los que ha ocurrido más rápido".

Pero en términos absolutos ha crecido más la gente que se posiciona como extrema izquierda: en la última década han pasado de un 5,62% a un 12,13%. Sobre todo debido a la subida que se ha dado entre las mujeres, mucho mayor que entre los hombres.

Una polarización identitaria

Mariano Torcal, catedrático de Ciencia Política en la Universitat Pompeu Fabra, explica que este aumento de quienes se posicionan en los extremos ideológicos responde al concepto de polarización ideológica. Pero los expertos distinguen otro más: el de polarización afectiva; que es la distancia entre la simpatía que siente la ciudadanía por las personas de su misma ideología o partido político y la animadversión que pueden sentir por las de otras ideologías o partidos.

Torcal en su último estudio muestra que la polarización afectiva ha llegado a sus cuotas más altas en España en los últimos años —al menos desde la Transición, cuando se comenzaron a tener datos—. Aún así, concluye que desde 2021 el crecimiento de este tipo de polarización se mantiene estancado. "Ambos conceptos están relacionados aunque sean distintos. Los partidos y las afinidades que generan entre sus seguidores también inciden en cómo se polariza la población en la escala ideológica", detalla el experto a Público.

De hecho, muchos expertos aseguran que la polarización actual tiene más que ver con la identidad que con las actitudes. Es decir, que los españoles se sitúan más a los extremos porque se perciben de esa forma a sí mismos, pero que, en cambio, sus ideas no se habrían polarizado tanto realmente.

Aunque esa identificación personal también estaría llevando a la gente a optar por opiniones más extremas. Así lo explica López: "Las grandes decisiones en la actualidad no tienen tanto que ver con actitudes sustantivas o con una polarización en lo que la gente opina realmente de los temas, sino en cómo se identifican a sí mismos".

Coincide también Torcal. El catedrático explica que en muchas ocasiones la gente opina sobre los temas dependiendo del discurso que tenga sobre estos su partido. "Los temas actuales en sí mismos no generan tanta polarización, pero se refleja el discurso que tienen sobre ellos los propios partidos".

La desaparición del centro

Esta creciente polarización identitaria y el aumento de la población en los extremos ha venido acompañado de otro fenómeno. Quienes se autoubican en el centro son cada vez menos. Este descenso se ha dado especialmente entre la gente joven. En 2014 el 27,26% de la población se ubicaba en el 5 en la escala del CIS —el valor que los expertos aseguran que la población percibe como el centro ideológico—. En 2024, lo hace el 23,63%. Entre los jóvenes de 18 a 24 años la cifra ha pasado de un 31,22% a solo un 14,10%.

La juventud era el grupo que más se posicionaba en el centro; ahora es el que menos lo hace

Los jóvenes antes eran quienes más se posicionaban en ese valor de la escala que se percibe como intermedio. Ahora, los que menos. "La polarización que hemos visto en los últimos años ha llevado a que la gente se informe más y se interese más por la política. Esto les lleva a posiciones más extremas, pero realmente más informadas o, al menos, más conscientes", detalla Silvia Claveria, politóloga y profesora de la Universidad Carlos III de Madrid.

La experta explica a Público que este fenómeno se ha dado especialmente entre la juventud, que hace unos años era el sector de la población menos politizado e informado, debido a la politización que trajo el 15M. Claveria detalla que ha continuado en los últimos años a raíz de otros movimientos como el feminismo.

La gente joven ya no escoge tanto ese valor que representaría al centro político y son quienes están más polarizados al estudiarlos según el género. Las jóvenes han virado hacia posiciones, sobre todo, de izquierdas y los jóvenes, hacia posiciones, sobre todo de derechas. Pero, a pesar de ello, tampoco son entre quienes más crecen las ideologías más extremistas.

Las posiciones de extrema derecha y extrema izquierda han aumentado más entre la población de mayor edad. En el caso de la extrema derecha, además, de forma bastante similar entre hombres y mujeres. No ocurre igual en el caso de la izquierda. El crecimiento de personas que se autoubican en el valor 1 de la escala es mucho mayor entre las mujeres. También en el caso de ellas ha descendido mucho más el posicionamiento en el centro.

La extrema izquierda, cosa de mujeres

Y es que en el caso de la extrema izquierda es donde se vuelve a ver la brecha de género que se aprecia entre la juventud. Son principalmente las mujeres las que han virado hacia esa posición. En 2014 se autoubicaban ahí el 5,16% de las españolas. En lo que va de año son ya el 14,48%. La progresión en el caso de los hombres ha sido mucho menor: de un 6,06% a un 9,94%.

En el caso de los hombres han aumentado todos los valores de la escala ideológica que se asocian a la derecha

El posicionamiento en el valor 10 de la escala, el que se identifica con la extrema derecha, ha sido mucho más similar entre ellos y ellas. Pero en el caso de los hombres, que ya son más de derechas que nunca, según sus posicionamientos en los barómetros del CIS, también han crecido el resto de valores de la escala que se asocian a la derecha —el 6, el 7, el 8 y el 9—; mientras han descendido quienes se posicionan en el centro y en los valores de izquierdas —a excepción del situado más a la izquierda—.

Entre las mujeres, en cambio, crecen los dos valores más de izquierdas —el 1 y el 2— y los cuatro más de derechas —el 7, el 8, el 9 y el 10—. En cualquier caso, el descenso en el supuesto centro político y en los valores de izquierdas menos extremos es claro tanto en un género como en otro. Ese espacio, de centro izquierda, además, había sido históricamente donde se situaba una mayor parte de la población. Y, de hecho, es uno de los motivos que hacen que ya haya expertos apuntando a que la sociedad española se está derechizando en su conjunto y no únicamente entre los hombres.

Derechización y crispación

Está por ver hasta qué punto llega esa posible derechización. Lo que está ya más que claro es la polarización de la sociedad española, que se encuentra hoy más dividida a nivel ideológico que nunca. De hecho, esa separación ideológica se ve también en el Congreso. Aunque para los expertos la polarización en el discurso de las élites y los partidos políticos recibe otro nombre: crispación. La polarización, en cambio, es el fenómeno que se da entre la ciudadanía, en la opinión pública.

Lo que no está aún tan demostrado es cómo una cosa influye a la otra. Troncal explica que "aún hay una discusión entre académicos sobre si la crispación genera polarización o no". "Aunque parece que el aumento en la polarización que tenemos hubiera sido muy complicado sin la inestimable ayuda de la creciente crispación". La última vez que el CIS preguntó sobre este tema, el 88,9% de la población española consideraba que había mucha o bastante.

En lo que tampoco se ponen aún de acuerdo los politólogos es en qué causa la polarización, un fenómeno que vemos en España, pero que ya se está dando a nivel global. "Las dos principales posiciones, que no tienen por qué ser necesariamente contrapuestas, son que se debe a los problemas generados por la creciente desigualdad o a los efectos de la globalización", detalla Troncal.

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