El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha insistido este jueves en que la Unión Europea pacte medidas conjuntas para rebajar de manera inmediata el precio de la luz. No obstante, Sánchez es consciente de la dificultad de este consenso, sobre todo con países como Alemania y Países Bajos, así que, al menos, tratará de reclamar instrumentos específicos para España y Portugal.

Por esta razón, el jefe del Ejecutivo español acude al Consejo Europeo, que abordará este viernes la posibilidad de hacer reformas en el mercado energético. Una medida que viene reclamando el Gobierno español desde hace meses y que se ha vuelto más necesario por la guerra en Ucrania.

A su llegada a la cumbre europea, Sánchez ha agradecido el trabajo de la Comisión Europea y de Ursula von der Leyen. Además, ha reconocido que no existe una única "solución mágica" y ha resaltado la necesidad de debatir las posibles medidas con los líderes europeos.

Sin embargo, el presidente del Gobierno también ha querido destacar la complicada situación de la península ibérica, ya que tiene un problema de interconexión con el resto de Europa. Más en detalle, Sánchez ha explicado que España y Portugal sólo tienen un 2,8% de interconexiones de su mercado energético con el europeo. Esta situación afecta con más gravedad la subida en el precio del gas.

En esta línea, Sánchez ha asegurado que ambos países han planteado una "propuesta rigurosa desde el punto de vista técnico, sólida y que no pone en cuestión para nada el funcionamiento del mercado energético europeo". España y Portugal quieren poner topes a las ofertas de las centrales de gas natural en el mercado eléctrico.

El presidente del Gobierno ha reiterado su deseo de encontrar un acuerdo entre todos los países miembros. Aunque ha insistido en que "es importante encontrar una fórmula que se adecúe a la realidad geográfica y energética de la península, que es una isla energética". "Proponemos a los estados miembros que respondamos a la particularidad de la península", ha recalcado.

Sánchez ha planteado una hoja de ruta con pasos que "no son incompatibles" pero que tiene en cuenta la realidad geográfica de la península y su conectividad. De esto modo, podrían adoptar medidas como negociar compras conjuntas de gas y, finalmente, abordar una reforma estructural del mercado energético.

El problema de la interconexión de España y Portugal

La interconexión energética permite a los países de la UE intercambiar energía entre sí. En 2002, la Unión Europea recomendó a los países miembros que para el 2020 alcanzaran un mínimo de un 10% de ratio de interconexión. Con todo ello se busca acabar con sistemas aislados de energía y promover una red energética más segura y eficiente.

En este sentido, se dice que la península ibérica es una "isla energética" porque la interconexión que se hace, a través de Francia, es inferior al 3%. La cosa no mejora mucho entre los países ibéricos, España y Portugal solo intercambian un 6% de su energía.

La solución a este problema es intensificar las relaciones con Francia. El secretario de Estado francés para la Unión Europea, Clément Beaun, de cara a las reuniones en Bruselas, señaló que "el presidente de Francia, desde hace tres años, ha apoyado de nuevo el proyecto de desarrollo de las interconexiones, principalmente entre Francia y la península ibérica, tanto en el plano del gas como el de la electricidad".

La Comisión Europea plantea cinco medidas

El pasado 23 de marzo, la Comisión Europea propuso una serie de propuestas con las que los países miembros podían reducir los precios de la energía. Un paquete de medidas que se proyecta solo en el corto plazo y de manera temporal.

A grandes rasgos, el Ejecutivo comunitario planteó las siguientes alternativas: poner un tope al precio del gas en el mercado mayorista, compensar costes de producción de empresas que generen electricidad con combustibles fósiles, redirigir los "beneficios caídos del cielo" a los consumidores, crear un agregador que garantice un precio bajo a consumidores vulnerables y fijar un precio máximo para las empresas operando en el mercado mayorista.

Además, la Comisión presentó una propuesta legislativa para obligar a que los Estados miembros tengan sus almacenes de gas llenos al menos al 80% de cara al próximo invierno y un mecanismo para poder retirar el control de los depósitos a compañías de terceros países, como la rusa Gazprom, si se detectan comportamientos que amenacen la seguridad de suministro.

Alemania y Países Bajos contrarios a intervenir el mercado

España, Portugal, Italia y Grecia están de acuerdo en que es necesario poner freno subida del precio de las energías y de hacer una reforma de calado en el sistema energético europeo. Sin embargo, están encontrado oposición en sus vecinos del norte, sobre todo Alemania y Países Bajos.

Estos países se muestran contrarios a intervenir en el precio de las energías porque iría en contra de los fundamentos del mercado único, eliminaría los incentivos para invertir en energía renovables y desviaría los suministros energéticos a países de fuera de la UE que pagasen más.

El Ministerio de Economía alemán indicó el pasado miércoles que poner un tope al precio de las energías iba a tener un alto coste. Robert Säverin, un portavoz del Ministerio, argumentó que "en última instancia es una subvención y eso cuesta dinero" y, por lo tanto, es necesario "mirar cuánto dinero hay y cuál sería el efecto".

En esta misma línea opinaba Steffen Hebestreit, portavoz del Gobierno alemán, al decir: "Es una materia complicada. Hay que tener en cuenta las fuerzas del mercado y cómo reaccionarán, pues no siempre lo hacen como nosotros desearíamos".

A su vez, un diplomático neerlandés agravaba las diferencias al decir: "El combate por la energía obviamente está encabezado por España, como todos hemos experimentado en la última semana. Pero Sánchez empieza a darse cuenta de que comenzaba a parecerse a Don Quijote luchando contra molinos de viento".