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Elecciones autonómicas y municipales 2023

La pugna por las diputaciones catalanas rompe los vetos entre socialistas e independentistas

El descalabro de Trias con la investidura del socialista Collboni no frena la negociación de Junts con el PSC en la Diputación de Barcelona pero fractura el partido. El cordón antiidendentista que esgrime el PSOE en el Ayuntamiento de Barcelona se esfuma para dar la presidencia a ERC en Lleida y Tarragona y gobernar con Junts en la de Barcelona. Solo la de Girona tiene acuerdo independentista con presidencia de Junts y apoyo de ERC.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, recibe al nuevo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, del PSC, y a los nuevos concejales, entre ellos, Xabier Trías (JUnts) y Ada Colau (En Comú Podem). E.P./ Alberto Paredes
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, recibe al nuevo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, del PSC, y a los nuevos concejales, entre ellos, Xabier Trías (JUnts) y Ada Colau (En Comú Podem). Alberto Paredes / EUROPA PRESS

La batalla política no para y los escenarios se encadenan, cuando no se entrecruzan. Superada la meta volante del 17 de junio con la constitución de los ayuntamientos, la competición entre las fuerzas políticas se traslada a otras instituciones pendientes de configurar y a su vez se proyecta a la ya palpitante campaña electoral del 23J.

Las elecciones generales, madre de todas las batallas políticas en el Estado. En Catalunya también son importantes las estatales, aunque el primer lugar del pódium lo ocupen las elecciones al Parlament. Pero las municipales han dejado una buena sacudida, especialmente por la elección in extremis del socialista Jaume Collboni como alcalde de Barcelona con los votos de Barcelona en Comú y el PP, en detrimento del postconvergente Xavier Trias.

Pero sin tiempo para lamerse las heridas en el caso de unos, o de celebrarlo demasiado en el caso de otros, la pugna continua y se ha trasladado ahora a las cuatro diputaciones provinciales catalanas. En especial a la todopoderosa Diputación de Barcelona que es la que queda pendiente de acordar si es que no hay algún retroceso en el resto, que va a ser que no.

Unas negociaciones para gobernar el tercer presupuesto público de Catalunya que el PSC y Junts ya tenían en marcha para reeditar el pacto de hace cuatro años, pero que ha recibido el impacto de la Operación Barcelona en el Ayuntamiento. Un acuerdo que, además, a poco más de un par de semanas de la campaña electoral de las generales preocupa en Junts por el mal encaje que puede tener en la estrategia de la candidata Míriam Nogueras. La batalla de las diputaciones catalanas se debate de esta forma entre la acumulación de poder y la estrategia electoral para el 23J.

Discrepancias en Junts sobre la Diputación de Barcelona

Fuentes de Junts admiten que las negociaciones para reeditar el acuerdo con el PSC en la Diputación de Barcelona estaban avanzadas, pero que el nuevo contexto surgido del pleno del ayuntamiento barcelonés genera dudas y división de pareceres en la dirección del partido. "La alcaldía de Collboni arrebatada a Trias refuerza el discurso de Míriam Nogueras muy duro con el PSOE, en contraste con la posición más pactista de ERC, pero un acuerdo ahora con los socialistas podría desdibujar esta estrategia", asegura un destacado miembro del partido.

En cambio, otros dirigentes son partidarios de no perder un espacio de poder tan importante para los próximos cuatro años. Paradójicamente, entre los principales defensores de esta posición está la principal víctima del sábado pasado, el alcaldable frustrado Xavier Trias.

Trias asegura que él tiene un "gran respeto" por la actual presidenta de la institución, la alcaldesa de L'Hospitalet, la socialista Núria Marín. Y afirma que defenderá dentro de Junts el pacto con los socialistas: "Si me escucharan a mí... yo no estoy en desacuerdo con ese pacto. Que yo esté enfadado e indignado no significa que nosotros en la vida no seamos inteligentes. No podemos estar fuera del mundo, y nosotros debemos estar con capacidad de poder gobernar y sacar adelante las cosas". Tampoco se puede olvidar que en el equipo de Trias para el Ayuntamiento de Barcelona, y como pesos pesados de la lista, están destacadas figuras del sector pragmático de Junts que han gobernado estos cuatro años la Diputación de Barcelona con el PSC, con la exconsellera Neus Munté al frente.

El PSC favorable a reeditar el pacto con Junts

Los socialistas también admiten que la alcaldía de Collboni no es un impedimento para pactar con Junts. La portavoz del PSC, Èlia Tortolero, lo reconoce, aunque pide "discreción" en las negociaciones con el partido de Carles Puigdemont.

Para los socialistas, el imperioso cordón sanitario que exigía al PP para evitar un alcalde independentista de Barcelona el sábado pasado se ha esfumado en las diputaciones. Negocia la presidencia socialista en la de Barcelona con Junts y ha pactado la presidencia para Esquerra Republicana en Tarragona y Lleida.

Y en cuanto a Junts, toda la indignación contra los socialistas por la alcaldía de Barcelona o los reproches a Pedro Sánchez decaen a las puertas de la institución provincial. De hecho, para Junts el problema táctico de cara a la campaña electoral no es solo la actual negociación con el PSC sino el entusiasmo que los socialistas ponen en la valoración del Gobierno conjunto de estos últimos cuatro años. Para la portavoz del PSC en el Parlament, Alícia Romero: "Hemos tenido una buena experiencia [con Junts]. Quisiéramos poder reeditar el pacto si se dan las condiciones, ha ido bien".

Frente independentista en la Diputación de Barcelona

ERC añade presión a Junts y su presidente, Oriol Junqueras, asegura que "ERC nunca prestará sus votos para que la presidencia de la Diputación de Barcelona sea para un socialista como no lo hará para que tengan la alcaldía de Barcelona". "Si Junts quiere acordar la Diputación con el PSC y regalar la presidencia a Núria Marín es responsabilidad de Junts; en 2019 ya lo hicieron", añade Junqueras en tono recriminatorio. Y el dirigente republicano insta a Junts a pactar con Esquerra un frente independentista en la diputación barcelonesa.

La táctica de los republicanos es clara en la Diputación de Barcelona, o los independentistas gobiernan juntos o todos a la oposición. Si se da este último caso, Junts se quedaría sin el último de los baluartes en juego en las pasadas municipales, comicios donde no ha conseguido más que la presidencia de la Diputación de Girona y algunas alcaldías de ciudades medianas. Insuficientes para mantener la maquinaria del partido si tenemos en cuenta el fiasco del Ayuntamiento de Barcelona -con el que ya contaban- y la salida de Junts del Govern. Y si finalmente Junts reedita el pacto con los socialistas, ERC tendrá una munición nada despreciable para la campaña electoral en la pugna en el frente independentista.

¿‘Operación Barcelona 2’? PSC, comuns y PP suman

Cerrada la puerta de ERC a cualquier pacto con los socialistas, en la Diputación de Barcelona existen solo tres posibilidades: La primera y más probable en estos momentos es la suma de los 17 diputados del PSC y los 12 de Junts, 29 votos que están muy por encima de los 26 que marca la mayoría absoluta.

La segunda opción es la que conformarían los independentistas. Junts y los 11 diputados de Esquerra suman 23. Y si añaden al representante de los independientes de Terrassa del alcalde Jordi Ballart -en buena sintonía con ERC y mala relación con su expartido, el PSC- el frente independentista se quedaría en 24. No es mayoría absoluta, pero suma dos más que un posible acuerdo de izquierdas entre el PSC (17) y los 5 diputados de los comuns que acumulan 22.

Y aquí es donde se abre la tercera vía que es el decisivo papel de los 4 diputados del PP que podría decantar la balanza a favor de los socialistas con la participación de los comuns.

Que el PSC sume con los comuns y el PP era inverosímil, pero hasta el sábado pasado. Resulta evidente que los comuns y el PP podrían trasladar y protagonizar la misma operación de la alcaldía de Barcelona a la Diputación de Barcelona. Los números son bien parejos. Y ello presiona aún más a Junts en el dilema sobre amarrar la participación en el Gobierno con el PSC, pájaro en mano, o arriesgar en la apuesta a un Gobierno con ERC que puede ser neutralizado de nuevo.

Con todo, los comuns aseguran que no se dará otra Operación Barcelona. El portavoz de En Comú Podem en el Parlament, David Cid, descartada que se produzca en la Diputación de Barcelona una alianza similar a la del Ayuntamiento, donde los comuns sumaron sus votos a los del PP para investir el socialista Jaume Collboni. El dirigente de ECP admite que lo más probable es que se "rehaga la sociovergencia" en el ente supramunicipal, pero ha instado tanto al PSC como a ERC a hacer posible "una mayoría de progreso".

Un rechazo a reeditar la Operación Barcelona que abriría la puerta a un Gobierno independentista con Junts y ERC de cumplirse las palabras de los dirigentes de los comuns. Cosa difícil de garantizar a solo tres días del sábado pasado, cuando las promesas de los dirigentes de los comuns -realizadas 48 horas antes del pleno- negando cualquier posibilidad de investir a Collboni con sus votos y los del PP quedaron en agua de borrajas.

Un gigante de importancia estratégica

Para hacerse un retrato de la importancia de esta batalla cabe destacar que la Diputación de Barcelona es la más grande de las 38 diputaciones provinciales de régimen ordinario existentes en el Estado español –son 41 diputaciones pero 3 de ellas corresponden al régimen foral de las provincias vascas que tienen un funcionamiento diferente y son de elección directa en sufragio universal-. Esto es así porque en el caso de Madrid –u otras- no existe una diputación al ser una Comunidad Autónoma uniprovincial.

La Diputación de Barcelona administra 311 municipios, incluida la capital catalana, que suman 5.700.00 habitantes. Y el actual Gobierno provincial de PSC y Junts, con presidencia de la socialista Núria Marín, alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat, gestiona un presupuesto para este 2023 de 1.241,88 millones de euros, el tercero de Catalunya después del Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat. Además, la institución costea un cuantioso número de técnicos y asesores que son cargos relevantes para cualquier partido político.

ERC con el PSC en Tarragona y Lleida, y con Junts en Girona

Por su parte, las otras tres diputaciones tienen ya definido su futuro. Con menor peso económico y político que la de Barcelona, las diputaciones de Girona, Tarragona y Lleida pasan más inadvertidas. Pero son también piezas claves en el reparto de poder territorial entre los partidos.

En Girona se impuso el acuerdo independentista de forma fácil y la presidencia será para Junts que ganó en la provincia y decidió reeditar el acuerdo con ERC.

En cambio, en Tarragona y Lleida se impuso el acuerdo de Esquerra con el PSC. Los republicanos presidirán las dos diputaciones, en la primera después de haber ganado y en la segunda a pesar de que la primera fuerza es Junts. Esquerra cerró un acuerdo con el PSC en estos territorios después de neutralizar las ya avanzadas conversaciones del PSC y Junts en la Diputación de Tarragona. Pacto que también sitúa a Esquerra en el cesto de los acuerdos que todos los partidos independentistas han hecho con el PSC después de las municipales a pesar de considerarlo un anatema.

Aunque Esquerra se defiende por boca de Oriol Junqueras: "La diferencia con Junts es que nosotros no regalamos ni presidencias ni alcaldías a los socialistas, podemos pactar pero para poner al frente de las instituciones a independentistas, cosa que ellos no hacen –en referencia a la Diputación de Barcelona o a diversos municipios donde Junts ha dado la alcaldía a los candidatos socialistas en detrimento de Esquerra como fuerza más votada-".

14 de julio fecha límite, en plena campaña electoral

Como se puede ver, con los matices que haga falta poner, la batalla de las diputaciones es una continuación en Catalunya de la pugna por el poder institucional entre socialistas e independentistas, y también dentro del mismo independentismo, con una ecuación de todos contra todos y de alianzas múltiples y diversas.

Y con un calendario perverso que sitúa la constitución de la diputaciones en plena campaña de las elecciones generales, entre los días 10 y 14 de julio, ni más ni menos que a entre 13 y 9 días del 23J.

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