García (Adelante Andalucía): "La política económica y social de Moreno Bonilla es tan peligrosa o más que la de Ayuso"
El diputado, que acaba de ser elegido candidato de su partido a la Junta, acude al Congreso el martes a defender la ley de gafas gratis.

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José Ignacio García es el portavoz y, desde hace una semana, candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía por Adelante, el partido formado, entre otros, por Teresa Rodríguez y José María González, Kichi, exalcalde de Cádiz. La formación tiene dos diputados autonómicos y en las próximas elecciones se juega, prácticamente, la vida, al menos, la institucional. Este martes, García acude al Congreso de los Diputados —junto con parlamentarios de PP y PSOE— a presentar una ley que —impulsada por Adelante, ha logrado la unanimidad del Parlamento de Andalucía— pretende que el sistema nacional de salud financie gafas y lentillas en todo el Estado. Además, el viernes pasado, trascendió que la Fiscalía había decidido querellarse contra él tras sus críticas a la Policía de Sevilla —la justicia archivó después el caso— por la muerte de un mantero.
Acaba de ser elegido candidato a la Junta por Andalucía ¿Cómo afronta lo que queda hasta las elecciones autonómicas?
Por un lado con mucha ilusión, es un honor que mis compañeros me elijan para esta tarea. Va a ser una tarea muy bonita en el sentido de que vamos a trabajar para construir una alternativa, que creo que el pueblo andaluz necesita. Esta es una tarea colectiva. Me han elegido a mí, bueno, como se elige otra gente para hacer otras tareas dentro del partido, como tenemos portavoces o compañeros que se encargan de abrir la sede o de organizar cualquier actividad. Esto es una tarea más militante. Ahora me toca a mí y después lo cogerá otra compañera y yo seguiré haciendo otras cosas. No hay una ilusión individual, respiramos una ilusión colectiva con muchas ganas.
¿Adelante se juega el todo por el todo en las próximas autonómicas?
Adelante Andalucía se juega mucho, pero el pueblo andaluz se juega mucho también. A la vez que tenemos un riesgo, tenemos una oportunidad.
El riesgo es asentar a la derecha con influencia de la extrema derecha en Andalucía, una derecha que su objetivo y programa principal es vender todo. Tú vales lo que tengas en tu cuenta bancaria. Eso es lo que le importa al señor Moreno Bonilla. O sea, todo se puede vender, todo se puede trocear, todo se puede privatizar y, por tanto, los andaluces tanto tienen, tanto valen. Nosotros tenemos la oportunidad de plantear una alternativa.
Vamos con la ilusión de decir que el pueblo andaluz necesita echar a las derechas, pero sin volver atrás. Necesitamos echar a las derechas, pero sin volver a los modelos fracasados que son responsables de que hoy gobierne la derecha.
El nuestro es un proyecto de futuro, de mirar para adelante y decir: 'Oye, las cosas pueden ser de otra forma'. Frente a Moreno Bonilla, que cree que todo se puede comprar y vender, el pueblo andaluz y todos los andaluces saben que hay cosas que son tan importantes que no tienen precio y eso es lo que nosotros vamos a poner en valor en la campaña.
Son casi tres años de mayoría absoluta del PP y otros más de Gobiernos de Moreno Bonilla, ¿Se comprenden los ejes de las políticas del PP?
Yo creo que hay un desgaste de Moreno Bonilla que estamos viendo en los últimos meses de una forma cada vez más acelerada. Moreno Bonilla llega con una pátina de moderación y con el apoyo incluso de gente de izquierda. Hubo gente de izquierda que votó a Moreno Bonilla para evitar a Vox o porque sentían que era necesario un cambio o por diferentes razones. Yo creo que es gente también despistada: eso hay que decirlo también. Pero Moreno Bonilla ha intentado forjarse una imagen de moderación y de progresismo de alguna forma. Yo creo que esa imagen se le está cayendo. Se le está cayendo, no porque Moreno Bonilla haga declaraciones altisonantes: es muy inteligente y no se dedica a copiar en eso el modelo Ayuso, pero su política económica y social es tan peligrosa o más que la de Ayuso.
'Líbreme de las aguas mansas que de la bravas me libraré yo'. Yo creo que las aguas mansas son Moreno Bonilla. Y Moreno Bonilla es un señor que en tres años ha autorizado seis universidades privadas en Andalucía. Moreno Bonilla es un señor que está utilizando normativa derogada para darle dinero, una millonada de dinero a la sanidad privada, es un señor que ha cerrado miles de aulas públicas y cero concertadas. Y es un señor que es capaz de cambiar la normativa de las VPO para que alguien que cobra 4.500 euros al mes acceda a una VPO e incluso él cobrando 83.000 al año puede acceder a una VPO. Ellos quieren un cambio radical de la sociedad. Van hacia una sociedad en la que todo se puede vender, todo se puede comprar y yo creo que eso es lo que hay que combatir. Pero combatirlo en serio, combatirlo con valentía y contraponiéndolo a otro modelo absolutamente, radicalmente diferente al de Moreno Bonilla. El problema es que el modelo del Partido Socialista, con el que se presenta contra Moreno Bonilla, es copiar, extrapolar el del Gobierno de Pedro Sánchez. Un Gobierno que no para los recortes en sanidad, un Gobierno que se niega a meterle mano al problema de la vivienda y que está haciendo política para los rentistas y un Gobierno que no está defendiendo ninguna de las políticas sociales ni de los servicios públicos para los que lo votaron y encima nos quiere meter en una dinámica de rearme militar absurdo. Entonces, el problema es que el bloque progresista se enfrenta a Moreno Bonilla con un modelo que es muy parecido. Nosotros nos salimos de eso y planteamos una cosa que es totalmente diferente a lo que plantea Moreno Bonilla.
Ha habido este fin de semana en Andalucía dos relevantes protestas, una coordinada con el Estado, sobre vivienda, y otra, andaluza, sobre sanidad. ¿Hay ahora una conjunción de malestares en la comunidad?
Yo creo que es un proceso de acumulación también del hartazgo y de la contestación social. Se están viendo movimientos sociales, tanto en vivienda como en sanidad, que ahora están dando los frutos y conectan con decenas de miles de personas. Lo que pasó el sábado es un día histórico porque salieron a la calle miles y miles y miles de personas en materia de vivienda y en materia de sanidad. El movimiento de vivienda está haciendo un trabajo espectacular construyéndose en todas las ciudades de Andalucía, planteando una alternativa desde abajo y un debate fundamental: ¿Las casas para qué sirven? Las casas o sirven para que viva la gente o sirven para que haga negocio.
El problema es que el PSOE y el PP están del lado de los que creen que las casas sirven para que se haga negocio. Nosotros nos ponemos detrás del movimiento de vivienda y a pensar y a decir que las casas son para que viva la gente y exclusivamente para que viva la gente. Y en materia de sanidad también hay miles de personas hartas con esta situación que están saliendo a la calle.
A mí lo que me da pena es que al frente de las movilizaciones de sanidad contra la privatización de la sanidad se pongan el PSOE y la señora Montero, que inventaron las privatizaciones de la sanidad.
La Fiscalía ha presentado una querella contra usted por unas críticas a la Policía tras la muerte de un mantero. ¿Se ratifica? ¿Cómo ve los tiempos, el contexto, para la reivindicación?
El nuestro es un un ejemplo más. Un ejemplo más. Yo me ratifico en todo lo que dije absolutamente sobre el tema. Lo único que dije fue: ha fallecido un mantero en el marco de una persecución policial. Esto es un caso de violencia policial, un caso de racismo institucional y exigimos una investigación. Ya está. Yo voy a seguir defendiendo esto porque además creo que mi obligación como representante público es no ceder a ningún tipo de presión. Mi obligación es mantenerme firme en la defensa de la libertad de expresión y en la defensa de los derechos humanos, siempre.
Hay otra gente que no tiene las herramientas que tengo yo como diputado para defenderme y, por tanto, por esa gente que no puede hacerlo, tengo que que mantenerme firme, pero el problema es general. Ahora mismo ahí tenemos compañeros en prisión; los seis de Zaragoza; el Sindicato Andaluz de Trabajadores y Trabajadoras arrastrando condenas de todo tipo por hacer sindicalismo; también Antonio Vergara, de la Marea Blanca; los trabajadores de Acerinox están ahora mismo encausados por su movilización y su huelga de hace unos meses en la Bahía de Cádiz, y tantísimos casos que hay.
Lo que estamos viendo es un retroceso de la libertad y, claro, esto está pasando con el gobierno más progresista de la historia. ¿Qué va a pasar cuando gobierne la derecha? ¿Qué va a pasar cuando Abascal sea ministro de interior? No van a tener que cambiar ni una sola ley para meter en la cárcel a activistas sociales. Ya lo está haciendo el gobierno más progresista de la historia y lo hizo con Podemos en el gobierno. Hoy hace 10 años de la ley Mordaza. O sea, ahora mismo hace 10 años de la aprobación de la ley Mordaza. Todos los partidos que tienen mayoría ahora mismo en el Congreso llevaban en su programa la declaración de la ley Mordaza. Y no la hacen. ¿Por qué? Es que esto es una persecución de la protesta, pero también de la libertad de expresión, de la libertad de prensa. La Policía Local de Sevilla dice que también ha denunciado a un periodista también. Yo creo que ante eso, pues como se ha hecho toda la vida, hay que ofrecer resistencia. Yo me apropio de las palabras de María León. Yo voy a ofrecer una mijita de resistencia.
¿Esto tiene que ver con con causas propias, por así decir andaluzas y españolas, o tiene que ver con movimientos internacionales?
Está todo relacionado. Hay un problema estructural del régimen español en el que hay una serie de estructuras de poder en el sistema judicial, los sistemas policiales y demás, donde están incrustados sectores reaccionarios. No quiero decir que todo el sistema judicial sea así ni todo el sistema policial sea así, pero hay sectores ahí que manejan el cotarro y que ejercen siempre de candado de cualquier proceso de cambio en el Estado español. O sea, cualquier proceso de cambio en el Estado español siempre va a tener una serie de candados muy fuertes en torno al sistema judicial, en torno a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que ejercen siempre un papel reaccionario. Y ahora el viento sopla a su favor a nivel internacional. Entonces se junta todo y están lanzados. No tienen ningún tipo de de cortapisa ni miedo.
Ahora corren vientos en los que es más necesario que nunca, que la inmensa mayoría de la ciudadanía... es que esto no va ni siquiera de la izquierda, ni siquiera de la izquierda organizada, sino que va de que la inmensa mayoría de la ciudadanía, yo creo, tiene ese esa pulsión de resistir y de rebelarse ante los abusos. Nosotros estamos haciendo nuestra parte, pero yo creo que hay tantísima gente normal y corriente que no quiere estos retrocesos y que querría empezar por derogar la Ley Mordaza. Sería un gesto que, sin ser la solución a todo demostraría que gobierna la izquierda, pero claro, tenemos a Marlaska de ministro, quien ha sido acusado de desentenderse de denuncias de torturas [García se refiere a esta información de El Salto].
Moreno Bonilla se ha envuelto en la bandera andaluza cada vez que lo ha considerado oportuno, pero el Estatuto apenas se ha desarrollado en esta legislatura. ¿El andalucismo está vinculado a esto?
Yo puedo decir un montón de veces que me gusta la petanca, comprarme unas pelotas de petanca, y algunas veces ir a ver a gente jugar a la petanca y yo no voy a ser amante de la petanca nunca, porque eso sería un postureo. Con Moreno Bonilla y el andalucismo pasa algo parecido. Es que es mentira. No, Moreno Bonilla es un señor que utiliza Andalucía para enfrentarse a Pedro Sánchez.
Eso no es andalucismo, eso es otra cosa. Eso es enfrentarse a Pedro Sánchez, intentar coger posiciones y dar codazos en el Partido Popular para pintar algo. Esto es una anécdota, pero es significativo. Un señor que es tan andalucista que los premios del talento andaluz los entrega en Madrid. ¿Alguien se imagina al gobierno de la Generalitat entregando los premios del talento catalán en Madrid? Hombre, no. Tú lo que quieres es salir en la tele. Vamos a dejarnos de tonterías. Entonces, su andalucismo cabe en un tuit, en un titular y en el momento que llegan las grandes fortunas y le dicen: "Oye, que tú tienes que utilizar el Estatuto de Autonomía para denunciar el impuesto a las grandes fortunas del Gobierno central", pues lo hace. No quieren desarrollar el estatuto ni quieren utilizar las herramientas que nos dio el autogobierno para lo que deberían, para lo que estaban pensadas: para garantizar el bienestar de la gente.
Adelante tiene dos diputados y el próximo próximo martes, usted va a estar en el Congreso para defender que el sistema de salud cubra las gafas y lentillas. Se trata de un indudable éxito político, tras haber congregado unanimidad, con lo cara que está hoy, en Andalucía en torno a la idea. ¿Cómo lo valora usted?
Aquí lo fundamental no es la habilidad política de ningún diputado. Lo fundamental es que es una cosa tan de sentido común y tan apoyada en la calle que tuvo tanto eco cuando lo presentamos que era muy difícil negarse a ello. Era tan de sentido común que, claro, pues decir que no tenía un coste mayor que decir que sí.
Nosotros aprovechamos eso de la manera más pragmática posible, utilizando una vía que tiene el Parlamento autonómico para presentar una ley en el Congreso, porque en el Congreso hay una aritmética más fácil para que se apruebe que la que hay en el Parlamento de Andalucía. Con estos argumentos nosotros hemos hablado con Por Andalucía, con el PSOE y con el PP —con Vox nunca hemos hablado de eso, ni de eso ni de nada— y han pensado que podía ser una buena idea. Es verdad que hay un componente de infrafinanciación de Andalucía y que esto, de aprobarse en el Congreso, pues garantizaría una mejor financiación a la sanidad, a los sistemas autonómicos y por tanto se podría cubrir.
También nosotros queríamos demostrar, primero, que nosotros no solo planteamos una oposición frontal muy radical [a Moreno Bonilla], sino que también intentamos sacar cosas adelante, medidas útiles. También queremos demostrar con hechos que el andalucismo no es una visión egoísta que piensa solo en Andalucía, sino que nosotros pensamos y proponemos para las clases trabajadoras de todo el Estado.
Frente a nacionalismos del norte que pueden parecer egoístas, nosotros lo que planteamos es una visión internacionalista del andalucismo. Eso es también un poco el legado de Blas Infante, el legado de las mejores tradiciones andaluzas. Nosotros queremos mejorar y avanzar en derechos para las clases trabajadoras.
Después también hay otro concepto, otro argumento de peso para plantear esta ley. Nosotros nos estamos enfrentando en el sentido más amplio, toda la izquierda, a los recortes en servicios públicos de una manera defensiva. Decimos: "No a los recortes, no me cierre el centro de salud, no derive a la privada". La clave es siempre defensiva: virgencita que me quede como estoy, mantengamos lo que tenemos. Aunque lo que tengamos no garantice los derechos. Nosotros creemos que la mejor defensa es un buen ataque. Entonces, yo creo que la mejor forma de defender los servicios públicos, es decir: "No, no, que yo no me conformo con lo que tengo, yo quiero más". Yo quiero avanzar en derechos y yo quiero desmercantilizar muchos sectores de la salud. Entonces, que las gafas y las lentillas las cubra la Seguridad Social. Yo quiero avanzar en derechos.
Quiero también que la salud mental sea un derecho que lo cubra el sistema público y que el psicólogo y la psicóloga sea gratuito en el sistema de salud. Yo quiero que los productos de la menstruación, por ejemplo, sean gratuitos también para todas las mujeres y yo quiero derechos para las mujeres en situación de menopausia. Queremos ir a la ofensiva, porque creemos que además es la mejor defensa que se puede hacer, no conformarnos con lo que tenemos. Eso es extrapolable a toda la situación de las izquierdas en el mundo con tantos temas. La izquierda no puede aparecer como una fuerza conservadora de lo que ya hay porque lo que hay no garantiza los derechos de la mayoría social. La izquierda tiene que venir a impugnar el mercado y a impugnar el capital y eso se hace desde todos los sectores, desde los servicios públicos lo primero.
Parecería raro que los partidos que han votado a favor en Andalucía, votaran en contra en el Congreso.
Yo creo que se va a aprobar. Yo espero que PSOE y el PP sean coherentes. Hemos hablado con Sumar y con otras fuerzas y con las fuerzas nacionalistas, con Esquerra, con el BNG, Bildu. Con el Gobierno también. Con el Gobierno hablamos en su momento, nos reunimos con el Ministerio de Sanidad y nos dijo que apoyaba esto.
De confluencias, ni hablamos, ¿no? ¿Descartadas absolutamente?
A ver. Esto hay que vivirlo con naturalidad. Yo no estoy para nada anclado en los traumas y conflictos del pasado. Yo hablo con todo el mundo. Yo me siento con quien haga falta, me tomo café con quien haga falta dentro de la izquierda, ¿no? Es bueno que discutamos, que tengamos reflexión, que tengamos debate y discrepemos, porque discrepamos mucho, pero ellos han cogido un camino que es el camino de convertirse en una muleta del PSOE. Lo estamos viendo en el Gobierno central y en el camino de hacer política desde Madrid sin pensar en los los intereses propios de Andalucía.
Un ejemplo. A mí no se me olvida que la ampliación del Cabril, el cementerio nuclear, el único cementerio nuclear que hay en todo el Estado, que por supuesto, está en Andalucía, la publican en el BOE un 28 de febrero. Eso lo hace el Gobierno del PSOE. O sea, solo ese concepto tiene todos los ingredientes para ser una política contra Andalucía. Y después hay una reflexión de fondo que hay que poner encima de la mesa. Ahora mismo la extrema derecha viene a impugnarlo todo y a cargarse todo en defensa del capital, en defensa de las grandes corporaciones, en defensa de los ricos. ¿Cuál es la posición de la izquierda gobernista, la izquierda del gobierno? Su posición es conservadora. ¿Dónde está la izquierda impugnadora?
Una izquierda de verdad tiene que venir a impugnarlo todo, a impugnar el sistema actual, hacerlo en defensa de los derechos humanos, del feminismo, del ecosocialismo, de la igualdad, del bienestar, de vivir bien, de que la gente pueda vivir bien. Nosotros no podemos quedarnos en una visión conservadora porque entonces vamos a perder. Entonces va a ganar la extrema derecha, porque lo que hay que conservar no cumple las necesidades de la mayoría de la población.
Entonces, creo que aunque nuestro camino sea más difícil y es un camino que da menos réditos en términos de sillones, en términos de poder institucional, en términos de beneficios para los dirigentes también, en términos de muchas cosas, es el único camino que nos lleva a enfrentarnos a la extrema derecha de verdad: el plantear la impugnación del sistema desde desde la defensa de la igualdad.


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