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Medioambiente El Gobierno de PP y Cs estudia una autovía entre Cádiz y Huelva que ya fue descartada porque afectaba a Doñana

 Moreno la incluyó en su programa electoral

El Parque Nacional de Doñana. EFE

raúl bocanegra

Una vía que una las ciudades de Huelva y Cádiz por carretera, que pasaría inevitablemente como mínimo por las cercanías de Doñana, una de las joyas medioambientales de Europa, es una vieja aspiración de la patronal andaluza y también un clásico del PP de Andalucía.

El asunto ya fue estudiado en serio, en torno al año 2000, por uno de los gabinetes del presidente Manuel Chaves (PSOE), que finalmente lo rechazó por los problemas ecológicos que presentaba y los malos ojos con los que se veía en la UE el proyecto. Hacer la carretera “sería motivo de escándalo en toda Europa”, dijo entonces el expresidente.

Sin embargo, desde entonces, el PP, con Javier Arenas a la cabeza, ha estado jugando con la infraestructura, tratando de meter presión a un Gobierno andaluz que desde aquel momento, con tres presidentes diferentes, todos ellos socialistas -Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz-, ha defendido que una carretera que pase cerca de Doñana sería un riesgo para un espacio natural sobre el que ya pesan diversas amenazas y la dejó fuera de la agenda.

Moreno, en línea con las tesis históricas de su partido, metió la carretera en su programa electoral en su página 398 con esta formulación: “Construiremos la Autovía Cádiz/Sevilla/Huelva a través de la comunicación directa Villamanrique-Lebrija”. Y ahora que dirige el Gobierno, el departamento de Obras Públicas ha comenzado a estudiar su realización.

De momento, la consejera Marifrán Carazo (PP) se ha limitado a decir que el proyecto se plantea “a largo plazo también por el coste tan importante que tiene”. Luego, agregó que no se iba a renunciar a él, pero supeditado a que los estudios les digan que la vía “es compatible con la protección de Doñana y el medio ambiente”.

Al PP se ha sumado su socio de Gobierno, Ciudadanos, que considera que la autovía es un plan "muy positivo”. "lo que se pretende hacer es recuperar de ese cajón del olvido una iniciativa ambiciosa e importante”, que "va a repercutir en una mejor comunicación entre las provincias”, dijo su portavoz parlamentario, Sergio Romero esta semana.
La idea, según el portavoz de Ciudadanos, es aprovechar las infraestructuras que ya están funcionando, lo que permitirá abaratar los costes -hacer solo el tramo entre Villamanrique, que  partiría de la A-92, y Lebrija, donde engancharía con la AP-4- y apostar además por la colaboración público-privada, aunque descartó que se fuera a cobrar "ningún peaje”.

El coste y el río

El proyecto, si el Gobierno decide lanzarse a la piscina de manera definitiva -más allá de menearlo por ahora como si fuera una zanahoria- sería ciertamente difícil de llevar a cabo. Más allá de su coste, que se cifra en al menos 500 millones de euros, según publicó el diario El Mundo, se encontraría con el rechazo frontal de toda la izquierda y de grupos de presión conservacionistas y ecologistas. Tampoco el Gobierno, descartado el peaje, ha aclarado cómo pagaría la autovía.

Además, a la UE no le gustan las bromas con Doñana, una zona muy delicada, para la que acaba de rechazar de manera contundente un proyecto gasístico en su entorno. La circulación diaria de miles de coches particulares y mercancías de todo tipo supondría un riesgo evidente para el parque nacional.

Hoy el viaje entre ambas capitales es de 210 kilómetros y obliga a pasar por Sevilla. El PSOE de Chaves cuando enterró el proyecto ofreció como alternativa la SE-40, una ronda de circunvalación extensa de Sevilla, que lleva años en construcción, aunque algunos tramos ya están hechos. Los ecologistas consideran innecesaria la vía directa, porque ahorraría muy poco tiempo, unos diez minutos, una vez completada la SE-40.

Otra de las razones por las que se descartó el proyecto hace 20 años, además de las ecológicas, fue porque requeriría una obra de una magnitud importante para cruzar el río Guadalquivir, un puente o un túnel de cierta importancia. De hecho, hoy, la SE-40 ya se ha topado con este problema, a la altura de Coria (Sevilla) y el proyecto del PP y de Ciudadanos, de hacerse, también se cruzaría con el Guadalquivir a la altura de Lebrija (Sevilla).

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