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La 'vice', ancla de Zapatero

Las propuestas más audaces sobre Rubalcaba, Alonso y Serrano tropiezan en la piedra de Fernández de la Vega

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José Luis Rodríguez Zapatero es el líder socialista con más poder en su partido. Ni siquiera Felipe González tuvo tanto. Por eso no puede sorprender que decisiones que dependan estrictamente de sus competencias las prepare casi en solitario y con las manos absolutamente libres. Así, estudia estos días cómo conformar el Gobierno para susegundo mandato, menos rehén de las representaciones territoriales y contando con las personas de su estricta confianza y hasta amistad.

Se incluye en ese proyecto a Miguel Sebastián, amigo y futuro ministro; Alfredo Pérez Rubalcaba, el hombre orquesta; Carme Chacón, estrella emergente en Catalunya y también amiga; José Antonio Alonso, compañero de juventud, convertido ahora en prolongación suya en el Congreso y, desde el partido, José Blanco, el colaborador al que más elogios dedica Zapatero en privado.

Una de las columnas del Gobierno, del anterior y del futuro, es la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega. Después de las elecciones, el presidente delGobierno habló con ella para conocer su opinión sobre el diseño del futuro Ejecutivo yle garantizó que mantendría sus competencias.

Pero la confianza de Zapatero en Fernández de la Vega ha hecho de ella la piedra contra la cual han chocado diversos mensajes y sugerencias. Y la piedra, incólume, sigue allí.

Algunas de las combinaciones posibles, como, por ejemplo, la creación de una tercera vicepresidencia, ha quedado en agua de borrajas. O el caso del ministro del Interior en funciones, Alfredo Pérez Rubalcaba. Cuando Zapatero le destinó a la lista de diputados por Cádiz, le señaló que le quería como ministro del Interior en el futuro gabinete. El interesado tenía mayor entusiasmo por una labor más política en el gobierno, algo que también cruzaba la frontera de la vicepresidenta.

Las conversaciones entre Zapatero y José Antonio Alonso giraron, por iniciativa del ministro de Defensa en funciones, en torno a esa misma frontera. Si el balance del presidente era la existencia de problemas a la hora de presentar ante el público la acción de gobierno de manera más enérgica y eficaz, sostenía Alonso, mejor era hacerlo desde el propio gobierno. Pero Zapatero no quiso tocar las funcionesde De la Vega con ese fin. Y Alonso se ha hecho cargo del grupo parlamentario socialista en el Congreso.

La más reciente escena ha sido el presunto ascenso a ministro de la Presidencia, filtrado con objetivos inconfesables, del secretario general de la Moncloa, esto es , del jefe de gabinete del presidente, José Enrique Serrano. La iniciativa se ha dado de bruces con la misma piedra.

Fernández de la Vega podría ver incrementado su poder,según fuentes de la Moncloa, porque Zapatero pretende, dicen, que la vicepresidenta coordine de hecho las políticas transversales de los ministerios. Por ejemplo, las de inmigración o las de género. Las limitaciones de la ley del Gobierno impiden que se creen comisiones con una estructura orgánica sobre cada uno de esos asuntos, pero sí funcionarán de facto. De la Vega coordinará los equipos de trabajo decada asunto, aunque pertenezcan a distintos ministerios. Pero esto exigirá tiempo. Y De la Vega tendrá que dedicar también parte de su actividad a reforzar las posiciones socialistas en Valencia, tras ir como cabeza de lista.

El líder socialista tenía desde hace meses informes para transformar la estructura del Gobierno y estos días intenta adaptarlos a la realidad con dos limitaciones que ha encontrado sobre la marcha: el mantenimiento de los poderes de los dos vicepresidentes y la estricta ley del Gobierno.Ésta última hace imposible acomodar la estructura del Gobierno a un funcionamiento más racional que, por ejemplo, agrupe las políticas comunes y transversales de los ministerios. El pasado mes de febrero, Zapatero aseguró en Público que el Gobierno se dividiría en áreas, pero finalmente ese deseo no podrá tener concreción orgánica, porque sería preciso modificar previamente la ley, lo que resulta imposible en el arranque de la legislatura. Lo mismo ocurre con la posible creación de la figura de los viceministros para coordinar esas áreas.

La otra limitación es la de mantener el poder y las competencias de los dos vicepresidentes, que tampoco son militantes del PSOE. Solbes logró en noviembre el compromiso de Zapatero para controlar los nombramientos económicos, para eliminar interferencias de la Oficina Económica de la Moncloa, para dirigir la Comisión delegada de asuntos económicos y para filtrar el programa electoral. El compromiso se ha cumplido y, de hecho, el entorno de Zapatero considera que la presencia de Solbes en la campaña, incluyendo su debate con Manuel Pizarro, fue clave para el triunfo, aunque fuera a costa de provocar tensiones con Jesús Caldera. El vicepresidente incluirá en su área de influencia ministerios como Agricultura y Medio Ambiente.

Otro ejemplo claro es el de Justicia. Hace meses que Zapatero pidió un informe a Fernández de la Vega, Alonso y Mariano Fernández Bermejo, para llevar a cabo esta legislatura la mayor reforma en la historia democrática de la Administración de Justicia. Ese proyecto es en parte una de las claves del diseño que ha hecho Zapatero con Alonso de la Portavocíadel Congreso. Bermejo hará el trabajo técnico, De la Vega lo dirigirá y Alonso lo negociará con los grupos. ¿Funcionará esta división del trabajo? Está por ver.
También la vicepresidenta pondrá en marcha a finales del mes de abril la Conferencia de Presidentes autonómicos que tendrá como asunto único la lucha contra la violencia de género, como Zapatero prometió en la campaña.

Pero Zapatero, recuerdan las fuentes consultadas, dijo, en uno de los peores momentos de la legislatura anterior, que el Ejecutivo carecíade una voz potente permanente, que evitara su desgaste. 'No tengo quien me defienda', señaló.El trabajo entre bambalinas de la vicepresidenta no está proyectado con una voz más allá de la rueda de prensa tras los Consejos de Ministros.

A falta de los detalles finales, los datos extraoficiales indican que Rodríguez Zapatero va a terminar haciendo un Gobierno continuista. Será así si semantienen los dos vicepresidentes y los mismos ministros de Interior, Exteriores y Justicia.

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