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¿Está el PSOE más unido que nunca pese al ruido de Page o Lambán?

Algunas decisiones del presidente del Gobierno y secretario general, Pedro Sánchez, son cuestionadas especialmente desde Castilla-La Mancha y Aragón. En Ferraz destacan que la derecha aprovecha e instrumentaliza las críticas, rebajan su importancia y recuerdan que las posiciones son conocidas desde hace años. 

El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, junto al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en un acto celebrado en Toledo el pasado jueves.
El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, junto al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en un acto celebrado en Toledo.  Eva Ecorlanese / PSOE

El PSOE está más unido que nunca. Lo ha dicho públicamente el presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, en varias ocasiones recientes. También lo afirman en privado diferentes dirigentes de la cúpula del partido en Ferraz. La "paz" del PSOE se ve frecuentemente alterada por declaraciones y posicionamientos especialmente de dos líderes territoriales: Emiliano García Page y Javier Lambán. Más si cabe en los últimos tiempos con algunos asuntos relacionados con Catalunya. 

En Ferraz rebajan la relevancia de este ruido. Por un lado, diferentes fuentes consultadas coinciden en un asunto principal: la derecha aprovecha, instrumentaliza y usa las críticas internas a Sánchez en su favor. "Van a intentar explotar cualquier tipo de declaración y es curioso que siempre busquen a los medios de comunicación conservadores para algunas entrevistas", reflexiona una persona que forma parte de la dirección socialista.

Y es que los últimos meses han sido especialmente tensos en la relación entre el presidente de Castilla-La Mancha, Ferraz y Moncloa. Una entrevista publicada en El Mundo el pasado mes de septiembre cayó como una bomba. Page aventuraba que los pactos de Sánchez a su izquierda y con los partidos independentistas provocarían castigo en las urnas. Además, cuestionaba la estrategia de confrontación directa con el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.

En torno a aquellos días, diferentes integrantes del Gobierno y del PSOE dejaron claro su malestar por las palabras de Page y especialmente las formas de hacerlas públicas. El líder castellano-manchego se escudó en que él siempre ha dicho lo mismo y además sus últimos resultados electorales fueron de mayoría absoluta. Page volvió a conceder algunas entrevistas más en medios conservadores como La Razón, donde fue portada, u Onda Cero.

Precisamente que lo que piensa Page no es nuevo es también puesto de manifiesto por la dirección del PSOE para tratar de rebajar la importancia de sus declaraciones. "No se puede decir bajo ningún concepto que sea una sorpresa. Son posiciones conocidas desde hace años", destacan fuentes de la dirección socialista en Ferraz. 

También se suele poner en el mismo pack de barones críticos al presidente de Aragón, Javier Lambán. Aquí las fuentes consultadas hacen también una distinción, especialmente por las formas de uno y otro. El mandatario aragonés es más cauto en la concesión de entrevistas, no porque no las pidan desde medios conservadores. Además, hace unos días matizó enseguida unas palabras sobre el liderazgo de Sánchez que generaron también revuelo mediático. 

Quien parece haber salido del paquete de "críticos" es el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. Sus posiciones sobre el independentismo también son conocidas pero se hacen menos visibles en los últimos tiempos. De hecho ha apoyado expresamente algunos asuntos como la reforma de la sedición. Vara forma parte de la Ejecutiva del PSOE, no así Page o Lambán. 

Cierto es que en el PSOE han surgido muchas dudas sobre la reforma del delito de malversación. Más que sobre la reforma de la sedición. Cierto es también que ningún diputado, tampoco los castellano-manchegos o aragoneses, votaron en contra de la misma. Se afanaron desde Moncloa y Ferraz, mediante la ministra de Hacienda y vicesecretaria general, María Jesús Montero, en explicar qué supone la reforma e intentar tranquilizar a las federaciones. Page no respondió, según fuentes de la dirección. El miedo es que empiezan a revisarse a la baja condenas por corrupción. 

Sánchez le dedicó un rato a Page este jueves desde Bruselas en una rueda de prensa. "Respeto su posición, pero no la comparto". Montero incluso dejó caer el término "lealtad" para decir lo mismo que el presidente. Moncloa reconoce decisiones arriesgadas respecto a Catalunya pero todo con el objetivo de mejorar la convivencia en el territorio, de dar salidas políticas y desinflamar el conflicto. En Ferraz y Moncloa consideran que las elecciones de 2023 no se van a jugar en clave catalana y sí en clave económica y social. "Todo pasará", resume una dirigente. 

Mirar hacia atrás con perspectiva 

El PSOE viene de una etapa durísima con unas primarias hace más de cinco años a cara de perro. Con mucha tensión en el proceso y todo lo que pasó antes con la salida de Sánchez y un Comité Federal de infausto recuerdo para la familia socialista. El partido se rompió en dos y los coletazos continuaron tiempo después. Previamente a Sánchez, la crisis del partido tras el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tampoco estuvo exenta de pugnas. Por eso en Ferraz destacan que "no hay que perder la perspectiva" si se mira hacia atrás y compararlo con la actualidad. 

El último proceso de primarias para elegir a las candidaturas municipales y autonómicas también han supuesto una balsa de aceite para Sánchez. Prácticamente no ha habido disputas relevantes salvo en algunos territorios concretos como Asturias o Donosti. El único punto conflictivo abierto, al que tampoco dan demasiada importancia en Ferraz, está ahora mismo en Galicia, con una división que viene del resultado de unas primarias celebradas en 2021 y todavía no superadas. Hasta la federación madrileña, eterno foco de disputas, aparenta una relativa tranquilidad pese a cierto revuelo con la elección de Reyes Maroto como candidata a la alcaldía de la capital. 

También colean, como "ruido de fondo", opiniones de veteranos socialistas, ya muy fuera del partido desde hace tiempo, que han ido acercándose a postulados conservadores. Son los Felipe González (ahora un poco más "cerca" de Sánchez que hace un tiempo), Alfonso Guerra, José Manuel Rodríguez Ibarra o Joaquín Leguina. Este último, expulsado de militancia tras apoyar el pasado año a la presidenta madrileña del PP Isabel Díaz Ayuso. 

Así las cosas, el análisis que hace Ferraz es que "el PSOE está unido en torno a las decisiones que el Gobierno está tomando para la convivencia entre catalanes, y de estos con el resto de España". Puntualizan que como partido plural y muy amplio y diverso "no ha habido una etapa en la historia del PSOE en la que no exista discrepancia". "Somos un partido político en el que la discrepancia no se persigue", indican las fuentes consultadas.

"Decir que hoy el PSOE no es un partido unido solo responde al interés de otros, como por ejemplo en el PP, donde ni siquiera está claro el liderazgo de Feijóo por las continuas intromisiones de Ayuso", apuntan en la dirección socialista. Y es que algunos dirigentes recuerdan aún cómo el anterior líder popular, Pablo Casado, salió del partido por la puerta de atrás asesinado políticamente por los suyos. "Muy unidos se ve que no estaban", recuerda un diputado socialista. 

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