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La investidura también se juega en los territorios: el PSOE tiene más socios que un PP aislado con Vox

El PNV frena en seco las aspiraciones del Partido Popular a una eventual investidura después de que Vox haya anunciado que apoyará un Gobierno de Feijóo desde fuera.

Pedro Sánchez
La vicepresidenta primera del Senado y presidenta del PSOE, Cristina Narbona; Pedro Sánchez y la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero. Carlos Luján / EUROPA PRESS

Cuando faltan apenas diez días para que se constituyan de las Cortes, la fecha que se perfila como el primer capítulo de una trama que culminará —o no— con la investidura del Gobierno de la XV legislatura, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) ha rechazado de pleno el órdago de Vox. El partido de Santiago Abascal pretendía empujar hacia un Ejecutivo en solitario del PP. El 'no' de los vascos termina casi por completo con las opciones de Feijóo.

El PSOE y Sumar tienen más capacidad de negociación que el tándem PP-Vox. De los 350 escaños que se repartieron el 23J, 322 cayeron en manos de los cuatro grandes partidos. De los otros 28, el PSOE y Sumar pueden luchar el apoyo de hasta 26 de ellos (ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG), habida cuenta que Coalición Canaria (CC) ha asegurado que no apoyaría un Ejecutivo en el que estuviera Sumar.

PP y Vox, en cambio, solo aspiran a dos de ellos (UPN y CC). Los cinco del PNV están ya muy lejanos.

El hecho de que las dos piedras angulares de las negociaciones para la investidura se sitúen en Catalunya (el PSOE necesita el voto afirmativo de Junts para lograr su investidura) y en Euskadi (el PP precisaría del PNV para la suya) no es trivial. Los territorios son clave y el tira y afloja entre los dos grandes partidos y los regionales se juega en muchos tableros distintos. Hay política más allá de Madrid.

Para muestra, un botón. Los acuerdos entre PP y Vox en cuatro autonomías (Castilla y León, ExtremaduraPaís Valencià y, recientemente, Aragón) y en más de cien ayuntamientos han configurado un panorama prácticamente impracticable para que Fejóo pueda intentar una investidura.

El PP ya parte en desventaja con respecto al PSOE a la hora de cosechar acuerdos con partidos regionales. Los puentes entre Génova y los independentistas catalanes y vascos (ERC, Junts y EH Bildu) están rotos, como también ocurre con los nacionalistas gallegos (BNG).

Socios potenciales como el Partido Regionalista de Cantabria, que no concurrió a las elecciones, o Teruel Existe, que no logró representación, quedaron descartados y los pactos autonómicos del PP con la extrema derecha cerraron una de las tres únicas puertas a las que puede tocar Feijóo.

El PNV repitió por activa y por pasiva —como en esta entrevista para Público— que los populares habían "traspasado todas las rayas" con sus pactos regionales con Vox, por lo que no apoyarían ni siquiera un Gobierno del PP apoyado desde fuera por la extrema derecha.

A pesar de que fuentes de Génova insisten en que el PP se encuentra solo a cinco escaños de un Gobierno en solitario, la aritmética parlamentaria no le da a Alberto Núñez Feijóo. Las últimas declaraciones del partido liderado por Andoni Ortuzar lo corroboran.

Coalición Canaria, por su parte, solo se cerró en banda a un Ejecutivo del PP compartido con Vox y Unión del Pueblo Navarro, el tercero de los pretendidos socios, tiene su casuística particular.

UPN ya llegó a un acuerdo con el PP para asegurarse la alcaldía de Pamplona, pero el acuerdo fue en minoría y dan los números en el consistorio pamplonica para una posible moción de EH Bildu que expulse a UPN de los mandos autonómicos. Tal y como informaVoz Pópuli, desde el Partido Popular estarían sospechando que una abstención de los foralistas en una eventual investidura de Sánchez podría blindar el Gobierno municipal.

Cada partido trata de encontrar el equilibrio entre sus intereses a escala nacional, autonómica y municipal. En cualquier caso, las aspiraciones del PP pasan por un favor del PNV que, a juzgar por lo que ha comunicado el propio partido vasco, es imposible.

Catalunya y Euskadi, los 25 escaños que persigue Sánchez

Unas posibles negociaciones entre Junts y el PP han agitado la actualidad política durante los últimos días, pero las exigencias del partido de Carles Puigdemont (amnistía y referéndum) dibujan un entendimiento prácticamente imposible con los populares. El PSOE, por su parte, ha sugerido a la cúpula de Junts que rebaje esas posiciones "de máximos", como las definió el ministro de la Presidencia en funciones, Félix Bolaños.

Aunque esos siete diputados de Junts son la llave maestra de la investidura socialista, los apoyos de ERC y PNV, en caso de conseguirlos, tampoco saldrán gratis a Sánchez, tal y como las propias formaciones han repetido. Los republicanos, eso sí, se han mostrado más flexibles que Junts y centran el tiro en la financiación autonómica, el traspaso de Rodalies y en la mesa de negociación.

En ambas autonomías, Euskadi y Catalunya, se celebrarán elecciones autonómicas en 2024 y 2025 respectivamente. 

El PNV, el PSOE y las diputaciones vascas

Más allá de municipios y autonomías, el Partido Socialista y el PNV comparten un pacto que da el poder de las diputaciones forales vascas al partido de Ortuzar. No es baladí. En Euskadi, las diputaciones tienen un grueso de competencias que son fundamentales para el devenir de la región, entre ellas, gestión de impuestos y su recaudación. En cualquier caso, se trata de otro lazo que acerca al PNV a los socialistas, que también facilitaron la investidura de Íñigo Urkullu.

Con todo, de esos 26 escaños que el PSOE necesitaría para lograr la investidura (PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu y BNG suman 178 escaños), los seis de la izquierda abertzale, cuyos dirigentes han manifestado que no pondrán "líneas rojas" a un Gobierno progresista, son los que Ferraz tiene más amarrados.

Desde el BNG, en la misma línea que Esquerra, aseguran que no permitirán un Gobierno de derechas, pero que su apoyo tampoco será un "cheque en blanco", al tiempo que reclaman más inversiones en su territorio y el reconocimiento de Galicia como una nación.

En Galicia, también hay elecciones autonómicas previstas para 2024. Hay quienes ven más difícil la mayoría absoluta para un PP sin Feijóo al frente de la Xunta. Cualquier opción para que Ana Pontón, líder del BNG y de la oposición, llegue a la presidencia gallega pasaría por un entendimiento con el PSdG. La entente entre nacionalistas y socialistas sería necesaria para un gobierno progresista también en Galicia.

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