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Elecciones generales 10-N Casado se desmarca del 155 en Catalunya y suaviza el tono para recuperar votantes

Han cambiado las tornas respecto al 28 de abril. Mientras que Casado propone aplicar la ley de Seguridad Nacional y deja a un lado medidas más drásticas, Sánchez amaga con el 155 y advierte de que puede aplicarlo aún estando en funciones.

La número uno del PP por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, y el presidente del PP, Pablo Casado.

Al PP no le fue bien en Catalunya el 28 de abril. El partido que dirige Pablo Casado solo sacó un escaño de los 48 posibles: el de su portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, que repetirá por Barcelona de cara al 10 de noviembre. Desde la dirección del partido consideran que no pueden prescindir de Catalunya si quieren ser alternativa de Gobierno a Pedro Sánchez, por lo que Casado ha bajado decibelios y se ha desmarcado de su argumento estrella: el artículo 155. Un mecanismo para controlar el Govern de la Generalitat desde el Ejecutivo estatal.

El 28 de abril, el PSC obtuvo 12 diputados y fue segunda fuerza en la región. Los conservadores sostienen que ante una ventaja electoral tan grande es "prácticamente imposible" superar a los socialistas a nivel estatal si mantienen esos números, aunque el PP sí mejore sus resultados en otras comunidades.Por ello, tras comprobar que el "tono duro" no funciona, lo intentarán por la vía de la "moderación", a la que ahora apela Casado, tras meses escorado a la derecha.

Un cambio de discurso que también coincide con el del PSOE estos últimos días. Mientras que Casado propone ahora aplicar la ley de Seguridad Nacional y deja a un lado medidas más drásticas, Pedro Sánchez amaga con el 155 y advierte al president de la Generalitat, Quim Torra, de que puede aplicarlo aún estando en funciones. El actual presidente en funciones tuvo a bien esquivar este tema en la anterior campaña, consciente de que le repercutiría negativamente.

Incluso Cayetana Álvarez de Toledo ha defendido que "ahora mismo" no se dan los hechos concretos para aplicar el 155

Incluso Álvarez de Toledo —cuya candidatura surgió desde Génova para confrontar por la cuestión independentista con Inés Arrimadas en el Congreso— y es una declarada antinacionalista, ha defendido que "ahora mismo" no se dan los hechos concretos para aplicar el 155, y ha acusado a Sánchez de "travestismo político" por su giro en la campaña. 

Los conservadores apelan a la sentencia del Tribunal Constitucional, que dictamina que el 155 es un "procedimiento excepcional" que solo se debe utilizar "para hacer frente a situaciones ante las que no existan otras vías que permitan el cumplimiento de la Constitución y las leyes". Una sentencia que ignoraron en su día, al igual que hacen Ciudadanos y Vox.

Confían en atraer a los votantes de Ciudadanos

Son varios los dirigentes del PP que auguran una caída en votos y escaños de Ciudadanos. Hay quienes —incluso— los sitúan en cuarta posición a pesar de la irrupción del partido de Íñigo Errejón, Más País, que dificultará que Unidas Podemos vuelva a ser tercera fuerza como pronosticaban todos los sondeos previos al paso a la política nacional del exnúmero dos del partido.

El Ejecutivo de Mariano Rajoy salió muy perjudicado —tanto a nivel autonómico como nacional— tras el referéndum del 1 de octubre, la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) proclamada por Carles Puigdemont en octubre y la posterior aplicación del 155. La "herencia recibida" fue uno de los mantras de la nueva dirección del PP durante la pasada campaña; un argumento que no acaba de explicar su debacle —de 137 diputados a 66— y que ahora se cuidan en utilizar.

Los 'populares' dejan ahora las "estridencias" a Ciudadanos, que ha hecho de Catalunya su principal baza electoral. Fuentes del PP creen que el voto no independentista podría aglutinarse entorno a su partido si los 'populares' juegan bien sus cartas. No solo confían en revalidar el escaño de Barcelona, sino que hablan incluso de obtener dos más en esa circunscripción, junto a otro por Tarragona. 

Convencidos de que el tono de crispación no atrae votantes en Catalunya —sino que los aleja— plantean actuar con firmeza y con todos los cauces legales y dejar el "alarmismo" a los independentistas, Ciudadanos y Vox. De hecho, creen que la propia ciudadanía está harta de la tensión entre ambos lados y culpan a todos por igual. Por ello, la estrategia del PP es hacer poco ruido —a pesar de que esta no es la reacción natural de Casado y Álvarez de Toledo, como así señalan— para generar más aquiescencia en Catalunya.

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