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Debate electoral Los líderes de PP y Cs miran hacia otro lado cuando les mencionan a Vox en el debate

La estrategia de Génova en la segunda vuelta del debate electoral ha dado sus frutos. Casado ha mantenido un tono más duro que en la cita anterior y ha entrado en el cuerpo a cuerpo contra Rivera y Sánchez, erigiéndose como única alternativa.

Pablo Casado (PP) junto a Albert Rivera (Ciudadanos), momentos antes del comienzo del debate electoral en Atresmedia. REUTERS/Juan Medina

El socio incómodo de PP y Ciudadanos no estaba -físicamente- en el debate de Atresmedia. La Junta Electoral así lo dictaminó al considerar que su participación únicamente obedecía a cuestiones informativas y no de representatividad, como marca la Ley Orgánica del Régimen Electoral Central. No obstante, la formación que preside Santiago Abascal ha estado muy presente; Vox ha sido la baza principal del candidato socialista para desdibujar el acuerdo de PP y Ciudadanos, que -como ha recordado Pedro Sánchez- pasa también por llegar a un acuerdo con la extrema derecha.

"Hay silencios clamorosos. Rivera no nombra a Vox. La ultraderecha es peligrosa, es temible", ha asegurado el presidente del Gobierno en uno de sus encontronazos con Albert Rivera, al que le ha reprochado que "hable de una España de rojos y azules para dibujar una España azul oscuro casi negro".  En un intercambio de libros iniciado por el candidato 'naranja', Rivera le ha 'regalado' la tesis doctoral de Sánchez, a lo que socialista ha contratacado: "Yo también le he traído un libro, (el libro de Dragó sobre Abascal)", que ha depositado en su atril.

Sánchez también se ha referido a Vox cuando se ha abordado la cuestión de la violencia machista y los derechos LGTB, que desde la formación de extrema derecha cuestionan: "La ultraderecha es peligrosa en este asunto, dicen barbaridades como que una mujer violada no tiene derecho a abortar o que la dictadura no fue franquista sino feminista".

El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, también ha aprovechado durante el trascurso de este bloque para cargar contra los de Abascal. "Hay que tomar medidas para las mujeres que está bajo está violencia, con alternativas habitacionales y un salario para ayudar a estas mujeres. Vox es un retroceso en los derechos para las mujeres", ha asegurado.

La única alusión directa por parte de Pablo Casado a Vox ha sido cuando éste ha sacado pecho del acuerdo en Andalucía: "Para formar Gobierno, estaremos encantados de tender la mano a otros constitucionalistas. Yo me presentaré a la investidura y si Vox quiere apoyarla que lo haga", ha dicho el candidato del PP.

Casado también ha aludido de manera sutil a esta formación en su minuto de oro, en el que ha apelado a que esos votantes indecisos se detecanten por la gestión "segura" de los 'populares'. "Quiero recuperar la confianza en el proyecto del PP. Si quiere que sigan mandando Torra y Otegi vote a Sánchez, pero si quiere un cambio de verdad vote al PP, es el único valor seguro. Necesitamos unir ese voto para que ganen los españoles y no los nacionalistas".

Albert Rivera, por su parte, ha evitado en todo momento aludir a Vox o verbalizar su existencia de ningún modo. Preguntado sobre la cuestión de los pactos, el presidente de Cs ha asegurado que "en Andalucía el Gobierno es del PP con Ciudadanos, sin ningún otro partido", tratando de quitar esa etiqueta que tanto le lastra en Europa, dentro de su propia formación e incluso de cara a sus votantes, que ven como el candidato se aleja del centro político.

La estrategia de Génova da sus frutos

El número dos del PP, Teodoro García Egea, ha defendido este martes, previo a la realización del debate en Atresmedia, que la actitud de Casado en RTVE -más sosegada que en sus mítines- fue la correcta, porque pudo convencer a los indecisos e inspiró confianza. Casado apenas cruzó mirada con otro candidato que no fuera el presidente del Gobierno y el líder del PP dedicó la mayor parte de sus intervenciones a realizar reproches hacia la gestión socialista del país, no solo de Sánchez sino también del expresidente José Luís Rodriguez Zapatero.

Si bien es cierto que Sánchez ha vuelto a ser el flanco de sus críticas, el líder del PP ha bajado al 'cuerpo a cuerpo' con Rivera y ha salido airoso de la batalla. Se han enfrentado, principalmente, por cinco cuestiones: fiscalidad, empleo, pactos, aborto y eutanasia. A pesar de los encontronazos, ambos han dejado entrever su sintonía y se han emplazado a hablar tras las elecciones.

Un histórico 'popular', ahora candidato al Senado por Málaga, Rafael Hernando, ha comentado el debate a través de su cuenta de Twitter y ha criticado a Rivera por estar, a su juicio, demasiado "pasado de vueltas". Este tono bronco con Ciudadanos también lo ha compartido el secretario general del partido, acusando al candidato 'naranja' de "hacer el trabajo sucio a Sánchez y los independentistas" al atacar a Casado. 

En Génova defendían esta mañana que la "templanza" de Casado en el debate de RTVE fue parte de una estrategia medida, dirigida hacia el centro político y los indecisos y reconocían que el formato de Atresmedia es distinto porque es más ágil y puede dar pie a las réplicas y a la confrontación de ideas, sin estar tan pendientes del tiempo, cuestión que, a su juicio, perjudicó a Casado porque recibía ataques de los que no se podía defender. Cierto es que, tras analizar este segundo debate, el líder del PP ha gestionado la confrontación de manera más contundente.

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