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Juicio al procés Una diputada de Quebec, la primera que se reivindica como observadora internacional en el 'procés', aunque corrió con sus gastos

Manon Massé declara por videoconferencia ante el Alto Tribunal que costeó todos los gastos de su estancia en Catalunya durante el referéndum soberanista del 1 de octubre de 2017, y reivindica el derecho a la autodeterminación. La testigo afirma que la violencia en la consulta es atribuible únicamente a los cuerpos policiales.

El presidente del tribunal que juzga el procés, Manuel Marchena (2d), durante la sesión de hoy en el Tribunal Supremo./EFE

Es la primera testigo en el juicio a la cúpula del procés que se reivindica como "observadora internacional" en el referéndum soberanista del 1 de Octubre de 2017 en Catalunya. Manon Massé, diputada en la Asamblea Nacional de Quebec y coportavoz de la formación Quebec Solidaire, ha admitido que desempeñó este rol, y ha puesto en valor que su partido "reconoce el derecho de autodeterminación", y por ello decidió viajar a Catalunya para supervisar el desarrollo de la consulta: "Es un derecho fundamental".

La testigo responsabiliza de la violencia el 1-O a la Policía: "El miedo" iba "creciendo a medida que circulaban las imágenes [de las cargas]". "El temor a no poder votar y que hubiera alguna violencia contra ellos"

Durante los más de dos meses y medio de juicio en el Tribunal Supremo, las defensas de los 12 dirigentes independentistas procesados han hecho hincapié en que no hubo "observadores internacionales" convocados ex profeso para esas jornadas, sino que únicamente recibieron a "visitantes internacionales", que vinieron a desempeñar labores que no eran de observación electoral.

No obstante, Massé también ha aclarado que ella misma corrió con el pago de todos sus gastos, y por tanto estos no serían imputables ni a la Generalitat ni a Diplocat. Las acusaciones intentan probar que el Govern cometió un supuesto delito de malversación al emplear fondos públicos en remunerar o en cubrir las estancias de estos "observadores" o "visitantes".

Solo una de las testigos que han comparecido hasta la fecha, Helena Catt, que coordinó el trabajo de un grupo multidisciplinar de expertos que redactó un informe sobre la situación en Catalunya en septiembre y octubre de 2017, ha admitido haber cobrado por su trabajo, sobre el terreno, si bien ella insistía en que ejerció como "visitante internacional", y no como "observadora" electoral. 

En la 37 sesión del juicio, ante la Sala de Lo Penal del Tribunal Supremo, Massé ha reconocido que conocía la orden judicial de impedir el referéndum, y se ha referido a la actuación de los votantes como un ejercicio de desobediencia civil: "Vi un pueblo catalán emocionado, no violento, pacífico", relataba. 

Por contra, la diputada de Quebec señalaba a "la Policía española" como única responsable de la violencia", aunque en los colegios que visitó no hubo cargas. Tuvo constancia de esta violencia a través de la televisión y las redes sociales durante esa jornada, si bien sí apreció que "el miedo" iba "creciendo a medida que circulaban las imágenes". "Sentí ese miedo y ansiedad", el "temor a no poder votar y a que hubiera alguna violencia contra ellos". "La gente nos decía 'no se vayan, no se vayan'”, percibían que su presencia les "protegía", apostillaba.

Además de Massé, llamada por la defensa de Jordi Cuixart, presidente de la ANC, en esta jornada han declarado otros seis testigos, que llega ya a su 12 semana. 

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