MADRID.- El Partido Popular recibió ayer la noticia de la destitución de Tomás Gómez por parte de Pedro Sánchez con la misma sorpresa que la mayoría de los socialistas, aunque con satisfacción indisimulada por el daño que creen que esta batalla interna puede hacer a las ya maltrechas expectativas electorales del PSOE, en general, y del Partido Socialista en Madrid, en particular.

Sin embargo, los ánimos se fueron templando con el paso de las horas y después de una comparecencia exultante del portavoz del Comité de Campaña, Pablo Casado, en la que aseguraba que el PP es el único partido que demuestra "unidad y estabilidad", mientras los demás están "divididos" y con "sospechas enormes e insalvables de corrupción". Tras el adelanto electoral que Susana Díaz llevó a cabo en Andalucía y los rumores que rodearon esa decisión sobre las pretensiones de la baronesa socialista de sustituir al secretario general del PSOE, y ahora, el empujón fulminante a Gómez, el PP considera que el Partido Socialista se ha retratado "sin posibilidad de vuelta atrás, como la casa de los líos".

En el PP creen que Gómez habría obtenido el 24 de mayo un resultado aun peor que el de 2011 (26%) frente a Esperanza Aguirre (52%).

Con todo, si finalmente se confirma que el exministro de Educación, Ángel Gabilondo, será el candidato socialista a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, en el PP ya no sonríen tanto. Los conservadores, encabezara o no Ignacio González la lista de las autonómicas madrileñas, daban por amortizado a Gómez y sus encuestas internas les habían ratificado que el exalcalde de Parla iba a estrellarse con un resultado aun peor del obtenido en 2011 (26%) frente a Esperanza Aguirre (52%).

Con Gabilondo de principal rival -y a la espera de que Podemos e IU de Madrid elijan a sus candidatos- se crean más interrogantes a la derecha, dado el perfil moderado, "de peso político e intelectual" y dialogante del exministro de José Luis Rodríguez Zapatero. Gabilondo, admiten en el PP, es la "peor opción" para ellos, que seguirán explotando, sin embargo, la imagen de un PSOE devorado a sí mismo por las guerras internas que le impiden presentarse con "credibilidad" alguna.

Aguirre y González siguen a la espera

Mientras los socialistas aguardan el final de esta crisis que les pilla a cien días de las elecciones autonómicas y municipales, en medio de críticas y apoyos a Pedro Sánchez por haber gestionado con estos tiempos la salida de Gómez, en el PP también siguen a la espera de que Mariano Rajoy comunique los nombres de los candidatos madrileños. Todo parece indicar que será el Comité Electoral quien lo haga, una vez reciba el visto bueno del presidente del Gobierno y del PP.

Los conservadores siguen pensando que Aguirre y González serán los candidatos al Ayuntamiento y la Comunidad respectivamente y no creen que la candidatura o no de Gabilondo vaya a modificar los planes de Rajoy. Sí vaticinan que la comunicación de éstos podría retrasarse aún más; "hasta la semana que viene o, incluso, la siguiente". El no haber anunciado los nombres para Madrid, al final, parece que no ha sido tan mala idea. Sólo UPyD tiene hoy candidato.