ERC pisa el acelerador para un referéndum en Catalunya tras la investidura de Sánchez
Aragonès convocará una mesa de partidos catalanes sobre la cuestión una vez se haya resuelto la gobernabilidad del Estado. Pretende que su propuesta de referéndum gane apoyos en Catalunya antes de negociarla con el Gobierno.
Barcelona-
El escenario político surgido de los resultados de las elecciones generales del 23 de julio ha vuelto a situar el referéndum de autodeterminación de Catalunya en el escenario, partiendo de la premisa que es una cuestión que cuenta con un apoyo importante en la sociedad catalana para resolver el conflicto territorial.
Ahora bien, esto no implica, en ningún caso, que se cierre un acuerdo sobre la cuestión antes de la posible investidura de Pedro Sánchez como presidente español, a pesar de que tanto Junts como Esquerra insistan que con la amnistía no basta para conseguir su "sí" al secretario general del PSOE; y también hay que hablar sobre la autodeterminación. Una opción complicada teniendo en cuenta que los socialistas rechazan el referéndum, una postura que ha reiterado nuevamente el PSC este lunes.
Con este contexto, ERC ya sitúa el abordaje a fondo de la cuestión bastante más lejos de la hipotética investidura de Sánchez, que tiene como fecha límite el 27 de noviembre para sumar los apoyos para seguir en La Moncloa.
Siguiendo el guion expuesto este lunes por el president del Govern, Pere Aragonès, los republicanos plantean recoger primero apoyos internos —en Catalunya— en favor del referéndum, para después negociarlo con más fuerza con el ejecutivo estatal en un espacio como la mesa de diálogo, que insiste en revitalizar. La primera herramienta para hacerlo es el Acuerdo de Claridad, del cual únicamente Aragonès y los suyos hacen bandera, con la tímida excepción de En Comú Podem, la primera formación en plantear un instrumento de este tipo.
Después de la presentación del informe del consejo académico sobre el Acuerdo de Claridad, que propone hasta cinco posibles referéndums como posibles vías de solución del conflicto, Aragonès ha comparecido para dejar claro que su opción es un "referéndum a la escocesa". Es decir, una consulta vinculante acordada con el Estado y en la que se pregunte explícitamente sobre la independencia de Catalunya y con respuesta binaria de "sí" o "no".
La posición del president va en la línea de la que ha defendido ERC en los últimos años, pero la voluntad de Aragonès es que sea fruto de un amplio consenso. Para conseguirlo, el siguiente capítulo será la convocatoria de una mesa de partidos catalanes para abordar la propuesta de referéndum, en la que el president escuchará las propuestas del resto de formaciones.
El encuentro no se convocará hasta que se resuelva la investidura estatal. Paralelamente, el president encargará un nuevo informe, en este caso al Institut d'Estudis d'Autogovern, para desbrozar el encaje jurídico de un referéndum de autodeterminación en el actual marco legal español.
Según el guion planteado hace medio año, el ejecutivo autonómico también pretende recoger la opinión de la "sociedad civil organizada" sobre el tema y que se lleve a cabo una fase de debate ciudadano, a partir de la cual el consejo académico haga un segundo y último informe.
Este documento tendría que ser la base de la propuesta de Acuerdo de Claridad del Govern, que tendría que detallar en qué condiciones y cómo se tendría que hacer un referéndum de autodeterminación. Y precisamente esto sería lo que se llevaría a negociación en la mesa de diálogo entre gobiernos, un espacio que sólo se reactivará si se repite el ejecutivo de PSOE y Sumar.
Proceso de meses
La tesis de los republicanos es que, con un proceso previo de este tipo, la propuesta contaría con un amplio apoyo de la sociedad catalana y, por lo tanto, estaría dotada de mayor legitimidad y fuerza para ser tenida en cuenta. En cualquier caso, hablamos de una serie de trámites que se alargarán como mínimo unos cuantos meses y, por lo tanto, de un horizonte temporal que va claramente más allá de la investidura estatal.
Hasta ahora, la propuesta de Acuerdo de Claridad de ERC no ha recibido apoyos significativos —este mismo lunes la CUP ha defendido que Aragonés "se equivoca" poniendo el referéndum "en manos del Estado"—, pero sí que permite a la formación recuperar cierto liderazgo a la hora de visualizar mecanismos para articular una votación de autodeterminación.
Y, a la vez, puede obligar a mover ficha tanto a Junts como al PSOE, en este último caso para mostrar cuál es su propuesta política para Catalunya. Y aunque los socialistas no acepten un referéndum, sí que parece mucho más factible que ERC lo lleve en un espacio como la mesa de diálogo.
El movimiento también confirmaría que, como mínimo, Esquerra no se plantea bloquear la investidura de Sánchez por el referéndum, si bien sí que pretende que la cuestión esté encima de la mesa durante la legislatura. El dilema es qué posición acabará adoptando Junts, que viernes subrayó que todavía estaba "lejos" de lograr un "acuerdo histórico" con el PSOE.
Las conversaciones se mantienen y la amnistía parece cada día más factible, con apoyos crecientes y explícitos ya en las filas socialistas —como el del expresidente Zapatero—. Si, finalmente, se cierra el acuerdo para la ley, el "sí" a la investidura de los dos partidos independentistas estará incuestionablemente más cerca. Y la vía de ERC hacia el referéndum no hace otra cosa que reducir la presión por algún tipo de compromiso inmediato sobre la autodeterminación.
De hecho, la portavoz republicana, Marta Vilalta, se ha mostrado "optimista" sobre un acuerdo para la investidura y considera que el informe del consejo académico sobre el Acuerdo de Claridad "contribuye a acompañar y hacer viable" esta negociación.
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