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Elecciones 14F PP y Cs ignoran al independentismo en campaña para no competir con Vox

La derecha nacional vive su particular batalla en Catalunya: no por la victoria, sino por la supervivencia. Pablo Casado e Inés Arrimadas han dejado aparcada la cuestión independentista de sus discursos para centrarse en la economía y la salud.

El candidato del PP a la Generalitat, Alejandro Fernández, y su homólogo en Ciudadanos, Carlos Carrizosa.
El candidato del PP a la Generalitat, Alejandro Fernández, y su homólogo en Ciudadanos, Carlos Carrizosa. EFE

La derecha nacional vive su particular batalla en Catalunya: no por la victoria, sino por la supervivencia. Ciudadanos asume que caerá de manera estrepitosa, pero confía en poder influir en la formación de gobierno, el PP busca doblar los 4 diputados de 2017 y frenar el ascenso de un Vox amenaza con ‘sorpassarles’. El partido ultra no tiene representación en el Parlament catalán y algunos sondeos apuntan a que podría superar en votos y escaños a los populares. Si es así, el líder del PP, Pablo Casado, debería replantearse -de nuevo- su estrategia.

Lo cierto es que el contexto actual es completamente distinto al de los últimos comicios, cuando el conflicto independentista se encontraba en su momento más álgido. Entonces el voto se produjo en clave plebiscitaria tras la declaración unilateral de independencia (DUI) en el Parlament, la celebración del referéndum el 1 de octubre acompañado por las cargas policiales enviadas por Mariano Rajoy y la posterior aplicación del artículo 155 de la Constitución.

Tras esos eventos, que coparon la actualidad política a nivel nacional e internacional, fue la candidatura de Cs, encabezada por Inés Arrimadas, la que ganó las elecciones al congregar a la mayor parte del voto no independentista: obtuvo 1.109.732 votos y 36 escaños nutriéndose, principalmente, de electores socialistas y populares desencantados. Una victoria que de nada sirvió: el independentismo, con JxCat a la cabeza, logró la mayoría absoluta.

En esta campaña, y a diferencia de las machaconas consignas de entonces, tanto PP como Ciudadanos han dejado al margen la cuestión independentista en la mayoría de sus intervenciones y a abordar temas relacionados, principalmente, con la economía y con la salud. La pandemia ha desplazado del foco la independencia de Catalunya, un terreno en el que saben que Vox les adelanta por la —extrema—derecha. El partido de Santiago Abascal defiende a modo de solución para resolver el conflicto la ilegalización de las formaciones independentistas, una medida que ni Casado ni Arrimadas defienden.

Ambos partidos han movilizado a sus barones y dirigentes territoriales más visibles para vender 'gestión' y diferenciarse así del partido ultra. La primera presidenta del PP que acudió en plena precampaña fue la madrileña Isabel Díaz Ayuso, que ha sido la cara visible de la oposición contra Pedro Sánchez durante la pandemia y cuya gestión se ha situado en las antípodas a las de la Generalitat catalana. Arrimadas también estuvo acompañada por el vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado, en campaña.

La campaña del 'abrazo' se vuelve en contra de Cs

Para escenificar ese proyecto de convivencia futura y dejar atrás las fricciones del pasado, Ciudadanos utilizó el símbolo del abrazo en su cartelería electoral. "Además de nuestro corazón tribandera", señaló la presidenta de la formación en el acto de inicio de campaña, en referencia al corazón que utilizan habitualmente y que congrega la bandera catalana, española y europea, "en esta campaña queremos que los catalanes volvamos a abrazarnos, a compartir un proyecto futuro", dijo. "Tras una década perdida, porqué no hacer una apuesta para que ganemos todos los catalanes por una vez", dijo.

Carteles de 'vota abrazo' de Cs
Carteles de 'vota abrazo' de Cs.

Apenas un día después el partido se vio obligado a retirar los carteles que contenían el lema "vota abrazo" por utilizar fotografías de un banco de imágenes libres que, según la compañía que los administra, no podían emplearse con fines políticos. Esa campaña había causado cierto malestar interno, no solo por el uso de imágenes de stock, sino porque los colores escogidos no siempre eran el naranja corporativo, lo que dificultaba la identificación con Cs. Los ideólogos reconocieron que fue un gesto para atraer a votantes de otras formaciones.

La cartelería motivó multitud de 'memes' y mofas en redes sociales, así como gran cantidad de críticas, tanto por las fotografías elegidas como por el lema -un abrazo en plena pandemia mundial-, entre ellas la del que fuera portavoz parlamentario de Ciudadanos Juan Carlos Girauta. "Mucho ruido con la foto, pero, ¿y la frase? La frase, señores, confirma el nuevo influjo de los intelectuales en el partido llamado Cs", expuso.

El PP recurre a Álvarez de Toledo y Vidal-Quadras para frenar a Vox

El candidato popular a la Generalitat, Alejandro Fernández, ha querido contar este viernes con la exportavoz del Congreso y antigua protegida de Pablo Casado, Cayetana Alvárez de Toledo, y con el fundador de Vox, Alejo Vidal-Quadras, ahora desvinculado de la formación. En un acto desde Barcelona ambos han puesto el foco en la cuestión nacionalista, a diferencia de la directriz que está siguiendo la dirección de Génova 13, y han alertado de los peligros que supone no confrontar con los independentistas, repitiendo así la critica que hacen al PP desde la extrema derecha.

El fundador de Vox ha querido aclarar que no pertenece a ningún partido y que su apoyo va dirigido expresamente a Fernández, no al PP. "Cada vez que habla Alejandro yo me veo reflejado, siento un orgullo de tipo paternofilial", ha dicho. Y ha señalado: "Al nacionalismo no se puede domesticar y no se le debe complacer porque las transferencias, el dinero, el reconocimiento simbólico sólo alimentan al monstruo, al nacionalismo hay que combatirlo sin cuartel"

Por su parte, Álvarez de Toledo ha criticado el papel "progresista" que la izquierda confiere al independentismo y ha lanzado un mensaje a Vox: "No intentarás combatir el nacionalismo con otro nacionalismo. Proponer una España centralista es trilerismo electoral. La solución a los problemas de España no es más nacionalismo, ni catalán ni español".

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