Entrevista a Pedro Quevedo"El giro sobre el Sáhara marca la legislatura de una forma absolutamente negativa"
Pilar Araque Conde
Madrid-Actualizado a
Para Pedro Quevedo (66 años), el último pleno del quinto periodo de sesiones (febrero 2022-junio 2022) ha sido además, su último pleno como diputado de Nueva Canarias. Tal como constata en el acuerdo suscrito con Coalición Canaria para las generales de noviembre de 2019, transcurridos dos años y medio de legislatura, ha cedido su escaño a su compañera de CC, María Fernández. En una entrevista a Público en el salón de pasos perdidos se muestra triste por el giro de Pedro Sánchez sobre el Sáhara, pero por otra parte deja ver cierta satisfacción por el trabajo realizado desde 2011 en la defensa de los intereses de los canarios. También deja un recado al Gobierno, que pierde otro apoyo importante, ya que CC por medio de Ana Oramas no apoyó la investidura de Sánchez: "Hay que cuidar mejor los apoyos y hay que debatir, explicar, preguntar y ser respetuoso con aquella gente que está dispuesta a apoyarte", aconseja.
A los dos años y medio de legislatura, deja su acta en el Congreso para dar paso a la compañera de Coalición Canaria (CC). ¿Tiene la sensación de que ha estado una legislatura completa dada la intensidad de los acontecimientos de los últimos años?
Sí, sí (se ríe). Si es por malestar que producen determinados tipos de ambientes y determinados tipos de disparates que hay que oír en esta Cámara, y con determinados grupos que andaban en la sombra y ahora han sacado pecho, entonces sí que se hace largo y tedioso.
Desde el punto de vista de los problemas que tiene planteada la sociedad española y, de forma muy particular, la canaria, todos los tiempos para resolver las cosas son cortos.
Su voto ha sido crucial para que muchas de las normas impulsadas por el Gobierno hayan salido adelante. ¿Está satisfecho con el trabajo realizado en esta legislatura?
Este tipo de afirmaciones son difíciles de hacer. Lo que creo que hemos hecho es lo que era nuestra obligación y a lo mejor podríamos haber hecho más, pero con un diputado y en una posición compleja (veníamos en un acuerdo con Coalición Canaria, con quien no estamos en las mismas tesis), sacar la cabeza no era sencillo. Hemos conseguido dejar claro que Canarias tiene una singularidades que no son producto ni del capricho y del llanto periférico, que existen un conjunto de políticas que deben ser distintas porque ese territorio es distinto y así se exigen.
Por lo tanto, hemos hecho un esfuerzo tremendo. El famoso REF (Régimen Económico y Fiscal) Canarias y el nuevo Estatuto de Autonomía, y también hemos estado del lado de las medidas progresistas, de protección de la gente más vulnerable, y de las medidas contracíclicas (al contrario que la procíclicas, que se hicieron en los tiempos de la anterior crisis por parte del PP y del núcleo duro de la UE) en un escenario sumamente difícil.
También hemos sido duros y contundentes con determinadas decisiones equivocadas. La última cuestión, el tema del Sáhara Occidental. Marca la legislatura de una forma absolutamente negativa y hemos expresado con claridad el enorme malestar que tiene la sociedad española, de forma mayoritaria, y la canaria, de forma abrumadora.
Entonces, ¿le deja mal sabor de boca dejar el escaño en estos momentos?
Hay una preocupación, más que nada. Es un error de cálculo tremendo y creo que hay una comprensión equivocada de lo que pretende Marruecos: nunca un chantaje se ha resuelto pagando. Y es un error de cálculo porque a Canarias, Argelia le queda al otro lado, pero al Estado español en su conjunto, no. Argelia es un aliado determinante, probablemente más seguro que Marruecos en muchas cuestiones. Este error va a tener consecuencias y, desde luego, los canarios estamos enormemente incómodos con tener una situación de inestabilidad garantizada en el Sáhara Occidental durante muchos años.
Algunos portavoces han cuestionado si la actuación de las autoridades marroquíes en el salto a la valla de Melilla es producto de este nuevo acuerdo en las relaciones con el vecino del sur. ¿Usted también lo piensa?
Un poco de eso sí que hay. Está claro que este afecto importante que se traduce en las manifestaciones de la parte socialista del Gobierno parecen estar relacionada con esa especie de luna de miel que significa lo siguiente. Nosotros tenemos un acuerdo amplio del que lo único que se entiende es que le reconocemos a Marruecos que tiene derecho sobre un territorio y sobre un pueblo sobre el que no tiene derecho, y lo demás, ya veremos. Bastante poco para una luna de miel es esto.
A pesar de estos desacuerdos, ¿cuál ha sido el mayor logro alcanzado en esta legislatura?
Hay varios planos. En el plano puramente político, el haber conseguido el reconocimiento a la singularidad del plátano en la ley de la cadena alimentaria ha sido una cuestión, primero, difícil de tragarse como tragarse un piano de cola, y precisamente teniéndome que pelear con quien debería haberme entendido; pero si no hubiéramos dado la batalla en la Comisión de Agricultura con este asunto, el plátano hubiera tenido su futuro en cuestión, que es lo que nos faltaba. También nos ayudó el volcán, que algo bueno tuvo, y nos ayudó en esto.
Desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo, la cuestión de los Presupuestos es determinante. Nuestro apoyo a las cuentas públicas son el resultado de una pelea importante y duras negociaciones, a pesar del acuerdo que teníamos suscrito con el PSOE para facilitar la investidura del señor Sánchez. La consecuencia ha sido que se han resuelto dos cosas históricas para Canarias, que vienen siendo así desde el año 2017, cuando tuvimos la oportunidad de ser determinantes. Todos los criterios económicos del REF están contemplados en los Presupuestos y se cumple con un principio fundamental que es que Canarias tiene que estar en materia de financiación, como mínimo, en la media del conjunto de las comunidades españolas del régimen común. No es poca cosa.
Con su marcha, el Gobierno pierde un nuevo apoyo en esta legislatura. De hecho, pierde otro apoyo canario junto al escaño de Alberto Rodríguez, aún sin ocupar, y el de Meri Pita, que se fue al Grupo Mixto. ¿Qué lectura debería hacer el Ejecutivo?
Lo de Alberto [Rodríguez] fue una cosa muy lamentable. En nuestro caso, no es lo mismo, pero es un cambio, ya que es evidente que Coalición Canaria no está en las tesis de Nueva Canarias. Y además, no tienen suscrito un acuerdo que se pueda exigir, aunque acuerdos tengas escritos para después tener que pelearlos. También es cierto que Ana Oramas votó en contra de la investidura de Pedro Sánchez.
El Gobierno tiene una situación cada vez más complicada. Tienen que entender que hay que cuidar mejor los apoyos y hay que debatir, explicar, preguntar y ser respetuoso con aquella gente que está dispuesta a apoyar. Y ese es el ejercicio que tiene que hacer, cuidar a los potenciales aliados, que son muchos. Las políticas desmesuradas, irracionales, antidemocráticas que se manifiestan en este Congreso no tienen fuerza suficiente frente a políticas de consenso, progreso, apoyo a los más vulnerables, defensa de los sectores públicos fundamentales... Yo creo que gana esto segundo, pero para que sea así, tiene que construirlo, por lo que el Gobierno tiene ahora más trabajo si cabe.
Usted lleva en el Congreso más o menos diez años. ¿Cómo ha cambiado la forma de hacer política y el tono de los debates?
Entré en momentos de mayoría absoluta, como la del PP, en una repetición de la lógica bipartidista en la que había estado instalada la democracia española desde su origen en la reciente historia. Esa lógica estaba sustentada en determinadas fuerzas nacionalistas o territoriales que tenían su influencia.
Nosotros hemos asistido a la irrupción de determinadas expresiones políticas, que eran consecuencia de la crítica del modelo agotado de ese bipartidismo que no fue capaz de solucionar los problemas fundamentales del siglo XXI, ya que si algo ha crecido en estos años ha sido la desigualdad. A mi me ha tocado vivir el crecimiento de fuerzas como Podemos, con todas sus formulaciones, producto de un rechazo social muy evidente, pero también fenómenos como el de Cs, que por otro lado, también supusieron una emergencia. No es fácil conseguir los diputados que consiguieron. Pero viendo por dónde va Cs, espero que Podemos esté analizando con detenimiento las cosas porque como están, solos no basta. También ocurre otro fenómeno, que es el de Vox, por lo que me ha tocado asistir a la clausura del bipartidismo.
Hay una enorme cantidad de oportunidades perdidas, pero también hay motivos nuevos de preocupación, que eran inevitables. No era lógico que el Estado español se librase de posiciones como la de la ultraderecha más retrógrada y antidemocrática cuando ya estaban presentes en la inmensa mayoría de los países europeos, por lo que esa presencia es producto de la debilidad del PP que había conseguido integrar en su seno a lo que ellos llaman posiciones más moderadas hasta el ultraliberalismo más salvaje. Ahí se ha producido esa efervescencia de Vox. También es posible que su expectativa de crecimiento no sea la misma porque ya han entrado a gobernar y cuando se entra a gobernar en algún lugar, los disparates son más evidentes.
El próximo año habrá una nueva convocatoria electoral. Si el partido así lo quiere, ¿usted se ve con ganas de volver a repetir como candidato al Congreso?
Tú los has dicho, si mi partido decide eso, estoy absolutamente disponible. Si así lo considera... Yo creo tener el bagaje, el conocimiento y la energía para defender los intereses de Canarias y las políticas progresistas en el Estado español como hemos venido haciendo hasta ahora. Vamos a ver qué pasa dentro de un año y pico.
Usted fue el salvavidas del PP, con el apoyo a los Presupuestos de 2017, pero también de Pedro Sánchez, con la moción de censura y a lo largo de esta legislatura. ¿Se considera un diputado bisagra?
Yo lo que salvé en 2017 fue a Canarias [risas] Es evidente que nosotros estamos mucho más cerca del PSOE que del PP. Cualquiera que me oiga sabe en qué posiciones estamos. No hace falta explicarlo mucho. Nosotros hicimos una cosa que causó un debate enorme dentro del partido y fue aprovechar que éramos determinantes por una vez en la historia para conseguir que todo aquello que era imposible para atender con justicia los intereses de Canarias, que todo el mundo se había saltado a la torera, se volviese posible súbitamente.
Son los mejores Presupuestos de la historia de Canarias y no hay ni un solo capricho, sino que además colocamos algunas cuestiones nuevas, como las ayudas a la pobreza o el 75% famoso de los billetes de avión, de lo que estoy muy orgulloso porque además le echamos un cable a los baleares, y a los de Ceuta y Melilla. Ese acuerdo nos costó mucho explicar, pero al día siguiente le estábamos votando en contra todos sus decretos ley. El Presupuesto es el Presupuesto.
Eso produjo malestar, de hecho teníamos un acuerdo con el PSOE de apoyo a la candidatura de Pedro Sánchez y fue lo que hicimos cuando salió y no prosperó, pero cuando Sánchez hico la moción, al segundo después de anunciarse ya dijimos que la apoyaríamos porque teníamos un acuerdo suscrito en esa dirección.
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