El PP eleva la presión sobre Feijóo y aprieta los dientes de cara a catalanas y europeas tras los resultados en Euskadi
"Ha sido un éxito de Sánchez", apunta un barón autonómico. En Génova ya se han lanzado a poner la venda antes que la herida asumiendo otra subida del PSC en Catalunya.
Madrid-
Las elecciones de este domingo en Euskadi no han dejado los resultados esperados por el Partido Popular y no tanto por lo que respecta a los suyos propios — en los últimos días de la campaña ya habían asumido que sólo sumarían uno o dos escaños—, sino por la subida del PSE (Partido Socialista de Euskadi) y la resiliencia de Vox. "Ha sido un éxito de Sánchez", apunta un barón autonómico.
Fuera de la versión oficial de Génova, dirigentes de peso del PP reconocen que esta primera cita con las urnas del carrusel electoral que terminará con las europeas el 9 de junio ha significado —al menos en términos de relato político— una victoria para Pedro Sánchez. No solo ha subido en escaños —uno más que el PP—, sino que no tendrá problemas para explicar la reedición de la coalición con el PNV.
Y, como causa-efecto, la presión aumenta para un Alberto Núñez Feijóo, que no ha conseguido sacar de la irrelevancia al PP en Euskadi. Así, fuentes del partido sostienen que la campaña catalana debe ser más "dura" que la vasca, donde decididamente se apostó por no entrar en el cuerpo a cuerpo con EH Bildu a cuenta de ETA, para no dejar espacio a Vox y coger carrerilla de cara a las elecciones europeas.
"El problema está en que nadie entra en el cuerpo a cuerpo con nosotros. Ni en el País Vasco ni en Catalunya. Javier (De Andrés) estaba decidido a no entrar en el tema ETA, lo mantuvo e hizo bien porque si entraba en esos vaivenes muy propios de la etapa anterior tendríamos cinco escaños", razona otro presidente con mando en plaza del PP. Eso sí, reconoce que el "éxito" inesperado de Vox al mantener como diputada a su candidata.
Como ya contó este medio, el PP no tenía grandes expectativas electorales en Euskadi —desde hace 20 años perdían votos y escaños en cada cita electoral, una tendencia que se ha revertido este 21 de abril—, pero sí aspiraba a poder "vender" la hegemonía total en el espacio de lo que denominan "constitucionalismo español", que incluiría a un Ciudadanos en fase terminal que ni siquiera se ha presentado a las elecciones vascas y a la extrema derecha.
Los de Feijóo contaban con barrer a Vox en Euskadi y usar esa carta en Catalunya, donde Vox tiene 11 diputados y ellos 3. "En las catalanas tenemos que sacar más puntos que Vox, ese es nuestro partido y tenemos que conseguirlo", apunta este barón del PP. "Hay que sacarle cinco a Ciudadanos y por lo menos tres a Vox", dice. Los naranjas tienen seis diputados, la formación ultra, 11 y el PP, tres.
No tiene reparos en asumir que "el discurso de la concordia" del PSOE cala entre vascos y catalanes. Precisamente donde ellos sufren más. Y por eso reconoce, en una reflexión compartida con más presidentes y dirigentes del PP consultados por Público, que no esperaban la subida de los socialistas.
Tanto es así, que en Génova ya se han lanzado a poner la venda antes que la herida. A pocos días de que arranque la campaña electoral en Catalunya, el portavoz nacional del PP ya ha dado por hecho el crecimiento del PSC el próximo 12 de mayo. "Si el PSOE ha ascendido en el País Vasco, puede hacerlo también en Catalunya. Es una previsión razonable", aseguró Sémper este lunes.
Autocrítica cero en Génova
Según su análisis, "si el rechazo (a Sánchez) es menor en estas dos comunidades autónomas", es "por el entreguismo del PSOE, con Sánchez a la cabeza, al independentismo". ¿Significa esto que la sociedad vasca y la catalana premian los pactos de gobierno del PSOE? En Génova se han resignado a asumir que sí, pero que, a cambio, los socialistas han perdido los gobiernos de seis comunidades autónomas por el camino. "No vamos a reconstruir de la noche a la mañana en Catalunya", sostienen ahora fuentes del comité de dirección del PP. Una reflexión que hacen extensible al País Vasco.
En este último caso, tanto en Madrid como en el territorio, muy alejados de la autocrítica, se congratulan por lo que, creen, supone poner los cimientos de una nueva hoja de ruta a futuro para el partido. Un proyecto a "medio y largo plazo" con el que Feijóo se comprometió hace casi dos años —con su llegada a la dirección del partido— y que, para algunos dirigentes, no se ha consolidado aún en ninguno de los dos territorios.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.