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Solemne apertura de las Cortes Generales Iglesias y Sánchez exhiben su sintonía en el Congreso, mientras las derechas atacan con el mismo argumentario

La solemne sesión de apertura de las Cortes Generales deja la primera imagen del vicepresidente segundo del Ejecutivo y del resto de ministros de Unidas Podemos sentados en la bancada azul. Los dos partidos que sustentan al Gobierno reclaman explicaciones al PP sobre el dinero público usado en la operación 'Kitchen', mientras las formaciones de la derecha construyen sus críticas al presidente sobre argumentos similares. Cada una, eso sí, con su estilo.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), junto a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, al inicio de la apertura solemne de la XIV legislatura que ha tenido lugar este lunes 3 de febrero en el Congreso.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), junto a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, al inicio de la apertura solemne de la XIV legislatura que ha tenido lugar este lunes 3 de febrero en el Congreso. EFE/J.J. Guillén

Pedro Sánchez hace su entrada en el Hemiciclo del Congreso de los Diputados y ocupa su escaño. A la izquierda del presidente del Gobierno ya están sentados la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, el primero en llegar a la bancada azul.

Sánchez conversa con Calvo e Iglesias, el líder de Unidas Podemos sonríe, y los tres charlan animadamente, conscientes de ser los protagonistas de una de las imágenes de este lunes.

Fuentes del Gobierno aseguran que no ha habido ninguna indicación a los ministros de Unidas Podemos sobre cómo proceder ante el discurso del monarca

Los líderes del PSOE y Unidas Podemos han aprovechado la solemne sesión de apertura de las Cortes Generales para escenificar su sintonía, y este objetivo ha supuesto que los representantes del grupo confederal en el Gobierno aplaudieran por primera vez las palabras del rey, Felipe VI. 

Sus compañeros de grupo se han puesto en pie sin aplaudir, como ha sido su tradición hasta hoy, pero los miembros del Gobierno, incluidas las secretarias de Estado de Unidas Podemos que son diputadas -Noelia Vera e Ione Belarra- han actuado al unísono. Poco después, fuentes del Gobierno aseguraban que no ha habido ninguna indicación a los ministros y ministras de Unidas Podemos sobre cómo actuar.

Era un gesto, como la conversación distendida entre Sánchez, Calvo e Iglesias, que quiere apuntalar la imagen de sintonía entre dos formaciones que acudieron a las elecciones del 10-N con tono bronco -sobre todo el PSOE-, y tras intercambiar duros reproches en campaña. Hoy asumen que deben tratar de funcionar con la precisión mecánica de un reloj suizo, sea en Moncloa o en el Congreso, donde en la inmensa mayoría de los casos actuarán de forma coordinada.

De hecho, los portavoces de ambas fuerzas en la Cámara han aprovechado para dar un ejemplo de esta sincronización este mismo lunes. Adriana Lastra y Pablo Echenique, portavoces de PSOE y Unidas Podemos, respectivamente, han reclamado a Pablo Casado, presidente del PP, que dé explicaciones sobre la operación Kitchen, ideada por el PP y ejecutada desde el Ministerio del Interior para el espiar al extesorero del partido, Luis Bárcenas. 

Ambos portavoces se han referido a la información publicada este lunes por la Cadena Ser, según la cual entre los años 2013 y 2015 el Ejecutivo de Mariano Rajoy gastó 500.000 euros de dinero público, procedente de los fondos reservados, para destruir pruebas sobre la caja B del Partido Popular, cuya existencia se da por acreditada en la sentencia sobre la primera época de Gürtel -la resolución de la Audiencia Nacional que condena al PP como partícipe a título lucrativo de la trama corrupta-.

La derecha acude lastrada por sus propias polémicas

Por su parte, las intervenciones de las formaciones de derechas antes y después del discurso del rey han pivotado sobre los mismos ejes, si bien cada una ha hecho gala de su característica retórica. Todas han cargado contra Sánchez y contra las formaciones independentistas, y tanto PP como Ciudadanos se han visto lastradas por sus propios escándalos o polémicas internas.

Casado, líder de la oposición ha realizado declaraciones sin aceptar preguntas -es el formato habitual en esta jornada-, y por tanto no se ha pronunciado sobre Kitchen. Fuentes de la dirección de su partido citadas por Servimedia se han limitado a esquivar la cuestión, y han reclamado al PSOE que dirima "responsabilidades" por los ERE de Andalucía. 

Fuentes del PP responden a las preguntas sobre 'Kitchen'  aludiendo a los ERE de Andalucía

Así, sobre el manifiesto firmado este lunes por medio centenar de diputados y senadores soberanistas, crítico con la monarquía, Casado ha asegurado que estas formaciones han "insultado" al rey con "afirmaciones muy graves" -sin especificar estos supuestos insultos-, y ha afeado a Sánchez que no haya hecho reproche alguno a estos grupos.

Es la misma línea adoptada por la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que ha criticado el "desprecio" al rey por parte de los "socios de Sánchez".  No obstante, Arrimadas no ha podido escapar de las polémicas sobre la interna de su formación, y ha instado al vicepresidente de Castilla y León y líder del partido en esta comunidad, Francisco Igea, a competir con ella por el liderazgo de Ciudadanos a nivel estatal.

En última instancia, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha cargado contra Sánchez y ha incidido en que su grupo no permitirá que los "sediciosos y proetarras" pasen "por encima" de la monarquía". Cada uno en su estilo, pero sobre ideas similares.

Además, minutos antes de empezar la sesión, los diputados de la formación de ultraderecha protagonizaban una nueva polémica al sentarse en los escaños tradicionalmente atribuidos a los socialistas. En la solemne sesión de apertura los escaños no están asignados, si bien los diputados del PSOE se han colocado delante de los parlamentarios de Vox que estaban sentados, logrando que estos decidieran levantarse y buscar nuevos asientos. 

Sólo una fila más abajo, la bancada azul acogía a los miembros del Gobierno de coalición, concentrados en intentar vender una imagen unitaria. 

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