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El independentismo afronta una Diada que medirá el apoyo a la negociación para investir a Sánchez

La principal movilización del lunes será la masiva manifestación de la ANC, que se hará por la tarde. La entidad se ha posicionado claramente en contra de la negociación de Junts y ERC con el PSOE.

Centenares de personas participan en la manifestación convocada por la ANC con motivo de la Diada, Día de Catalunya, a 11 de septiembre de 2022, en Barcelona
Centenares de personas participan en la manifestación convocada por la ANC con motivo de la Diada, a 11 de septiembre de 2022, en Barcelona. Pau Venteo / Europa Press

El 11 de septiembre, Fiesta Nacional de Catalunya, llega un año más cargado de actos de partidos y entidades, con la manifestación de la tarde en Barcelona -convocada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC)- como momento culminante y, a buen seguro, movilización más multitudinaria.

A pesar de que quedan atrás las cifras de asistentes de los momentos más intensos del procés, cuando la cita del 11 de septiembre superaba el millón de personas, nada hace prever un gran pinchazo de la convocatoria y el objetivo de la ANC es moverse a un nivel similar al del año pasado, cuando reunió 700.000 personas, según sus cálculos -volumen rebajado a 150.000 por la Guardia Urbana-.

En cualquier caso, la clave de esta Diada será comprobar el grado de apoyo o rechazo que genera la negociación con el PSOE abierta por los dos grandes partidos independentistas -ERC y Junts- para la posible investidura de Pedro Sánchez como presidente.

Hace 12 meses, la ANC aprovechó el 11S para cargar contra los partidos y evidenciar la falta de unidad del espacio, con la amenaza de concurrir a unas elecciones al Parlament con una "lista cívica" si las formaciones "no hacían la independencia". Cuatro semanas después, Junts salía del Govern de Aragonés, alegando que no estaba sirviendo para "avanzar hacia la independencia".

Este año, sin embargo, el escenario es notablemente diferente, puesto que, a raíz de los resultados a las elecciones generales del 23 de julio, tanto ERC como Junts tienen un papel clave en la gobernabilidad del Estado y, al contrario de lo que sucedió durante la pasada legislatura, en esta ocasión el partido de Carles Puigdemont sí que hace como los republicanos y se ha abierto a negociar con el PSOE.

De hecho, la Diada llega apenas seis días después de que el expresident del Govern pronunciara una esperada conferencia política en Bruselas en la que acotó el terreno de juego que quiere Junts para desbrozar la investidura de Sánchez.

A grandes rasgos, Puigdemont reclama una amnistía para todos los represaliados del procés y un mecanismo de verificación del cumplimiento de los acuerdos como condiciones previas para abordar posteriormente la propia negociación de la investidura, donde habría que hablar del derecho a la autodeterminación.

La unidad independentista sigue sin existir

Demandas en gran medida compartidas por ERC, que ha celebrado que Junts se sume a la negociación y, por lo tanto, practique una estrategia que los republicanos han seguido los últimos cinco años a Madrid.

La coincidencia en los objetivos, no obstante, no parece que tenga que comportar la articulación de un frente unitario independentista en la negociación, a pesar de que Esquerra insista en pedir una coordinación con Junts. De esta forma, todo hace prever que habrá una negociación en paralelo en la que las dos formaciones se vigilen de reojo con el objetivo de controlar el relato y vender como propios los posibles avances logrados. La unidad independentista, por lo tanto, sigue sin existir.

La amnistía se abre paso

El año pasado, ERC fue la principal ausente en la manifestación de la ANC de la Diada, pero esta vez la cúpula de la formación asistirá, empezando por el president del Govern, Pere Aragonès, y el líder del partido, Oriol Junqueras.

El argumento de los republicanos es que si en 2022 la movilización iba "en contra de los partidos", este año tiene como objetivo "presionar al Gobierno español" para atender las demandas independentistas, es decir, amnistía y autodeterminación. La primera, que hasta hace pocas semanas parecía una quimera, se ha ido abriendo paso y ahora incluso el PSOE la contempla, a la espera de encontrarle el encaje jurídico y constitucional.

Un encaje que, según expertos como el catedrático de Derecho Constitucional Albert Noguera, "no ofrece ninguna duda". En cambio, parece mucho más inviable -de hecho, se puede descartar a corto plazo- que los socialistas acepten un referéndum acordado sobre el futuro de Catalunya.

Y la duda que se tendrá que resolver los próximos meses es si el partido de Sánchez adopta algún tipo de compromiso que convenza tanto a ERC como a Junts -necesita el "sí" de los dos partidos- para votar a favor de la investidura y evitar la repetición electoral.

"Independencia o nada", la posición de la ANC

La posible consecución de la amnistía supondría un avance evidente, puesto que es una demanda de hace años del independentismo, pero para la ANC es insuficiente.

La entidad que preside Dolors Feliu se ha convertido en uno de los reductos de los sectores más unilateralistas del movimiento y rechaza cualquier negociación para investir a un presidente del Estado que no comporte "reconocer el 1O y respetar lo que decida el Parlament para hacer efectiva la independencia". En palabras de Feliu, básicamente la dicotomía es "independencia o nada", de forma que la ANC deja clara su oposición a una negociación con el PSOE.

En el manifiesto de la entidad para la Diada, que se ha conocido este sábado, se puede leer: "Exigimos a los partidos independentistas con representación en España, Junts y ERC, que se pongan de acuerdo, no para votar presidentes españoles del Estado represor, sino para activar, con la mayoría parlamentaria que conforman los partidos independentistas, y hacer efectiva la independencia".

En el manifiesto de la ANC se exige que los partidos catalanes se pongan de acuerdo para hacer efectiva la independencia

El dilema será si el grueso de manifestantes acudirá a la movilización con pancartas críticas con los partidos y aplaude la intervención de Feliu o hay más matices. No se puede ignorar que tanto las elecciones municipales del 28 de mayo como las generales del 23 de julio constataron un desgaste de los partidos independentistas y una desmovilización del espacio. Y que únicamente la aritmética surgida de las urnas ha situado a ERC y a Junts en una posición clave, a pesar de que el conjunto del espacio ha pasado de 23 diputados en el Congreso la anterior legislatura a apenas 14 ahora.

En los últimos años ha sido ERC, con su estrategia, la que ha acaparado buena parte de las críticas de la ANC. La duda es cómo se recibirá el cambio de posición de Junts, que tradicionalmente ha estado más próxima retóricamente a la Assemblea.

La postura de máximos de Feliu también se tiene que interpretar en clave interna, puesto que la propuesta de concurrir a unas hipotéticas elecciones al Parlament para "hacer la independencia" -sin detallar cómo hacerla realmente posible más allá de un relato mágico- también genera división en el secretariado nacional de la formación. Hasta el punto de que hace unos meses tumbó una propuesta para crear un grupo de trabajo interno sobre el impulso de esta candidatura.

Además de la ANC, en la manifestación también intervendrá Òmnium Cultural, que en los últimos años ha cultivado un perfil mucho más plural que aglutina sectores y representantes que van más allá del independentismo.

A mediodía, la entidad celebrará un acto político propio en el Arc de Triomf de Barcelona, con la intervención de su presidente, Xavier Antich, donde a buen seguro que se reivindicará la amnistía y se defenderá la autodeterminación, si bien con un acento distinto al de la ANC.

Sobre la amnistía, Antich simplemente ha fijado como límite que no incorpore a los policías que han agredido ciudadanos en las movilizaciones de los últimos años, con el referéndum del 1 de octubre de 2017 como máximo exponente.

Jornada llena de convocatorias

Como ya marca la tradición, la manifestación de la ANC arrancará a las 17:14 horas y este año estará formada por cuatro columnas, que confluirán en la plaza Espanya, rebautizada como "Primer d'Octubre [en referencia al referéndum del 1-O de 2017]" por la entidad. Con el lema "Via Fora", la organización quiere exigir "que se haga efectiva la independencia en el Parlament".

Las cuatro columnas surgirán de la Ciutat de la Justícia, la Escola Proa, la Estación de Sants y la sede de la Agencia Tributaria con la intención de denunciar la "represión" contra el conjunto del movimiento, reivindicar la defensa de la lengua catalana, poner el foco en el pésimo funcionamiento del servicio de Rodalies Renfe y recordar el "déficit fiscal" que sufre Catalunya, con miles de millones que se recaudan en el territorio y que después no vuelven en forma de servicios o inversiones.

A pesar de que el acto de la ANC será el más concurrido, el 11 de septiembre y la jornada previa están llenas de convocatorias. Para empezar, el president Aragonès ha pronunciado un discurso institucional en el que ha hecho un llamamiento a aprovechar "la oportunidad" que ofrecen los resultados de las generales para lograr la amnistía y  abrir una "nueva fase de la negociación" centrada en la autodeterminación.

Este lunes, además de múltiples convocatorias territoriales, Esquerra Independentista homenajeará al activista Gustau Muñoz por la mañana -asesinado por un agente de la Policía español el 11 de septiembre de 1978-. Posteriormente se celebrará la manifestación juvenil convocada por Arran y por la tarde, a las 18, la histórica movilización conjunta del espacio, con salida de la plaza Urquinaona.

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