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Familia Franco Arranca el primer juicio contra el expolio de los Franco

El Ayuntamiento de Santiago de Compostela reclama la titularidad de dos esculturas románicas del Pórtico de la Gloria labradas entre los años 1188 y 1211. Los Franco la expoliaron para decorar el Pazo de Meirás (Sada), la residencia de verano del dictador.

Exposición del Maestro Mateo en Santiago. / EP

Marga Tojo

“La del Ayuntamiento de Santiago de Compostela es la primera demanda interpuesta por una institución contra el expolio de los Franco y espero que este primer juicio siente un precedente”. Martiño Noriega (Compostela Aberta), alcalde de la ciudad, va camino del aeropuerto. Este viernes, 1 de febrero, arranca en el Juzgado de Primera Instancia número 41 de Madrid la vista por la titularidad de las figuras de Abraam e Isaac (o Ezequiel y Jeremías, según la interpretación de algunos expertos), dos esculturas románicas del Pórtico de la Gloria labradas entre los años 1188 y 1211 en el taller del Maestro Mateo, que fueron expoliadas por los Franco para decorar el Pazo de Meirás (Sada), la residencia de verano del dictador.

En este litigio contra la familia Franco el Ayuntamiento de Santiago de Compostela se declara “dueño en pleno dominio de las esculturas reivindicadas en virtud del contrato de compraventa otorgado en escritura pública de 4 de junio de 1948”, según la documentación incorporada a la demanda que ha presentado el Consitorio de la capital gallega.

Noriega se muestra confiado en el “minucioso trabajo de documentación” realizado por diversos historiadores a petición del Ayuntamiento, como Ricardo Gurriarán. “Los Franco no tienen nada, carecen de título de propiedad y, seguramente, el bufete de Milán del Bosch, que es quien los representa, alegará prescripción del delito”, explica. “Nosotros defendemos que no existe tal prescripción porque hay una ley de patrimonio artística que estuvo vigente durante todo el Franquismo y que no prescribe. Además de ser piezas de patrimonio público”.

Cosidera que “a pesar de su silencio”, “en la Catedral de Santiago desean que se recuperen las piezas. De hecho, en el juicio testificará un especialista de la Catedral, el catedrático Ramón Yzquierdo Perrín”.

¿Cuál es la historia de las estatuas?

Según el texto de la demanda al que ha tenido acceso Público, el Ayuntamiento de Santiago de Compostela las adquirió, “por medio de contrato de compraventa (…) ante el notario de dicha ciudad Sr. Rey Feijoo y Raviña, dos estatuas que aparecen descritas del siguiente modo: “… la otras dos, sedentes, del Maestro Mateo, figurando dos personajes del Antiguo Testamento, las cuales debieron estar adosadas en el pórtico exterior de la Catedral”.

Noriega: "Carmen Polo se encapricha de las piezas y decide que se las queda"

Ocurre durante una de las modificaciones más relevantes que experimenta la Catedral de Santiago desde su construcción (año 1075). En el año 1519, el cabildo catedralicio encarga el cierre con puertas de los arcos de acceso por la fachada de la Plaza del Obradoiro. Para ello es necesario eliminar parte del arco central y algunas de las figuras de las columnas laterales del Pórtico de la Gloria. Las estatuas pertenecen al mismo grupo que el David y el Salomón, situadas en el pretil de la escalinata de la entrada occidental al templo.

Las obras permanecen desaparecidas hasta que, en 1933, el historiador Fermín Bouza Brey las localiza en Vedra (a veinte quilómetros de Compostela), en un pazo propiedad de Santiago Puga Sarmiento, conde de Ximonde, “un conde gallego que vivía la mayoría del año en Madrid, en la calle Ferraz”, detalla Noriega, y cuya familia las posee desde finales del siglo XVIII.

El conde de Ximonde vende las esculturas entre 1947 y 1948 al Ayuntamiento de Santiago de Compostela “para el Patrimonio Artístico de la Ciudad” por 60.000 pesetas, un precio bajo motivado por el interés de engordar el patrimonio municipal, según la documentación aportada por el equipo jurídico, con la condición, recogida en acta notarial, de que no salgan de la ciudad, y pasan a decorar la escalinata del Pazo de Raxoi.

Pero el 25 de julio del Año Santo 1954 los Franco asisten a la recepción del Ayuntamiento posterior a la tradicional invocación al Apóstol “y Carmen Polo se encapricha de las piezas y decide que se las queda”, explica el alcalde. “Hay muchos más casos de desapariciones patrimoniales en Galicia, el expolio de piezas trascendía el famoso interés de Carmen Polo por apropiarse de joyas”.

Del Pazo de Meirás salen en 1961 para una exposición y de ahí los Franco las trasladna al Pazo de Cornide, palacete que expolian en pleno centro de A Coruña. A partir de ahí pueden verse en una muestra en A Coruña en 2008, en la exposición Dominus Iacobi de 2011 y en la actual muestra del pazo de Xelmírez, la misma que acoge el Museo del Prado.

Precedentes

En septiembre de 2017, Bloque Nacionalista Galego (BNG), Compostela Aberta y En Marea inician las presiones para reclamar al Gobierno que obligue a los herederos de Franco a devolverlas e integrarlas en el patrimonio público. El Pleno de la Corporación Municipal de Santiago aprueba por unanimidad una proposición de Compostela Aberta y una moción del BNG. En noviembre de 2017, el Parlamento gallego aprueba por unanimidad una Proposición no de ley presentada por En Marea para apoyar al Ayuntamiento de Santiago en su demanda. En febrero de 2018, la Xunta inicia los trámites para la declaración de las figuras como Bienes de Interés Cultural.

Desde los años 80 del siglo pasado hay constancia manifiesta en la ciudad. El gobierno tripartido de la Xunta de Galicia (1987-1990) abrió expediente, pero el caso se cerró sin resultados. En el año 2000, el Bloque Nacionalista Galego (BNG), a través de la diputada Pilar García Negro, presentó una pregunta en el Parlamento autonómico relamando información al respecto. El entonces conselleiro de Cultura del gobierno de Manuel Fraga, Xesús Pérez Varela (Partido Popular), se comprometió a activar la recuperación, pero no realizó ningún movimiento.

En 2018, la Xunta inicia los trámites para la declaración de las figuras como Bienes de Interés Cultural

En marzo de 2012, mientras se celebra la exposición Dominus Iacobi, la asociación por la defensa del patrimonio medieval gallego O Sorriso de Daniel escribe a la entonces presidenta de la Fundación Francisco Franco, Carmen Polo Franco, para reclamarle la devolución de las esculturas. En ese mismo año, el grupo municipal del BNG presenta en Pleno una pregunta al Gobierno local (PP) para conocer que documentación existía en el ayuntamiento de Santiago sobre las piezas y que pasos se habían dado para su recuperación. En septiembre de 2016, Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea presenta una Proposición no de ley en el Congreso para instar al Gobierno estatal a establecer los mecanismos necesarios para exigirle a la familia Franco la devolución de las piezas a la Catedral de Santiago.

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