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Asalto al Capitolio Los seguidores de Trump asaltan el Capitolio y Biden alerta: "Esto no es una protesta, es una insurrección"

Las dos cámaras cumplían con la sesión de trámite para ratificar la victoria de Joe Biden cuando ambas fueron asaltadas y tuvieron que ser desalojadas. La alcaldesa de Washington ordenó el toque de queda en la capital.

Seguidores de Trump irrumpen en el Capitolio.
Seguidores de Trump irrumpen en el Capitolio. Leah Millis/REUTERS

Manuel Ruiz Rico

El día había empezado en Washington con el centro vacío de gente y muchísimos negocios tapiados. La alcaldesa de la capital, la demócrata Muriel Bowser, llevaba desde el martes pidiendo por Twitter que no se acudiera al centro al día siguiente: las dos cámaras del Congreso se reunirían en una sesión históricamente de mero trámite para certificar el resultado de las elecciones y la victoria de Joe Biden, pero miles de seguidores de Trump se habían citado en Washington para denunciar un presunto fraude electoral y protestar por el resultado.

Entre ellos, el grupo racista y supremacista de extrema derecha, los Proud Boys. Y los malos presagios se cumplieron: poco después de las 14.00 horas, miles de seguidores de Trump rodearon el Congreso y lo asaltaron en plena sesión, que tuvo que ser suspendida sine die. "Nuestra democracia está bajo un asalto sin precedentes", alertó más tarde Joe Biden en un discurso a la nación. Para ese momento, la alcaldesa de Washington ya había anunciado el toque de queda en la capital a partir de las 18.00 horas.

Las imágenes están ya en las retinas de todo el mundo dentro y fuera de Estados Unidos: policías con pistolas desenfundadas tratando de defender la entrada al Sendo y la Cámara de los Representantes, cristales rotos, turbamultas tratando de echar puertas abajo, encaramándose por las fachadas, y despachos asaltados, entre ellos, el de la presidenta de la cámara baja, Nancy Pelosi: un cowboy logró entrar en ella y hasta posó para un fotógrafo con su botas sobre la mesa, como si fuera el plano de un western de los hermanos Coen. Las dos cámaras tuvieron que ser evacuadas y lo mismo el presidente del Senado, el vicepresidente Mike Pence.

La sesión en el Congreso había empezado a las 13.00 horas. El senador republicano Ted Cruz seguía insistiendo en el fraude y en su intención de torpedear el proceso, que no es más que un ritual en la historia de Estados Unidos y según establece la constitución del país. Por contra, el líder republicano en esa cámara alta, Mitch McConnell, había cargado contra quienes, como Cruz, intentaban de socavar el proceso. La tensión subía y subía.

Poco antes, a las 12.00 horas, Donald Trump había dado un mitin en la misma capital para seguir avivando las llamas. El día antes se había dado un batacazo electoral en Georgia y el Partido Republicano estaba a punto de perder el Senado. Ése es el balance de Trump: en cuatro años ha dejado la presidencia y las dos cámaras del Congreso en manos de los demócratas. "Vamos a ir hacia el Capitolio", llamó a sus seguidores en el mitin, "y vamos a animar a nuestros congresistas y senadores, tenéis que mostrar fuerza y tenéis que ser fuertes".

Trump tuvo palabras también para Mike Pence, al que volvió a pedir que torpedeara el proceso: "Si Mike Pence hace lo correcto, ganamos las elecciones. Tiene el derecho absoluto de hacerlo. Se supone que debemos proteger a nuestro país y a la Constitución. Los estados quieren volver a votar. Y yo me convierto en presidente y ustedes serán las personas más felices". Al final del mitin, el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, encendido, dijo: "¡Resolvamos esto con un combate!". Y la turbamulta aplaudió a rabiar.

Seguidores de Donald Trump entran en el Capitolio.
Seguidores de Donald Trump entran en el Capitolio. Reuters

Tras el mitin, los seguidores de Trump se fueron para el Congreso y acabaron asaltándolo. Trump tardó más de una hora en activar la Guardia Nacional (militares en reserva previstos para estas ocasiones) y otras fuerzas policiales del gobierno federal, a pesar de que la policía de Washington lo había reclamado mucho antes. Esto les dejó un margen a los asaltantes de más de una hora de estar casi a sus anchas en el Capitolio.

La tensión llegó a tal punto que a las 16.00 horas, Joe Biden compareció desde la sede de su campaña en Wilmington, Delaware, para dirigirse a la nación. "Nuestra democracia", dijo, "está bajo un asalto sin precedentes. Me gustaría hablar de economía o de la pandemia, pero todos estamos viendo qué está pasando en Washington… esto no es una protesta, es una insurrección, es desorden y caos y tiene que terminar ¡ahora!".

Biden instó al presidente Trump a comparecer inmediatamente en los medios y dirigirse a la nación "para pedir que se ponga fin al asalto al congreso y para defender la constitución". "Estamos viviendo un momento oscuro, pero esto no es", dijo, "quienes somos en realidad, la América real".

El futuro presidente de Estados Unidos aseguró que los próximos cuatro años serán para "poner a la democracia a funcionar, la decencia en el gobierno y el estado de derecho y no para seguir animando al caos y a las llamas. Hoy el Congreso debía cumplir con un mero ritual", añadió, "y lo que ha pasado es un recordatorio de que la democracia es frágil, de que hay que gobernar para el bien común y no para el interés personal".

Desde luego, las reacciones al asalto no son las propias de una mera protesta. El congresista demócrata por Michigan, Dan Kildee, tuiteó a las 14.52 horas: "Estoy en la Cámara de los Representantes. Se nos ha dicho que nos echemos al suelo y nos pongamos máscaras de gas. La seguridad de la cámara y la policía del Congreso han desenfundado sus pistolas en cuanto los asaltantes han golpeado la puerta principal. Esto no es una protesta. Esto es un ataque a los Estados Unidos". Por el lado republicano, uno de los más contundentes fue el exjefe de gabinete de Trump, Reince Priebus, que tuiteó sin cortarse: "Mucha de esta gente no son sino terroristas domésticos".

La sesión del Congreso que debe ratificar la presidencia de Biden se reanudó unas horas más tarde y pudo continuar sin más altercados. Cuando la sesión fue interrumpida apenas se habían ratificado 12 de los 538 votos de los miembros del Colegio Electoral. Nancy Pelosi insistió en que Joe Biden sería ratificado pese al asalto al Capitolio. 

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