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Franquismo El cómic despierta conciencia sobre la memoria democrática en España

Sento Llobel, Paco Roca, Antonio Altarriba y José Pablo García, importantes historietistas del cómic español han aportado sus novelas gráficas sobre la guerra civil y la represión franquista para ser expuestos en la nueva muestra del Archivo Histórico Provincial de Alicante, titulada Imágenes de la memoria democrática: el cómic como recurso didáctico.

Foto de la exposición.

maría serrano

“El terror es como una gangrena que nos degrada a todos.. A lo verdugos los hace sádicos… A las víctimas las hace pasivas A los espectadores los hace cómplices”(Dr Uriel Sento Llobell). Una de las primeras viñetas de la muestra sobre el cómic como recurso para conocer la guerra civil lanza un mensaje fundamental sobre lo que fue y ha sido el conflicto del 36 y la dictadura de Franco para muchos españoles.

María del Olmo Ibáñez, directora del Archivo Histórico Provincial de Alicante, relata a Público la importancia de acercar, a través de los diferentes paneles (un total de siete) “este período convulso de la historia reciente de España tan desconocida para muchos de estos jóvenes”. Los escolares que visiten la exposición, realizada en colaboración con el CEFIRE (Específic d'Àmbit Humanístic Social), conocerán por episodios la guerra civil y la formación de los bandos, la represión posterior, las imágenes de los combates, el exilio republicano al final de la guerra, la lucha continuada tras la “paz” de Franco y finalmente la vida cotidiana de los vencedores y vencidos durante la dictadura militar.

Los detalles están estudiados con sumo cuidado en cada una de las exposiciones que el archivo alicantino acoge anualmente. Del Olmo recuerda como el pasado año la muestra sobre Miguel Hernández emocionó a muchos de los organizadores por los mensajes que aquellos escolares dejaron al poeta de Orihuela. “No intentamos nunca que sean paneles puramente informativos, por eso en 2017 con la historia trágica de Hernández de fondo logramos que en un campo de cebollas, que representaba el hambre y la miseria de la posguerra, los escolares escribieran mensajes dentro de la escena”, aclara.

“No intentamos nunca que sean paneles puramente informativos, por eso en 2017 con la historia trágica de Hernández de fondo logramos que en un campo de cebollas"

Algunos de ellos dieron las gracias a Hernández por su poesía, otros escribían a familiares que habían muerto o desaparecido durante la guerra. “Es una verdadera sorpresa ver como sus emociones se contagian con un período que les parece lejano pero que saben que se vivió en su misma ciudad”.

Con esta nueva muestra sobre el cómic como recurso didáctico se pretenden mostrar dos cuestiones fundamentales. “Una selección de la obra gráfica de los autores Sento Llobel, Paco Roca, Antonio Altarriba y José Pablo García y documentos originales del AHPA, de manera que muestre dos planos sobre la realidad y la ficción” de una etapa tan reciente, añade Del Olmo. La exposición irá acompañada también de un taller didáctico a realizar por los centros escolares que la visiten, además de mostrar originales cómics de época. Entre ellos, ejemplares del TBO, Búfalo Bill, Capitán Trueno o El Guerrero del Antifaz, entre muchos otros.

La ‘Novena’ en París, fusilamientos y un tragedia familiar para dar muestra de lo ocurrido

El panel sobre el cómic Los Surcos del Azar de Paco Roca es uno de los primeros que se visitan al llegar a la muestra. “Se ve la escena de entrada de La Novena en París en mayo de 1943. Las viñetas dibujan a aquellos soldados republicanos al frente de los tanques y con uniforme americano”, asegura Del Olmo. La dicotomía entre libertad y el final de una guerra. La imagen de unos soldados que habían tenido que luchar, sin jamás pretenderlo, en dos guerras seguidas.

Los recuerdos de Miguel Ruiz, republicano exiliado en Francia, reconstruyen la curiosa historia de La Nueve en el cómic, una compañía que nació bajo las órdenes del capitán Dronne y fue integrada en la segunda división blindada del general Leclerc.

La mayoría de los hombres era españoles y republicanos. Apenas habían cumplido los 20 años. Su autor señala como ninguno sabía entonces que en la noche del 24 de agosto de 1944 serían los primeros en entrar en París. Sus carros llevaban nombres como Madrid, Don Quixote, Guadalajara, Ebro o Guernica….

El autor valenciano Sento Llobell muestra otra gran panel de fusilamientos, la fosa de Paterna (Valencia) y la cruda historia del suegro de Sento, el doctor Uriel, un joven de veintidós años que durante el verano del 36 empezó ilusionado su andadura profesional sin saber que su vida se iba a convertir en una auténtica pesadilla. Pablo Uriel fue un médico encarcelado durante la Guerra Civil y obligado a servir como sanitario al bando golpista.

Aún en plena dictadura el doctor Uriel consiguió escribir sus memorias que vieron la luz en una pequeña edición familiar. Llobell recuerda lo impresionado que quedó al leer las memorias de su suegro, escritas dos años antes de su muerte en 1990.

Botellas de cristal para no perder el nombre de los fusilados.

La directora del archivo María Del Olmo destaca como en el panel de Sento se muestra también la imagen de la fosa de Paterna para evidenciar el terror vivido, los asesinatos impunes y la curiosa historia que esconde esta fosa. “La fosa de Paterna guarda una historia increíble que trata de cómo el enterrador de los cuerpos durante aquellos días guardó con delicadeza cada uno de los nombres de los vecinos que fueron asesinados en pequeñas botellas de cristal”. Aquel detalle ha permitido que hoy sus descendientes conozcan sus nombres y pueda ser identificados: “Además hemos querido que el panel de Sento tenga la imagen de las botellitas reales y así puedan dejar los estudiantes mensajes en su interior”.

Antonio Altarriba es el padre de otro de los escritores que participa en la muestra y que lleva su mismo nombre. Con su novela gráfica El arte de volar ganó el premio nacional de Cómic en 2010. La historia de su novela nace a partir del suicidio de su padre.

Altarriba hijo se emocionó muchísimo al ver el panel que mostraba la triste historia de su padre, quien a los 90 años, ingresado en una residencia de La Rioja, se arrojó al vacío por una ventana del geriátrico donde se encontraba ingresado.

“Es muy significativo que en la exposición se pueda ver también como aquella tragedia dejó a miles de familias desestructuradas"

Altarriba combatió en su juventud como soldado en el bando republicano, sobrevivió en la resistencia al sur de Francia durante los años de la posguerra, y en el exilio interior cuando regresó a España en los años cincuenta.

Para este panel también se toman viñetas de la otra novela gráfica de Altarriba Alas Rotas que termina de evidenciar la ruptura de muchas de aquellas familias al finalizar la guerra civil. “Es muy significativo que en la exposición se pueda ver también como aquella tragedia dejó a miles de familias desestructuradas y el sufrimiento de muchas mujeres, como la madre de Altarriba, en el silencio más absoluto” afirma la directora del archivo alicantino.

El panel sobre el cómic Alas rotas de Altarriba se realizó en tres dimensiones: El águila volando, las pequeñas flechas y el yugo que persiguen a un hombre huyendo de los recuerdos de aquella guerra y que señala la figura real de su padre, protagonista del cómic.

El último de los autores que aparece en la muestra es José Pablo García con La Guerra Civil Española una adaptación del libro del historiador británico Paul Preston al formato cómic. El joven historietista García ha tomado de referencia este manual histórico sobre el conflicto para hacer un relato común de la tragedia que sirva para preservar la verdadera memoria de aquellos días.

María del Olmo señala a Público que no hay que olvidar el lugar de acogida de la muestra, Alicante, una ciudad clave al final de la guerra civil. “Para nosotros es una tema de referencia, el último bastión de aquellos republicanos desesperados en su huida”. La directora relata cómo en el archivo se encuentran las listas de detenidos. “Todos figuran como indocumentados porque tiraron sus pasaportes al mar al ver a las tropas de Franco llegar” el 1 de abril de 1939. Los pasajeros del famoso vapor republicano Stambrook que zarpó en el último momento a pesar del intento de los cañonazos franquistas y que dejó a tantas familias rotas en una Alicante que albergaba a cientos de resistentes del otro bando. Una estampa que tampoco hay que olvidar.

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